Manuel Martínez Benítez
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que inició en diciembre de 2018, está por concluir. Ha tenido, a lo largo de seis años, una particular forma de gobernar, misma que ha generado opiniones divididas: algunos celebran sus logros, mientras otros critican los desafíos no resueltos.
Por eso, en este texto exploraremos, con datos y basados en un análisis dado a conocer por Integralia, lo bueno y lo malo de su mandato; un gobierno que, sin duda, ha sido de claroscuros.
Desde el inicio de su gobierno, López Obrador se comprometió a mejorar las condiciones económicas de las clases más desfavorecidas. Y tal vez uno de los mayores aciertos de su administración ha sido el aumento significativo del salario mínimo, que creció 121.9% entre 2018 y 2024 (de $85.77 a $249, en promedio).
Este incremento permitió que muchas personas tuvieran mejores ingresos y contribuyó a reducir la pobreza laboral, que bajó de 39.8% a 35% en este periodo.
El desempleo también disminuyó, pasando de una tasa de 3.6% en 2018 a 2.7% en 2024.
Sin embargo, no todo en la economía fue positivo. El crecimiento económico promedio durante el sexenio fue de apenas 0.9%, muy por debajo del 1.9% registrado en el gobierno anterior.
Esta desaceleración se debió en parte a factores globales como la pandemia, pero también a la falta de políticas de estímulo económico, lo que afectó la confianza de los inversionistas.
De hecho, México perdió cinco posiciones en el ranking de competitividad internacional, lo que refleja una percepción de que el país no mejoró en este aspecto.
En cuanto a la inversión como motor de desarrollo, la privada creció 20.8% y la extranjera directa lo hizo con más fuerza, alcanzando un alza de 31.5%.
Sin embargo la inversión pública decreció -2.3%, dejando claro que el motor de crecimiento basado en la inversión viene del sector privado y no del gobierno.
Un dato interesante es el que demuestra que la actividad económica se concentró en el sur del país, con un crecimiento de 11%; en el norte creció 3.45%, en el centro norte 3.52% y en el centro 3.45%.
En cuanto a los “costos” de los productos, hay que recordar que durante algunos años de este periodo presidencial vivimos una “súper inflación” a nivel mundial, efecto de la pandemia. En la comparación de inicio a término, finalizamos casi con la misma inflación, con datos de 4.83% en 2018 y de 4.66% en septiembre de este año.
Uno de los principales enfoques del gobierno de AMLO ha sido la justicia social. Bajo su mandato, programas como la Pensión para el bienestar de los adultos mayores tuvieron un incremento masivo en su presupuesto, pasando de 53 mil millones de pesos en 2018 a más de 465 mil millones en 2024.
Entre estos esfuerzos y el aumento del ingreso, la pobreza multidimensional, que mide no sólo los ingresos, sino también el acceso a servicios básicos, se redujo de 41.9% a 36.3% según el Coneval.
A pesar de estos logros, hubo sectores en los que las políticas sociales no alcanzaron los resultados esperados. Uno de los más o el más afectado fue el sistema de salud.
La eliminación del Seguro Popular y la implementación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) generaron críticas, ya que el porcentaje de personas sin acceso a servicios de salud pasó de 16.2% en 2018 a un alarmante 39.1% en 2022.
La crisis sanitaria global evidenció las debilidades estructurales del sistema de salud mexicano.
La seguridad ha sido, sin duda, uno de los mayores problemas y desafíos para el país y para el gobierno de AMLO.
Aunque la tasa de homicidios dolosos se redujo en 23.2% (según los datos de Integralia), otros delitos, como la extorsión, aumentaron considerablemente, registrando un incremento del 36.8%.
Esto refleja una realidad compleja en la que, si bien se lograron avances en algunas áreas, la violencia y la inseguridad siguen siendo problemas graves.
Además, la violencia política durante los procesos electorales de 2023-2024 fue alarmante, con un aumento de 132.7% en el número de víctimas.
Por otro lado, la percepción de inseguridad entre la población disminuyó, de 75.9% en 2018 a 59.4% en 2024.
Si bien sigue siendo una cifra muy alta, esta reducción puede interpretarse como un pequeño paso hacia la mejora en la confianza ciudadana en su entorno,.
Otro pendiente de este y todos los gobiernos anteriores es el combate a la impunidad. El índice de impunidad de México Evalúa coloca a México en el 2022 en 96.3% de impunidad, dato gravísimo que deja en claro qué es lo que realmente deberíamos estar hablando con respecto a procuración de justicia.
Por cierto, según el (Inegi, la cifra negra de los delitos se ubica en 2024 en 93%; es decir hay un enorme número de delitos que no son denunciados.
En términos políticos, uno de los mayores logros de López Obrador, y claramente uno de sus principales objetivos, ha sido la consolidación del poder de su partido, Morena.
En 2018, el partido tenía sólo cinco gubernaturas, pero para 2024 Morena y sus aliados son el partido en el poder en 24 estados. Este avance refleja el respaldo popular que ha tenido el presidente y su movimiento en las urnas.
Sin embargo, la consolidación del poder no necesariamente se tradujo en una mejora de la democracia.
México cayó significativamente en el Índice de Democracia de The Economist, pasando del puesto 71 en 2018 al 101 en 2024.
Desde su campaña en 2018, López Obrador prometió erradicar la corrupción en México. Si bien hubo algunos avances, como la mejora en el Ranking de Percepción de la Corrupción (de transparencia internacional), donde el país subió 12 posiciones entre 2018 y 2023, otros indicadores sugieren que la corrupción sigue siendo un problema estructural.
Además, la capacidad institucional para combatir la corrupción se debilitó, como se refleja en la caída del Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción de la consultora Control Risks.
Esto plantea dudas sobre la sostenibilidad de las políticas anticorrupción implementadas durante este sexenio.
El mandato de Andrés Manuel López Obrador estará marcado en la historia como un periodo de grandes contrastes.
En el ámbito social, su gobierno logró avances importantes; sin embargo, los problemas en seguridad, salud y gobernabilidad opacan en parte esos logros.
Para quienes apoyaron su proyecto, López Obrador será recordado como un presidente que puso a los sectores más vulnerables en el centro de su agenda. Para sus críticos, su gobierno será visto como un periodo de oportunidades perdidas, en el que se descuidaron áreas clave, como el crecimiento económico, la seguridad y la calidad democrática.
En definitiva, el legado de López Obrador será uno de claroscuros, con luces y sombras que reflejan tanto sus logros como sus retos. Y, aunque su mandato termina, las consecuencias de sus políticas seguirán presentes en México por muchos años más.