Elías Aguilar García / @Elyas_Aguilar
Esfera pública
Les traigo de primera mano las razones de la gente que apoya cuando se le pregunta, en forma directa, su opinión sobre el desempeño de Andrés Manuel López Obrador. En otras palabras, les enlisto los argumentos con que más de la mitad del país aprueba la gestión presidencial. Antes, unos datos de contexto para hacer interpretaciones.
De acuerdo con la organización Oxfam México, ONG que busca contribuir al abatimiento de la desigualdad social, México se encuentra entre el 25% de los países más desiguales y el modelo económico mexicano, llevado puntualmente hasta 2018, y que sigue pese a que en el discurso del presidente ya no, beneficia a una élite económica. Aquí se puede ver completo:
A la vez, según Forbes, las 10 personas más adineradas de México acumulan la misma riqueza que el 50% de la población más pobre del país, algo así como 30 millones de mexicanos. Además, una encuesta patrocinada por la organización Cohesión Social, en 2017 mostró que la mayoría de los mexicanos consideran que el gobierno es el responsable en hacer que el país supere la pobreza con un 79% de los entrevistados, mientras que un 54% consideró que los programas sociales gubernamentales servían para conseguir votos y apoyo a los gobernantes, 16% estima que está para apoyar a la gente y 28% para los dos propósitos; en tanto que 48% consideró que la gran mayoría de los mexicanos viven en pobreza, mientras que 42% estimó que se trata de más de la mitad de la población. Los datos pueden consultarse aquí:
Los datos de la desigualdad y la percepción de la pobreza en nuestro país explican las causas sociales que llevaron a López Obrador a la Presidencia de la República en 2018: más allá de las redes sociales y la mercadotecnia, la mayoría de los mexicanos vive en condiciones de pobreza, carecen de lo necesario para vivir.
Esto es, que no tienen condiciones para acceder a los servicios educativos, de salud y sociales y que, por lo tanto, viven condenados a reproducir condiciones de pobreza cada día. Esta explicación es necesaria para entender por qué el presidente sigue teniendo una alta aprobación, no el 80% que tuvo al inicio de su gestión, pero sí un 56% a 58% que, frente a los nulos resultados de crecimiento económico y de seguridad pública, además de la crisis provocada por la actual pandemia de COVID-19, se puede considerar incluso alta aprobación. Y no sólo eso. Habría que agregar sus frecuentes contradicciones, mentiras y burlas.
Por la mitad de eso, sus antecesores hubieran perdido los niveles de aprobación de la mayoría de los mexicanos; pero López Obrador aún conserva el apoyo de más de la mitad de los electores de este país. En grupos focales, realizados en estos tiempos de pandemia de manera virtual para no generar contagios, salen a relucir las narrativas de quienes aún apoyan al presidente y de ellos extraigo para ustedes las razones de aprobación.
Aquí van. Primero, se remiten siempre a la gran desigualdad que hay en nuestro país. Omiten las expresiones despectivas del presidente, la falta de resultados, y convergen en que ahora “ya no es lo mismo”. El cambio que ven consiste en:
- Dotación de pensión de adultos mayores
- Otorgamiento de becas para los “ninis” (así lo dicen)
- Apoyo de 25 mil pesos para los pequeños empresarios en la pandemia
- Los privilegios ya se acabaron (esa es la expresión que utilizan)
Cuando se les confronta acerca del empeoramiento de la situación de la seguridad pública en el país, justifican que la inseguridad siempre ha existido, pero que ahora, a diferencia del pasado, se conocen todos problemas de delincuencia, asaltos, secuestros, ataques, narcotráfico, que en el pasado se maquillaban. En otras palabras, ahora sí se sabe todo lo que antes no y conforme pase el tiempo se sentirá una mayor seguridad.
Esa es la narrativa de las personas interrogadas. Cuando se les pregunta sobre la falta de crecimiento económico en este sexenio, manifiestan que la contingencia sanitaria desde marzo vino a afectar la creación de empleos y el crecimiento de la economía y, de nueva cuenta, eximen al titular del Ejecutivo de responsabilidad.
Y, finalmente, se les interroga sobre el tema central del discurso de López Obrador: la corrupción. Y ahí coinciden que ésta ya no existe. Sí, tal como usted leyó, afirman que con el actual presidente ya no hay corrupción.
Se les piden pruebas, datos que ilustren que la corrupción dejó de incidir en las instituciones públicas, y de nueva cuenta omiten la figura presidencial, y atribuyen conductas y hechos ilícitos “a la gente que trabaja para él” y no presentan ningún dato o hecho que pruebe inexistencia de corrupción.
Es claro que la inequidad hace que vivamos dos países, dos realidades: la que percibe más de la mitad de la población, que vive en pobreza, o que se siente carente de igualdad de oportunidad para desarrollarse en el ámbito económico, social y político. Y las clases medias y altas que expresan sus preocupaciones por el rumbo que lleva el país, y que anticipan una pronta crisis que afectará el futuro inmediato de México.
Todo esto explica una gran parte de la aprobación que mantiene López Obrador y, sin embargo, eso no significa necesariamente que en la próxima elección el voto esté asegurado por Morena. Eso se los expondré en mi próxima entrega. Aquí nos vemos el próximo martes.