Hervey Rivera
“No me llame Ternera” es un documental español, disponible en la plataforma Netflix, dirigido por el periodista Jordi Évole y Màrius Sánchez, en el que el primero entrevista a José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera, quien según el gobierno español fue uno de los dirigentes de la extinta organización armada Euskadi Ta Askatasuna (ETA: “Patria Vasca y Libertad” en euskera).
En 2018, precisamente Josu Ternera con el rostro descubierto y junto a dos personas con pasamontañas anunciaron el fin de esa organización armada nacionalista.
No obstante, todo tema relacionado con ETA y los atentados –que cobraron la vida de aproximadamente 850 personas entre civiles, militares, políticos, funcionarios públicos, empresarios, periodistas y guardias civiles– representa una fuerte polémica en España por lo que la exhibición del documental intentó censurarse en el Festival de Cine de San Sebastián, que nos prosperó por la defensa del trabajo de sus directores.
El legado de ETA aún suscita fuertes polémicas en la sociedad española.
Más que un documental, es una extensa entrevista que a partir de una revelación fortuita de Josu Ternera, confronta a una víctima de un atentado donde estuvo involucrado, Francisco Ruiz Sánchez, un expolicía del País Vasco. Es precisamente el centro de la polémica que acarrean los exintegrantes de la organización frente a sus víctimas.
Por momentos, el exmilitante se muestra tenso, evasivo, directo y acorralado por las preguntas del periodista que con información y cifras irrefutables pretende encontrar algún signo de arrepentimiento en las acciones.
¿Por qué José Antonio Urrutikoetxea aceptó una entrevista que cuestionaría cada uno de sus actos y decisiones? En sus propias palabras, respondió que se habían hecho muchas historias y que no había te – nido la posibilidad de contestar interrogan – tes y dar su versión.
El conflicto social, político y armado que significó la lucha de ETA contra el Estado español está muy lejos de superarse y de encauzar un camino de reconciliación entre las partes. El primer paso es la atención a las palabras de sus protagonistas y, sobre todo, de las víctimas que resultaron heridas y familiares de fallecidos.