Nora Yessica Merino Escamilla
Como parte de la 4T –el movimiento de izquierda liderado por Andrés Manuel López Obrador en México– veo con asombro cómo los partidos de oposición están perdiendo su rumbo y se desdibujan ante la sociedad.
Se avecinan las elecciones de 2024, en las que elegiremos al próximo o próxima presidente, quien tomará las riendas del país, y es crucial que los partidos opositores se replanteen su enfoque si quieren por lo menos ser tomados en cuenta.
Desde que llegó la izquierda al poder con AMLO, he notado que PAN, PRI y PRD no han sabido formar una verdadera oposición.
En lugar de presentar propuestas sólidas y proyectos viables, se enfocan en ataques sin sentido, sin estrategia alguna, sólo buscando hacer montón. Y eso les puede salir caro en las próximas elecciones federales y estatales.
Una de las razones por las que los partidos opositores están fallando creo que es la falta de calidad moral en sus liderazgos (Alito, Markito y Los Chuchos).
Si queremos representar a la gente y ganar su confianza, debemos tener líderes éticos y comprometidos con el bienestar de la sociedad, sin verse envueltos en escándalos de corrupción ni privilegios injustos.
Además, falta unidad y cohesión en sus filas. En cambio, nosotros, como parte de la 4T, estamos trabajando juntos y construyendo un movimiento sólido.
Si bien es normal que haya roces y conflictos entre personajes, sabemos perfectamente que todas las voces se toman en cuenta. Eso es lo que la gente quiere, un equipo que escuche y trabaje para el bien común.
Y no olvidemos el clasismo y el odio que a veces muestran. Eso aleja a la gente, que busca representantes que entiendan sus necesidades y realidades.
Nosotros, en la 4T, sabemos que debemos ser inclusivos y representar la diversidad de nuestro país para poder conectar con la ciudadanía de verdad.
Desde que AMLO llegó a la presidencia, también hemos enfrentado polarización política. Los partidos opositores se enfocan más en atacar al gobierno en lugar de proponer soluciones concretas y se han dedicado a simular, con todo y todo para en ocasiones poder salvar sus registros.
Una verdadera oposición debe ofrecer alternativas, construir puentes y trabajar para el bienestar de todos los mexicanos o simplemente ofrecer algo mejor o por lo menos distinto.
Así que ahora que se acercan las elecciones los partidos opositores tienen una oportunidad para reflexionar y mejorar su enfoque.
Deben hacer una profunda autocrítica y evaluar sus prácticas actuales. Solo así podrán recuperar la confianza del electorado y ser una verdadera opción para gobernar.
Nuestra responsabilidad como parte de la 4T es seguir trabajando para mostrar resultados y cumplir nuestras promesas.
Hemos avanzado en temas como la lucha contra la corrupción, la inversión en programas sociales y el impulso a la educación. Pero sabemos que aún hay mucho por hacer y estamos comprometidos a seguir transformando nuestro país para el bienestar de todos.
Las próximas elecciones son un momento crucial para México. Sigamos trabajando juntos y demostrando que la izquierda puede hacer la diferencia.
Unámonos en torno a nuestras propuestas, con la convicción de que podemos construir un país más justo y equitativo para todos.
¡Vamos con todo!