Soliloquio
Felipe Flores Núñez
Los hechos violentos ocurridos en la víspera en Tehuacán acaso sólo revelan la complacencia e ineptitud de muchas autoridades municipales, situación que obstruye los esfuerzos que se hacen para mejorar la seguridad pública en la entidad.
Garantizar la seguridad pública es una tarea fundamental para todo gobierno, en cuanto a que propicia sana convivencia, tranquilidad y paz social.
En un clima de inseguridad es impensable la estabilidad necesaria para promover el desarrollo económico, el progreso y el bienestar común.
Así lo concibió siempre el extinto gobernador Miguel Barbosa Huerta, quien aplicó varias medidas para mejorar el funcionamiento de los cuerpos estatales de seguridad, esfuerzo que incluso implicó ajustes y relevos constantes en los altos mandos policiales
En esa tendencia hubo otras acciones paralelas, para hacer más eficiente el complejo aparato encargado de la administración y procuración de justicia.
Barbosa Huerta se mostró además siempre dispuesto a brindar apoyos a los presidentes municipales que en circunstancias especiales fueron a tocar las puertas de Casa Aguayo.
Igual lo acreditó con la dotación extraordinaria –inédita en el caso poblano– de mil patrullas y diverso equipo operativo, para reforzar los trabajos de seguridad, especialmente en beneficio de los municipios con menor capacidad presupuestal.
A juzgar por los hechos recientes, también así lo ha entendido el mandatario estatal Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien ha subrayado de diversas formas y en varios momentos, la primacía del sensible tema para su mandato.
“Es de la mayor prioridad”, ha reiterado.
Una y otra vez, el gobernador ha exhortado a los alcaldes a que cumplan con su responsabilidad, al ser ellos los primeros respondientes en sus respectivas
comunidades.
Les ha pedido asumir el reto y el compromiso con acciones de proximidad.
Ha dicho que debe ser compartido el esfuerzo, mediante medidas de coordinación entre los tres niveles de gobierno, asumiendo que “todos somos corresponsables”, pero ha dejado claro que los alcaldes y sus policías municipales tienen la responsabilidad de actuar en primera instancia, ante la comisión de hechos ilícitos.
De allí que ha insistido en la necesidad de que los ediles refuercen estas áreas mediante certificaciones, capacitaciones y equipamiento, además de procurar hacer mayores inversiones.
Apenas este viernes, el gobernador Céspedes Peregrina sostuvo una más de sus reuniones regionales con alcaldes y sus mandos policiales, esta vez de la zona metropolitana, en donde resaltó que los gobiernos municipales son los primeros respondientes ante los llamados de la ciudadanía.
En Casa Aguayo recibió a los alcaldes de Puebla, Eduardo Rivera Pérez; de San Pedro Cholula, Paola Angón Silva; de Cuautlancingo, Filomeno Sarmiento; de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui; de Coronango, Gerardo Sánchez Aguilar; de Amozoc, Mario de la Rosa; de Ocoyucan, Rosendo Morales; todos con sus respectivos mandos policiales.
Acompañado también por el fiscal General del Estado, Gilberto Higuera Bernal, enfatizó que la preocupación de su gobierno por el impacto que la seguridad tiene en la vida de las personas, no sólo a quienes son víctimas de un delito, sino a toda la sociedad.
Allí, otra vez resaltó la importancia de que los alcaldes asuman cabalmente su responsabilidad, teniendo la firme iniciativa para colaborar y coordinar con los tres órdenes de gobierno.
En la reunión, el mandatario estatal ratificó sobre su proyecto para dignificar las instituciones y mandos policiales en los 217 municipios de la entidad, a través del Plan Estratégico de Acciones por la Seguridad y Justicia, cuyo contenido será dado a conocer en los próximos días.
Respecto a este plan, adelantó que se pondrá énfasis en la prevención del delito, la flagrancia, certificaciones y la capacitación en material de violencia de género para los policías, esto aplicado desde los Mandos Policiales, quienes representan la potestad de la fuerza en base a sus áreas inteligentes.
“Invertir más, incrementar su estado de fuerza, mejorar su equipamiento, capacitar a sus policías y por supuesto certificar a todos los elementos, a mí me queda muy claro el esfuerzo que hacen las y los presidentes municipales, lo reconocemos, sin embargo, necesitamos tener mayor coordinación y generar mayores esfuerzos”, dijo el mandatario.
El nuevo plan incluye capacitación en materia de violencia de género contra las mujeres y nuevos protocolos de actuación.
Está claro, entonces, el interés del gobierno estatal por mejorar sus políticas públicas en materia de seguridad. Así lo fue con Miguel Barbosa y lo es ahora, con una visión todavía más amplia y de mayor alcance, con Céspedes Peregrina.
Es evidente también que para lograr los objetivos planteados es necesaria no sólo la voluntad, sino la participación activa de los 217 presidentes municipales de la entidad.
Son los propios alcaldes los que conocen la dinámica de sus comunidades y saben bien dónde están los puntos sensibles, las áreas de riesgo e incluso, la identidad de posibles grupos delictivos.
No actuar en consecuencia no sólo representa un acto de flagrante irresponsabilidad, sino que también deja la sospecha sobre complicidades y hasta posible colusión.
Hay hechos, como los recientemente reportados en Tehuacán, que no deberían tolerarse.
La incompetencia del presidente municipal Pedro Tepole obligó al gobernador a citarlo de manera urgente, ante la creciente ola de inseguridad durante las semanas recientes, tras la ejecución de cinco personas en el municipio y otras tres en la región, además de que hay una creciente incidencia de hechos delictivos.
“El Estado está para respaldar, mas no para hacerse de las responsabilidades de los municipios”, enfatizó el gobernador este fin de semana al explicar el llamado enérgico que le hizo al alcalde Tepole.
Horas más tarde se informaría que se aumentará la presencia de la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía Estatal en Tehuacán, y que el trabajo coordinado abarcará también los municipios de Santiago Miahuatlán y Ajalpan.
El caso de Tehuacán resalta ahora especialmente, porque ocurre justo la coyuntura de un renovado esfuerzo para mejorar las políticas públicas en materia de seguridad. La ruta está trazada. Es tiempo de que los alcaldes hagan su tarea. Jalan parejo o que se atengan a las consecuencias.