Por: Cecy Rendón
Sé que a nadie le gusta pensar en la muerte, pero hoy es el día ideal para tomarse un tiempo y reflexionar acerca de qué va a pasar el día que dejemos este mundo y sigamos a lo que sea que haya después.
Sin importar si crees en la vida después de la muerte, la realidad es que nuestros seres queridos que se quedan deben lidiar con todo lo que morir implica.
No nos gusta pensar en que nuestros familiares van a morir; mucho menos nos gusta pensar en que nosotros mismos vamos a morir, pero lo único que tenemos 100% garantizado en esta vida, irónicamente, es la muerte. Así que es responsabilidad de cada uno de nosotros dejar en orden todo lo posible para el día que ya no estemos aquí.
Hoy, 2 de noviembre, se celebra en México la fiesta del Día de Muertos, una tradición llena de color, flores, comida, bebida, música y recuerdos alegres de quienes alguna vez estuvieron con nosotros en esta vida y para siempre estarán en nuestro corazón.
Hoy, más que cualquier otro día del año, es la mejor ocasión para hacer una lista de cosas que debemos resolver antes de que llegue el momento de dejar esta vida.
Lo primero es tener un testamento formal, creado ante notario y perfectamente platicado con tu familia o todos los involucrados en él. Morir intestado es heredar una infinidad de problemas, además de crear problemas familiares que se pudieron haber evitado fácilmente.
Morir implica gastos y, de nuevo, no es algo en lo que queramos pensar, pero prácticamente todas las empresas funerarias ofrecen planes de prepago.
Definitivamente, no le podrás evitar a nadie de los que te quieren el dolor de tu pérdida, pero sí les puedes evitar tener que gastar en tu funeral en medio de la tristeza.
Si quieres algo específico para tu lugar de descaso final, tanto un nicho en tu iglesia preferida como que tiren tus cenizas de alguna forma, trata de dejar las instrucciones de forma clara, por escrito y todo pagado con anticipación. Si puedes platicarlo con tu familia en vida o con quien quieres que sea el encargado de tus restos materiales, es lo mejor.
Y para terminar, platica con tus seres queridos de edad mayor acerca de sus planes y arreglos funerarios.
Puede ser que no quieran hablar del tema, pero si no tienen nada preparado, comienza a ahorrar para que, llegado el momento, además de una terrible tristeza, no tengas un gasto inesperado.
Todos pasamos por esta vida sólo por un tiempo.
Lo mejor que podemos hacer es vivir de forma que dejemos bellos recuerdos.