Este fin de semana, un juez de Control Federal Especializado ordenó a la Fiscalía General de la República investigar al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud federal, Hugo López-Gatell Ramírez.
La autoridad judicial consideró que hay elementos para indagarlo sobre su presunta responsabilidad por omisión en el delito de homicidio, frente a la pandemia de la COVID-19. Lo señala también por negligencia, falta de cuidado y el debido ejercicio de su función pública en la atención de víctimas del virus.
En su resolución, el juez Ganther Alejandro Villar Ceballos ponderó que esa desatención ha tenido como resultado material la muerte de miles de mexicanos, determinó que la FGR no puede ser omisa en la investigación y, en todo caso, debe emitir una respuesta fundada y motivada que explique por qué no realizaría la indagatoria reclamada.
Esa investigación habría sido ordenada a partir de una denuncia que, en noviembre de 2020, presentaron ante la Fiscalía los familiares de Felipe del Carmen Jiménez Pérez y Eber Álvarez Zavala, quienes murieron por COVID-19.
Desde entonces la FGR se negó a iniciar la carpeta de investigación y notificó a los denunciantes que no había delito que perseguir, ante lo cual los afectados presentaron un juicio de amparo que originalmente fue desechado, pero en la revisión se determinó su procedencia.
Familiares de las víctimas acusaron a López-Gatell del delito de falta de deber de cuidado, al ser el responsable del manejo de la pandemia y no llevar a cabo las medidas necesarias para evitar la muerte de personas.
Aseguraron que el funcionario incurrió en negligencia y falta del debido ejercicio de su función pública ante la pandemia, así como incumplimiento de sus obligaciones, “teniendo como resultado material, la muerte de miles de mexicanos”.
Casualmente, las víctimas de este suceso eran empleadas del conocido abogado Javier Coello Trejo, quien fue subprocurador de la entonces PGR en los años 80, conocido desde entonces por su rudeza como el “fiscal de hierro”.
El propio Coello Trejo ha declarado que desde el inicio de la pandemia hubo omisiones por parte del funcionario, incluso decisiones contrarias a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Citó como ejemplos haber minimizado la emergencia sanitaria y que al inicio de la pandemia no permitió a los hospitales privados aplicaran pruebas para detectar el virus, así como su insistente negativa a recomendar el uso de cubrebocas a la población en general.
“A nombre de las víctimas pedimos que se haga justicia. Van miles de muertes por la negligencia, porque no se cerraron fronteras, porque no se atendió la pandemia como es correcto”, señaló al tiempo de precisar que el asunto no debe tratarse con fines políticos, ni una disputa entre liberales y conservadores, sino con caso de estricto apego a la ley.
“Lo que se pide es justicia, que se acabe la justicia selectiva y que se acabe la impunidad”, expresó Coello Trejo, al referir otros casos similares en el mundo sobre posibles consecuencias penales de funcionarios que se han encargado de gestionar las acciones para contener la epidemia.
Entre ellos, refirió que en julio de 2020 la Fiscalía General de la Corte de Justicia de la República de Francia abrió una investigación por la gestión de la pandemia en contra de la exministra de Salud, Agnès Buzyn, y en septiembre de 2021, la hoy funcionaria de la Organización Mundial de la Salud fue imputada formalmente por la justicia francesa por posible negligencia en sus funciones.
Otro caso se suscitó en Chile, cuando un juzgado en la capital de ese país autorizó tramitar una demanda en contra de Enrique Paris, ministro de Salud, y otros miembros de la dependencia por su presunta “negligencia” por el ingreso de la variante Delta al país.
También en Brasil, el Tribunal Supremo de Brasil ordenó una investigación en contra el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, por la crisis y manejo de la pandemia en el estado de Amazonas.
¿Qué podría ocurrir aquí?
Si bien el suceso sienta un significativo precedente y responde en buena medida al reclamo muy generalizado sobre la fallida conducción de la pandemia desde sus inicios hace casi dos años, puede adelantarse que no pasará del escándalo mediático.
López-Gatell goza del manto protector del presidente López Obrador y eso es suficiente para deducir que la FGR –también a disposición de la 4T, a pesar de su autonomía– encontrará el vericueto legal para desechar la denuncia.
Más allá de lo anecdótico del caso, lo cierto es que no se recuerda en tiempos recientes que un funcionario federal de alta envergadura como Hugo López-Gatellhaya sido tan seriamente cuestionado. Y tampoco hay antecedente que los reclamos, provenientes de muy diversos actores sociales, sean desoídos con tan singular displicencia.
La denuncia aludida no es la primera formalizada que enfrenta el subsecretario de Salud. Hace unos días la bancada de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados presentó ante la Comisión Permanente un exhorto para que la Secretaría de la Función Pública retome una investigación que existe en su contra desde 2020, misma que fue ampliada el año pasado.
Igual se le acusa de negligencia y por su probable incumplimiento a los principios que rigen a los servidores públicos y se solicita además a la Secretaría de Salud que sea removido de su cargo, ya que “ha actuado de manera contraria a su obligación profesional”.
Nada ha ocurrido de esos reclamos.
Bueno, si los exhortos de senadores y diputados han logrado siquiera que comparezca ante el Congreso, mucho menos una o varias investigaciones le harán mella. No pasará nada mientras López-Gatellsiga cubierto por el manto presidencial.
El mismo manto que protege y mantiene vivitos y coleando, entre otros, a Félix Salgado, a la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, y al recién nombrado Embajador en Panamá, Pedro Salmerón. Casos distintos, pero todos con evidencias de que violaron a la ley.
Toda esta narrativa acredita que la justicia no es igual para todos y que la impunidad auspiciada desde los círculos del poder, prevalece todavía.
Y eso que se pregona que ahora son distintos.