Felipe Flores Núñez
Como fundador del partido Movimiento Regenación Nacional (Morena), desde que era un movimiento social, y con la convicción de continuar por la ruta de la transformación que impulsa en el país esa corriente política, Rodrigo Abdala Dartigues considera como “natural” su deseo de ser el candidato a gobernador de Puebla.
En su plática con Crónica Puebla, se dice más poblano que el mole: “De aquí es mi familia. Nací en la capital el 13 de mayo de 1981, en el sanatorio Betania, aquí crecí, estudié en el Colegio Americano y al terminar la preparatoria me dijeron ‘no hay dinero, ponte a trabajar’, lo cual hice para luego cursar la carrera de Derecho en la Universidad de las Américas”.
Tras su intermitente paso laboral por el Instituto y el Tribunal electorales locales, así como ejercer la abogacía en un despacho particular, Abdala Dartigues se involucró de lleno en la actividad política para construir, junto con otros personajes afines al entonces activista Andrés Manuel López Obrador, lo que ahora es el partido político en el poder y el más poderoso en el país.
En días recientes, el ahora delegado federal en Puebla de la Secretaría del Bienestar hizo pública su aspiración a la gubernatura, convencido que es el momento. “Ese interés lo ratificaré toda mi vida, es un privilegio, es digno para mí que me ubiquen como una posibilidad”, contesta para insistir, sin meditarlo mucho, que de ser el caso “ganaría la encuesta”.
—¿No subes tarde al escenario, donde hay muchos otros aspirantes ya avanzados, con peso y recorrido político?
—No. No, de ninguna manera. La experiencia no te hace mejor. Puedes ver a políticos con una larga trayectoria con ideas muy frescas y otros de reciente creación con ideas rancias. Así que la experiencia, la edad, la juventud no son factores, sino las ganas, la preparación, el bagaje que puedas tener y que hayas adquirido a lo largo de estos años”.
Yo soy poblano. Aquí me casé, nacieron mis dos hijas y, como la mayoría de la gente, quiero vivir en Puebla el resto de mi vida, quiero que mis hijas tengan también las oportunidades que yo tuve; eso es lo que estoy buscando y por lo que estoy luchando”.
—Parece que no todos juegan limpio, están usando bardas y anuncios espectaculares para posicionarse. —
Ellos hacen lo que consideran conveniente para sus aspiraciones. Jamás escucharán de mí un juicio de valor, sobre todo negativo, contra nadie, procuro que eso no salga nunca de mi boca. No obstante, creo que lo más importante es entender que hay un método, mismo que todos elegimos y en el que todos estuvimos de acuerdo: la encuesta; luego, respetar el resultado. Así que hay que ser solidarios, congruentes, independientemente del resultado.
—Entonces no veremos bardas o espectaculares tuyos, ¿no sería una desventaja?
—Ahora no, definitivamente no, aunque sea una desventaja, porque son las reglas y me dispuse respetarlas. Aparte, mi posición es diferente porque tengo un cargo público y nunca lo haría. Y más allá, por mis propios valores, por congruencia, porque no quiero que se mezcle una cosa con otra. Así de sencillo, imagínate hacer promoción personalizada haciendo uso de los programas federales.
En ese sentido, dice haber estado siempre en absoluto acuerdo con elegir a los candidatos mediante encuestas y cita al presidente López Obrador cuando afirma: “el pueblo es sabio y sabe elegir, realmente creemos en eso; no es un eslogan, es uno de nuestros principios”.
Advierte que pudiera darse el caso de una elección a favor del personaje más conocido y no precisamente al mejor, pero pese a que este método pueda ser falible “es mejor y más democrático que el viejo dedazo que tanto cuestionamos”.
“Quien en su momento salga electo o electa, le vamos a estar apoyando hasta el final, desde nuestras trincheras, desde la parte moral, le vamos a echar porras, a involucrarnos de lleno con el ganador”.
—¿Qué opinas de los oportunistas que cada vez se suman a Morena?
—Es natural, porque el equipo ganador siempre atrae. Al principio hasta se burlaban de nosotros cuando ni siquiera éramos un partido, ‘qué tiernos’, nos decían, pero también hay que entender que es parte de un pragmatismo político y es válido el interés de muchos por querer incidir desde donde se toman las decisiones, desde adentro, para la construcción de un gran proyecto nacional.
Es decir, más allá de que mucha gente lo pueda ver como oportunismo, lo cierto es que la mayoría comulga con esa forma de pensar, la mayoría se identifica con un proyecto donde se busque, de verdad, combatir los problemas desde distintas ópticas, como siempre lo ha dicho el presidente: atacando las causas que originan los problemas, pero también reaccionando a los problemas que ya existen.
Hay gente que obviamente nada más busca su beneficio personal, eso va a ocurrir en la política, en la empresa, en el deporte, en todos lados, hay que entenderlo como una cuestión natural y como algo que no va a cambiar.
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—¿Este es tu momento, el de la coyuntura?
—Por supuesto que sí, pero más que nada no es una coyuntura donde yo me pueda escabullir, sino que es la coyuntura perfecta para que se mantenga un proyecto, que tiene como principal objetivo lograr que prevalezca en el país la justicia social desde todo aspecto.
De lo que se trata es que crear las condiciones para facilitar que todos los estratos sociales tengan posibilidades, tengan alternativas; desde las personas más abandonadas, cuyo contexto es el abandono histórico desde el gobierno, hasta los más privilegiados.
Todos también deben tener la oportunidad de aportar también ideas, propuestas, soluciones, para que nos volvamos entre todos y nosotros, como gobierno, facilitadores de aquello que cada uno necesita.
Hoy, más que nunca es la coyuntura de los ciudadanos, involucrarlos de verdad. Nunca más soltar la posibilidad de incidir en las decisiones, porque de no hacerlo cuesta y cuesta mucho, nos cuesta a todos. Hacerlo es estar siempre en posibilidades y en condiciones de obtener mejores resultados, paulatinamente.
Más allá de su vínculo familiar con el exgobernador Manuel Bartlett Díaz (qioem actualmente se desempeña como director de la Comisión Federal de Electricidad), subraya que su relación con él es “muy buena”, incluso lo ve con frecuencia y, por supuesto, hablan de política y de Puebla.
“Es una persona excesivamente documentada, actualizada, leída y culta, además, haber trabajado con él tanto en su campaña política y luego dos años y medio en el Senado me cambió, me transformó, me formó”, confiesa.
—¿Y qué piensa Manuel Bartlett de que ahora aspires a la gubernatura?
—Respeta mi decisión y quizá la alienta, mientras vea que estoy entusiasmado, pero no se involucra en el tema, suficiente tiene con sus ocupaciones al frente de la segunda empresa más importante del país.
Rodrigo Abdala se declara, sin tapujo, ferviente admirador del presidente López Obrador, al que sigue desde que lo escuchó en un pequeño mitin en Huaquechula en 2009, desde entonces trae la camiseta “bien puesta”, basado en la congruencia social.
“Siempre me atrajo, porque visualicé algo diferente en él, en su modo de hacer política, sus formas, fue casi un amor a primera vista. Cuando escuchas lo que dice, cómo lo dice, con qué sentimiento lo dice, por todo eso me enganché en su proyecto desde que ni siquiera Morena existía”, apunta.
Recuerda también los inicios de Morena, como una asociación política para luego integrarse como agrupación, llevar a cabo las asambleas estatales en el país para acreditar las firmas requeridas y solicitar su registro ante el Instituto Nacional Electoral como partido político.
“Fui parte de esa asamblea en el estado de Puebla, junto con otros muchos que participaron activamente. Fuimos fundadores de Morena como partido político”, resalta.
Con puntualidad en los detalles, el ahora funcionario federal hace remembranza de las diversas movilizaciones en las que participó, como aquella para solicitar una consulta pública tras la aprobación de la reforma energética en 2014, así como promotor de la soberanía nacional (PSN), de la cual surgió la primera generación de diputados federales de Morena, ya reconocido como partido político, de la cual fue miembro.
“En Puebla me tocó coordinar esa tarea en el Distrito 12, en el que fui candidato a legislador, pero entré a la Legislatura finalmente por la representación popular, con casi 20 mil votos, muy aceptables para ser nuestra primera incursión electoral”, recuerda.
En esa coyuntura de 2015, López Obrador lo designa como su enlace, su representante estatal para la construcción de la estructura de promoción y defensa del voto para la elección de 2018.
Refiere que como miembro de esa primera generación de diputados federales de Morena “las condiciones eran muy diferentes a las de ahora, entramos 35, muchos de los que ahora figuran en la vida política nacional, como Cuitláhuac García, Rocío Nalhe, Cristina Godoy, Ariadna Montiel y Rogelio Castro, entre otros.
Rodrigo Abdala subraya que sería “imperdonable” y un “error garrafal” minimizar a la oposición en 2024, pues considera que “hoy más que nunca” se debe hacer un gran esfuerzo para mantenerse el poder.
“La elección de 2018 fue sui géneris por el impulso que dio el ahora presidente López Obrador, pero eso no volverá a repetirse, la ola ya no viene tan fuerte y, como ejemplo, se perdieron en el caso de Puebla muchas posiciones, incluyendo la alcaldía capitalina, así que se debe trabajar muy fuerte para mantener y ampliar posiciones para continuar y consolidar el proyecto de la 4T”, concluye el funcionario federal la entrevista.
CON CÉSPEDES, EXTRAORDINARIO
Durante la charla, Abdala Dartigues reconoce que en algún momento hubo algunas diferencias con el gobierno estatal, a las cuales se refiere así: “Nunca las entendí ni dije una palabra”; en cambio, destaca que como delegado de los programas federales del Bienestar hay ahora una respetuosa y excelente coordinación institucional, la que se fortaleció recientemente al ampliar en Puebla a más de 73 mil los apoyos a personas con discapacidad. Además, su relación con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina la califica como “extraordinaria”.