Miles de brasileños enfrentaron este sábado el miedo a la COVID-19 y salieron a las calles a protestar contra el gobierno de Jair Bolsonaro, en un grito unísono «por la vida» que retumbó en las primeras marchas multitudinarias registradas en todo el país desde el inicio de la pandemia.
Convocadas por las centrales sindicales, partidos de izquierda y movimientos sociales, las protestas se efectuaron de manera pacífica en más de 200 ciudades de todo el país, incluidas las capitales.
Los protestantes exigieron al líder ultraderechista acelerar el proceso de vacunación en el gigante suramericano y aumentar el monto de los auxilios para que los más pobres -los más afectados con la pandemia- tengan un ingreso «digno» para enfrentar la crisis que llegó con el virus.
Armados de cubrebocas, alcohol en gel y carteles, los manifestantes también pidieron frenar las privatizaciones de las empresas estatales y que acaben los recortes presupuestarios en las universidades.
Inmensas pancartas con las frases «¡Fuera Bolsonaro!», «¡Vacuna para todos ya! «Bolsonaro genocida» o “Bolsovirus” fueron el común denominador en las marchas, junto a carteles recordando los 460 mil muertos y más de 16.3 millones de contagios en el país.
Pese a los cuidados de los manifestantes se registraron aglomeraciones, principalmente en las grandes capitales, donde las marchas fueron masivas.
«Estar en las calles para luchar es un acto extremo para decir basta», señaló el Partido de los Trabajadores (PT), la formación que lidera el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en su mensaje de invitación a las marchas.
El dilema entre el discurso del aislamiento social y el fomento que tendrían las aglomeraciones con las marchas de este sábado llegó a oponer entre sí a partidos y a líderes de la izquierda en algunas regiones del país, como en Bahía, donde el gobernador, Ruy Castro, promovió las manifestaciones en carro para evitar los contagios. (La Crónica de Hoy)