AGENDA CIUDADANA
Jorge Alberto Calles Santillana
Semana, ésta, harto difícil para México. La captura de “El Güerito”, uno de los operadores financieros más importantes del clan de “Los Chapitos”, los consecuentes operativos militares en Culiacán, y las reacciones gubernamentales, hechos que siguieron a la designación de seis cárteles mexicanos como terroristas por parte del gobierno de Donald Trump, resultaron ser la cereza del pastel de una semana que ha expuesto el grado de descomposición política y social que hemos alcanzado.
A pocos días de que se cumpla el plazo –¿el primero?– establecido por Trump para definir o no la primera aplicación de aranceles a las exportaciones mexicanas, el Banco de México enturbió el panorama anunciando una predicción de crecimiento para este año recortada al 0.6 por ciento, en vez del 1.2 que originalmente había proyectado.
La noticia pasó casi inadvertida en medio de la inquietud generada por las acciones militares en Culiacán, además del sacudimiento producido por el anuncio hecho por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, según el cual 20 de las 50 ciudades más violentas del mundo son mexicanas; entre ellas, siete entre las diez con mayores números de víctimas por cada 100 mil habitantes.
Adicionalmente, Human Rights Watch presentó un informe sobre la violencia y la justicia en México en el que se afirma que la presidenta heredó “un país asolado por casi dos décadas de violencia”, en el que impera “una impunidad casi total”, pues nueve de cada 10 homicidios no son castigados; en el que la política de “abrazos no balazos” dejó “a las comunidades desprotegidas frente a grupos del crimen”, y en el que se lamenta el apoyo del actual gobierno a la militarización y la reforma al Poder Judicial.
Por si fuera poco, todavía reverberaba en el ambiente el duro golpe asestado al país días antes por Transparencia Internacional, cuando dio a conocer que la percepción ciudadana acerca de la corrupción aumentó el año pasado significativamente respecto de la que se registró en 2023. No es fácil asimilar una caída de 14 sitios en un ranking de 180 para ocupar el puesto 140, muy cerca del fondo.
Trump no sorprende al gobierno mexicano con la declaración, pues desde su campaña había anunciado una política agresiva en contra de los cárteles mexicanos, los cuales –dijo entonces y repitió esta semana– controlan buena parte del territorio mexicano. Pero indudablemente incrementa su presión sobre él.
Desde noviembre, la secretaría a cargo de García Harfuch ha estado más activa que en los seis años anteriores. Las detenciones se suceden día tras día; a diferencia de años pasados, ahora se han capturado personajes importantes, sobre todo del cártel del Chapo –supuestamente, el favorito de López Obrador– y se han registrado decomisos que superan todos los del sexenio pasado.
En medio de la defensa de la soberanía y alabanzas de Trump a Sheinbaum, que suenan más a burla que a reconocimiento, los principales diarios norteamericanos informan que aviones-espía norteamericanos vuelan sobre el territorio mexicano para ubicar la posición de los laboratorios de fentanilo.
Interesantemente, en sus conferencias matutinas la presidenta ha rechazado ser débil –¿quién hizo tal acusación?– y aclarado que la designación terrorista “no fue consultada con nosotros”.
Interesantemente, en cuanto se supo que Donald Trump calificaría de terroristas a los cárteles, Morena dio un fuerte impulso a su campaña de credencialización, especialmente entre figuras relevantes del oficialismo, incluido el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y proyectó al escenario público, nuevamente, a Andy.
¿Precampaña tempranera o visibilidad oportuna ante la eventualidad de una posible revocación?
Apartado, ¿en Cuba?, ¿en su rancho?, pero seguramente no en una oficina contigua a la de la presidenta, ¿el expresidente sigue moviendo sus brazos políticos –Adán Augusto, Andy– porque no le gusta que, ahora, la presidenta abrace a Trump y balacee a los miembros del crimen organizado muy a pesar de que también son seres humanos que merecen respeto y porque alienta la pérdida de la soberanía?
¡Vaya semana! No hay día en que no surjan hechos e informaciones que pongan en evidencia que la forma en la que los políticos mexicanos han venido practicando la política desde tiempo atrás, y especialmente ahora, ha creado condiciones para que más pronto que tarde estalle una crisis que será diferente a las que hemos vivido antes y de la que, difícilmente, se pueden prefigurar salidas.
La concentración de poder, la simulación y el no haber sido capaces de construir un Estado de derecho sólido nos han puesto en la situación que enfrentamos.
Curiosamente, ocurre en momentos en que la farsa –la nombra bien Lorenzo Córdova– por sustituir al “corrupto” Poder Judicial por uno elegido “democráticamente” podría ser el último clavo del ataúd.
Tiempos complicados se nos avecinan.