Soliloquio
Felipe Flores Núñez
Este viernes se reunieron Melquiades Morales Flores, Guillermo Pacheco Pulido y Sergio Salomón Céspedes Peregrina. Tres personajes, tres historias, tres legados.
La fotografía que acredita el inusitado encuentro –portada en nuestra edición de ayer– fue subida en su cuenta de X por el actual mandatario con un generoso apunte:
“Uno siempre aprende de la experiencia de quienes estuvieron antes”.
Reunión inusual de dos exgobernadores de inmenso caudal político con el Ejecutivo de nuestros días, quien sin tapujos asumió en su mensaje adjunto:
“Poder platicar con quienes recorrieron el camino antes que yo, es siempre un privilegio”.
Como anfitrión, agradeció su generosidad, pero, sobre todo, “gracias por seguir aportando a Puebla”.
“Se les quiere bien”, remató.
Nobleza obliga.
En efecto, a Melquiades Morales y a Guillermo Pacheco se les quiere bien.
Tienen el aprecio y el reconocimiento de los poblanos.
Acuden con frecuencia a lugares públicos con la cara en alto, lo que en estos tiempos no es cualquier cosa.
Su trayectoria los avala y eso debió haberse ponderado para la convocatoria del viernes para un encuentro de altura, de civilidad política.
Cada quien podrá imaginar los temas abordados, pero nadie dudaría que Puebla fue el epicentro de la conversación.
La Puebla de ayer, la de ahora.
También de la Puebla que se espera ante la expectativa de un proceso electoral en curso que pronto definirá el destino de la entidad, como también del país.
En efecto, se habrían escuchado ahí voces de experiencia, vivencias de muchos momentos que forman parte de nuestra historia política.
Es de suponerse que el diálogo fluyó sin tropiezos, tratándose de tres personajes con perfiles, estilos y modos de percibir la política y la gestión pública de manera coincidente.
Servidores públicos sensibles y sencillos.
Políticos sin egos.
De visión humanista.
Figuras respetables y respetadas.
Cada uno con su propio bagaje.
Dos que ya dejaron huella y otro que apunta para trascender.
Melquiades Morales fue diputado local y treces veces diputado federal y senador de la República.
Dirigente del PRI y de organizaciones campesinas.
Embajador de México en Costa Rica.
Gobernador de Puebla de 1999 a 2005.
Guillermo Pacheco Pulido fue legislador local y federal dos veces.
Presidente municipal de Puebla de 1987 a 1990.
Presidente del Tribunal de Justicia de 1999 a 2008.
Maestro en derecho, autor de varios textos sobre jurisprudencia y articulista en medios locales.
Gobernador interino de Puebla de febrero a julio de 2019.
Sergio Salomón Céspedes Peregrina fue presidente municipal de Tepeaca de 2018 a 2021.
Diputado local dos veces y presidente del Honorable Congreso del Estado.
Hoy es gobernador sustituto de Puebla desde el 15 de diciembre de 2022, cargo al que llegó por consenso en tiempos turbulentos para recobrar la estabilidad social y la gobernanza, así como para inyectar el impulso que se había extraviado en periodo previo.
Son muchas las coincidencias.
Los tres con la más alta ponderación al valor de la familia.
Los tres abogados.
Proclives a la buena política.
De discurso y actuar conciliador.
Cada uno en su momento frente a circunstancias diferentes.
Los tres bajo el sustento de las mismas premisas: negociar, concertar, evitar confrontaciones.
Nada de agravios ni que pudiera provocar fracturas al tejido social.
Sumar, no dividir.
Sin protagonismos.
El gesto de la amistosa reunión del fin de semana tiene mensajes, lecciones que debieran ser aprendidas, en especial para algunos actores políticos de ahora.
Y en particular para quienes denigran a la política.
En esa lista negra figuran muchos.
Y es que, por desgracia, como una moneda, la política tiene otra cara.
Hay quienes la sublevan, pero también quienes la denigran y eso es culpa de los partidos políticos que reparten candidaturas a figuras populares.
Su fama tal vez garantiza votos, pero daña y degrada a la política.
Está el caso del exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, quien tras un pésimo mandato y de su complacencia con la delincuencia como gobernador de Morelos, ha sido premiado con una diputación federal.
Por ser local y el más reciente, cito además el caso de Nayeli Salvatori Bojalil.
¿Quién le dijo que la política se hace con banalidades? ¿Cómo calificar su video esta semana en redes sociales en el que hace burda apología del delito? ¿Es ético burlarse de los asaltos que muchos ciudadanos sufren en el transporte público?
Ante el alud de las virilizadas críticas que mereció su video, la ahora candidata a diputada ni siquiera pareció inmutarse.
En su frágil defensa ante sus miles de seguidores, Nayeli Salvatori contestó: “qué padre que estén tan atentos de mis redes, ¿eh? Tranquis, bájenle dos rayitas… ¡no se tiren al suelo por una parodia!”.
Dijo también que si no estuviera involucrada en política, esto no habría adquirido la magnitud que tiene”.
Pues sí, el problema es que sí está involucrada. Tendría que saber que hay valores, como el respeto. Respeto a la propia vida política y al partido que la nominó, pero, sobre todo, respeto a la ciudadanía.
Ni modo, es lo que hay, se diría.
Por eso se aprecia más que haya personajes que enaltecen a la política, como los que reunieron comedidamente este fin de semana.