Soliloquio
Felipe Flores Núñez
Justo a tres semanas de la elección, este domingo en el Complejo Cultural de la BUAP habrá de celebrarse el único debate previsto entre los contendientes a la gubernatura de Puebla.
Alejandro Armenta Mier, de la coalición “Sigamos haciendo historia”; Eduardo Rivera Pérez por la alianza “Mejor rumbo para Puebla” y Fernando Morales, de Movimiento Ciudadano.
En condiciones normales, la confrontación de este domingo no tendría mayor interés como ha ocurrido en ocasiones previas debido a las restricciones del formato, pero todo augura a que hoy será distinto.
Diversos acontecimientos ocurridos en la víspera hacen suponer que, más allá de las propuestas de los candidatos, que sin duda las habrá, la ocasión servirá para lanzar ataques y duros cuestionamientos, al menos en el caso del aspirante del PAN, PRI y PRD Eduardo Rivera, por lo que la expectativa es saber si el morenista Alejandro Armenta los dejará pasar o si se enganchará para responder con sus propios y lesivos misiles.
En teoría, los lineamientos dispuestos por el Instituto Electoral del Estado excluyen la posibilidad de hacer alusiones personales y hasta disponen que los participantes se deben sujetar a la temática convenida.
Pero eso no impedirá que hagan todo lo contrario, lo que podría poner en aprietos a los acreditados periodistas Patricia Estrada y Juan Carlos Valerio, quienes actuarán como moderadores.
De acuerdo con el guion, los candidatos tendrán en total 28 minutos cada uno para exponer sus propuestas agrupadas en tres bloques, referidos a Seguridad y justicia; Desarrollo económico y social, y Sociedad.
Serán desglosados a su vez en los temas de combate a la corrupción, seguridad pública y acciones de prevención; empleo, desarrollo urbano, salud, medio ambiente, turismo y cultura; así como educación, juventud, deporte, atención a mujeres y grupos vulnerables.
A simple vista es fácil inferir que son demasiados asuntos para ser abordados en tan poco tiempo, lo que limita la posibilidad de hacer planteamientos claros y propuestas concretas, así que no habría que esperar mucho, salvo en los casos de los temas que son del mayor interés público.
Entre estos, los relativos a la seguridad pública y la corrupción, coyunturas que parece propicias para que se susciten los ataques, las referencias agresivas y las alusiones personales.
Por supuesto que Eduardo Rivera, quien se dijo estar “súper listo” para el debate, citará el incidente ocurrido hace una semana, cuando varias personas allanaron el domicilio de sus vecinas con intenciones aún no totalmente clarificadas.
A su juicio, se trató de un atentado directo contra su familia y su persona, lo que en su momento tendrá que dilucidar la Fiscalía General del Estado al interrogar a dos de los presuntos atacantes.
El tema tiene muchas aristas y dependerá de su habilidad para exponerlo y cómo construye su narrativa sin caer en conjeturas vacías o acusaciones infundadas, lo que eventualmente se le pudiera revertir.
Otro asunto que podría sacar a flote el exalcalde es el relativo a la presunta participación y apoyo a favor de Morena del exmorenovallista Eukid Castañón, a quien por sus oscuros antecedentes se le atribuye ser el autor intelectual de los ataques fraguados en contra del frente opositor.
Rivera Pérez también expondría en el momento adecuado el antecedente político de Armenta Mier en el PRI, especialmente su conocida cercanía con el exgobernador Mario Marín, actualmente en prisión.
En estos casos, todo dependerá de la manera en la que Rivera Pérez induzca su narrativa para que en realidad esos señalamientos pudieran surtir efecto en su adversario.
Por su parte, Alejandro Armenta aseguró en las horas previas que enfocará su participación de hoy para plantear propuestas, pero se dijo consciente de que podría ser objeto de ataques y descalificaciones, por lo que en ese caso se defendería. “Como veo doy”, advirtió.
Para contrarrestar las muy probables embestidas, el morenista lleva sus respectivos proyectiles, algunos muy a la vista en perjuicio de actores políticos del bloque opositor, como el caso de la reciente detención por delitos graves de la priísta Tania N, quien figuraba como candidata suplente a una diputación.
También la revocación al amparo que en su momento gestionó el aspirante a una diputación federal Juan José Espinosa para evitar ser detenido por varios delitos, y la vinculación a proceso del panista Jesús Zaldívar.
Entre otros, en el tema de la seguridad pública Armenta Mier le podría cuestionar a Rivera Pérez por los precarios resultados en la materia durante su mandato como alcalde de Puebla capital y hasta podría referir su origen toluqueño, en un afán de cuestionar su poblanidad.
Eduardo Rivera sabe bien que ante la proximidad de los comicios, el debate es quizá su última oportunidad para reducir la ventaja que indiscutiblemente tiene ahora su rival y que en el mejor de los casos supera los 15 puntos, aunque los cálculos de Morena es que Armenta está aún más arriba, con una diferencia de hasta 600 mil votos.
Respecto a Fernando Morales, el tercer candidato que participará en el debate, tratará en todo caso de mantener el por centaje mínimo que ahora tiene y, aunque se presume que ocupará su espacio a plenitud para exponer propuestas, queriéndolo o no lanzará también algunos dardos en contra del panista Eduardo Rivera.
Aunque con algunas leves diferencias, puede afirmarse que los tres contendientes que veremos esta noche tendrán una actuación muy similar a la que recientemente exhibieron en su segundo debate los respectivos aspirantes a la presidencia de la República.
Alejandro Armenta, como Claudia Sheinbaum, está muy por arriba en la percepción pública y no le conviene exponerse demasiado. La duda es, ¿qué tanto margen le concederá a su rival cuando sea motivo de los muy probables ataques?
Eduardo Rivera, como Xóchitl Gálvez, se sabe abajo y eso lo obliga a jugar su última carta con la mayor argumentación posible bajo la premisa de que es ahora o nunca, así que tendría que ir a fondo con agresividad.
Por suerte, en el sorteo celebrado ayer le correspondió cerrar el debate con el mensaje final, lo que le brinda la oportunidad de lanzar un torpedo de la mayor dimensión.
Y Fernando Morales, con mucho menor empatía que Jorge Álvarez Máynez, tratará por lo menos de gravitar para mantener con vida en Puebla a su partido.
El debate de hoy tendrá una amplia difusión, pues además de que será transmitido por las plataformas oficiales del IEE –que ha hecho un gran trabajo en la organización– y por al menos 45 medios de comunicación, entre televisión, radio, portales de internet y redes sociales, habrá muchas mesas de análisis al terminar la sesión.
Aunque en realidad no se espera una gran audiencia –pese a que seguramente superará las cifras en eventos similares de años anteriores– el efecto valedero de la confrontación de hoy se dará por añadidura en el llamado postdebate, lo cual ocurrirá durante los días subsecuentes.
Es de suponerse que entonces todos se dirán ganadores y lo que ocurrirá es que nuevamente aparecerán las encuestas – algunas reales y otras no tanto– en las que cada bando tratará de sustentar su supuesto triunfo.
Sea como sea, para ninguno de los dos contendientes a la gubernatura será hoy un día de fiesta.
Lo que desde ahora puede asegurarse es que habrá al por mayor ataques, acusaciones y lamentos, pero finalmente nada o muy poco cambiará en el resultado de la jornada electoral del próximo 2 de junio.