Habría que hurgar con detalle para un análisis completo y ponderado del segundo informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador presentado este martes. A reserva de hacerlo, apelo por ahora a dos frases para contextualizar unas primeras reflexiones: “Por sus obras los conoceréis”, refiere la consigna bíblica. “El pez por la boca muere”, dice el refrán popular. Para reforzar esta inducción, queda claro que cualquier gobernante debe conceder prioridad a los mayores reclamos de sus gobernados.
Esta es una premisa que no admite desvaríos. Tampoco hay duda sobre cuáles son hoy en día los mayores apremios de la sociedad. El orden de importancia puede variar; no altera el producto, como dice la regla enunciada por Pitágoras: pandemia, economía, seguridad. Y de lo que ello derive.
Frente a la contingencia sanitaria por el COVID-19, el gobierno ha sostenido una actitud desconcertante, francamente contradictoria. Tal pareciera que no se dimensionó su letalidad y luego el tema lo rebasó. De minimizar la gravedad se pasó a los mensajes confusos, contradictorios.
“El tapabocas no sirve para nada”, se decía y se ratificaba con actitudes de menosprecio y con una negativa persistente para practicar más pruebas. Mientras, las cifras de contagios y decesos repuntaban sin freno. Se aseguró después que la curva estaba controlada, pero el ascenso de las cifras persistía. Y de remate, se habló de un tope al que, aseguraron, no llegaríamos.
“Sería un escenario muy catastrófico”, se dijo. Ese tope se rebasó la semana pasada, hoy estamos en la cima de la escala global. El pronóstico de los expertos del gobierno que todos creíamos, falló. ¿Qué dijo a este respecto AMLO en su informe? Muy poco, casi nada. Transcribo: “La pandemia no es un asunto político sino de salud pública.
Por eso he confiado las decisiones en esta materia a un equipo de profesionales con gran experiencia y capacidad… La emergencia sanitaria mundial vivida este año ha planteado problemas muy graves para todos los países y nos obligará a todos a repensar y a cambiar muchas cosas.
Además del tremendo dolor que ha causado la pandemia, ha quedado comprobado que sus efectos son más graves si padecemos de hipertensión, obesidad y diabetes. Por eso debemos cuidar nuestra alimentación y no consumir productos chatarra con excesos de azucares, sales y químicos; por nuestra salud, debemos practicar el ejercicio y el deporte para fortalecer nuestro sistema inmune y bajar de peso”.
Por otro lado, transitamos por el peor momento de la economía en la era moderna. La crisis económica hoy agudizada al extremo ya repuntaba desde principios de año, antes incluso de la embestida del COVID-19, con una estimación de cero en crecimiento.
El discurso oficial, no obstante, se mantuvo en tono optimista incluso durante la contingencia y frente al desplome del empleo. “Vamos bien, habrá recuperación, ya tocamos fondo pero vamos para arriba”.
Casi al borde del precipicio, la semana pasada el Secretario de Hacienda se vio obligado a sincerarse y adelantó que para 2021, el país vivirá la peor crisis económica desde 1932; la más fuerte a las posteriores de 1994 y 2009. “La peor desde hace un siglo”, asumió. Y que los recursos disponibles se agotarán a fin de año, “no habrá colchón, ni guardaditos”. ¿Qué dijo AMLO en su informe del martes? “Estamos enfrentando la crisis económica provocada por la pandemia con una fórmula distinta. Ahora, todos los apoyos y créditos se entregan de manera directa para reactivar la economía de abajo hacia arriba”.
“Pronostiqué que la crisis económica provocada por la pandemia sería transitoria; dije que será como una “V”, que caeríamos pero que saldríamos pronto; afortunadamente así está sucediendo; ya pasó lo peor y ahora vamos para arriba; ya se están recuperando los empleos perdidos, se está regresando poco a poco a la normalidad productiva y ya estamos empezando a crecer”.
“Ya está en marcha la nueva política económica sustentada en la moralidad, la austeridad y el desarrollo con justicia. Sigue en pie el compromiso de terminar de sentar las bases del México del porvenir para el primero de diciembre, cuando se cumplan dos años de gobierno. A partir de entonces, una vez que se tengan construidos los cimientos, solo quedará la tarea de terminar la obra de transformación y seguir gobernando con rectitud y amor al pueblo para contar siempre con su respaldo”.
Y por último, en cuanto a la seguridad pública, es un hecho que la percepción ciudadana es en el sentido de un aumento de asaltos, robos y extorsiones, mientras que los números de personas asesinadas en la actual administración ya superaron cualquier estimación, con un total de 58 mil, y este 2020 se perfila como el más violento de la historia.
Se destaca que entre enero y julio de este año se han registrado 96 homicidios dolosos cada día, para un total de casi 21 mil víctimas, la mayor cifra registrada en un periodo similar. La violencia de género también ha repuntado a pesar de programas especiales, pues tan solo este año han ocurrido 2 mil 240 mujeres asesinadas en el país, equivalente a 10.5 al día.
Respecto a las acciones contra las grandes organizaciones delictivas y a los capos del narcotráfico, la lucha ha sido inocua. Lo que se mantiene en la memoria colectiva es aquel incidente de la liberación inexplicable del hijo del Chapo Guzmán y el compasivo incidente que protagonizó el presidente López Obrador con su señora madre. A pesar de todo ello, se insiste en que la estrategia anticrimen está dando resultados.
¿Qué se dijo en el informe presidencial? “Estamos avanzado en el combate a la delincuencia. Hemos establecido una nueva estrategia que empieza por procurar trabajo, educación y bienestar a las personas que están en riesgo de ser reclutadas por los grupos delictivos, especialmente, jóvenes.
La lucha contra la pobreza, el desempleo y la marginación va acompañada del despliegue de la Guardia Nacional, un cuerpo de paz y de proximidad con la población, con presencia en todas las regiones del país, que cuenta ya con 97 mil elementos bien equipados y formados”.
“Para alojar a estos responsables de la seguridad del pueblo, se han construido 79 cuarteles, se encuentran en proceso 34, y están por iniciarse 135 más con lo cual llegaremos a 248 cuarteles a finales de 2021. Casi en todos los delitos ha habido disminuciones en comparación con noviembre de 2018”.
“Hay menos secuestros, feminicidios, robos a transeúntes, a transportistas, robo de vehículo, robo en trasporte público colectivo, robo en transporte público individual, robo a negocio y robo a casa habitación, en todos ellos se ha registrado una baja del orden del 30 por ciento en promedio. Solo han aumentado dos delitos: homicidio doloso y extorsión en 7.9 y 12.7 por ciento, respectivamente; vinculados, en lo fundamental, a la llamada delincuencia organizada”.
Y de colofón, la expresión del propio AMLO el 1 de septiembre: “No es para presumir, pero en el peor momento contamos con el mejor gobierno. Estamos enfrentando dos crisis al mismo tiempo, la sanitaria y la económica, y vamos saliendo adelante…” Estos son los dichos y los hechos. Remato con otra frase, ésta del emperador romano Julio César: “Los hombres creen lo que desean”.