Al pie de la letra
Rodolfo Rivera Pacheco / [email protected] [email protected] twitter: @rodolforiverap / facebook: Juan Rodolfo Rivera Pacheco / www.beapmexico.org
Aunque la sucesión presidencial de México ocurrirá hasta mediados de 2024, al igual que en Puebla la de gobernador, la verdad es que a nivel federal ya se adelantó bastante el proceso que culminará con un nuevo presidente de la República y un nuevo gobernador.
El problema es que en México nunca deja de haber elecciones, y con ello nunca deja de haber inquietud de precandidatos y aspirantes a cargos, que se han convertido en los empleos mejor pagados y con más proyección de negocios para volverte millonario en pocos años.
Porque acabamos de concluir el proceso 2021 (de hecho ni acaba todavía, porque hay decenas y decenas de impugnaciones en todo el país, Puebla incluido, y todo indica que habrá repetición de elecciones en no pocos lugares) y… ya viene 2022, cuando habrá elecciones para gobernador en seis estados del país: Oaxaca, Durango, Aguascalientes, Hidalgo, Quintana Roo y Tamaulipas. En Durango también se elegirán ayuntamientos (39) y en Quintana Roo su Congreso estatal (25 diputados locales), con todo lo que eso significa (movilización de partidos, candidatos, campañas, encuestas, intereses federales y un largo etcétera).
Y luego viene 2023, cuando se elegirán dos gubernaturas: Coahuila y Estado de México (la entidad con el padrón electoral más grande del país) y Congreso local en Coahuila (25 diputados).
Y bueno, ya sabemos que en 2024 se elegirá presidente de la República, Senado, diputados federales y, además, gobernador en nueve estados (Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán), con sus respectivas alcaldías y Congresos locales.
O sea… no dejará de haber procesos electorales importantes de aquí a 2024.
Repito: con toda la movilización de la industria electoral y mediática respectiva.
Por eso, todo lo que ocurra a partir de ahora se ajustará a intereses y aspiraciones de precandidatos presidenciales y aspirantes a gubernaturas en los estados mencionados. Desde luego, Puebla no es la excepción.
Para la Presidencia de la República, el propio titular actual del Ejecutivo ha desatado futurismo en su partido y echó al ruedo a varios “destapados” de Morena (como él mismo se autodenominó “destapador” y ellos “corcholatas”): Claudia Sheinbaum en primer lugar, seguida de Marcelo Ebrard, seguramente aspira Ricardo Monreal (aunque el presidente AMLO no lo mencionó), Juan Ramón de la Fuente y hasta Tatiana Clouthier (quien ya se autodescartó). La lucha ya comenzó y será realmente fratricida:
Si en el PRD había “tribus” (y la mayoría en Morena proviene del PRD), en Morena hay auténticas hordas, cuyos líderes o aspirantes a la nominación presidencial serán capaces de todo con tal de obtenerla.
De todo… hasta salirse de Morena e irse a abanderar a otro partido (MC o el PVEM recibirán con los brazos abiertos a Ebrard o a Monreal).
En el PAN aún no hay claridad, pero en las últimas semanas se ha movido mucho el excandidato Ricardo Anaya, quien ya dijo que aspira nuevamente a la presidencia y hoy se victimiza, ya de que el presidente “lo quiere meter a la cárcel”. Quién sabe si en el PAN lo vuelvan a lanzar (yo lo dudo mucho). Pero no hay otros realmente posicionados o conocidos. Desde luego está el gobernador de Yucatán Mauricio Vila o la esposa de Felipe Calderón, Margarita Zavala, pero la verdad es que no tienen grandes simpatías nacionales.
En el pobre PRI, primero tienen que ver si existe para 2024 y luego pensar en aspirantes a la candidatura presidencial.
Pero, desde luego, la lucha la traen en sus genes y ya se menciona por ahí al propio líder del partido, Alejandro Alito Moreno o bien al hoy gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo. Ambos con muy pocas posibilidades de caerle bien al electorado, pero ahí estarán.
Los demás partiditos es difícil que lancen candidato. Se sumarán a otros grandes para salvar registro y prerrogativas.
Hablo del PT, del PVEM, del PRD y seguramente de MC. Aunque este último en una de esas lanza al hoy gobernador electo de Nuevo León, el joven Samuel García, o bien recoge a un Monreal o a un Ebrard enojados de que no serían candidatos de Morena (aunque a Monreal lo calman dándole la candidatura a CDMX, pero desataría la furia de Martí Batres, quien ya pactó con Claudia Sheinbaum que él sería su sucesor).
En Puebla también comienza la carrera por la sucesión en la gubernatura y es más que evidente. Ya hay aspirantes claros en los partidos importantes y todos sabemos quiénes son. Aunque eso… eso es otra historia.