Al concluir el año no hay mucho margen para pensar en mejores augurios para el 2022 que se avecina.
Los principales retos y los mayores apremios prevalecen.
En perspectiva, se aprecian contrastes.
Tras tanto tropiezo y mientras la cobertura de la vacunación parece satisfactoria, la pandemia de COVID-19 recobra fuerza y vuelve a amenazar, ahora con la variante ómicron.
En este caso no sorprende la nueva torpeza del subsecretario de Salud federal Hugo López-Gatell, que desoye la recomendación de la Organización Mundial de la Salud para restringir la movilidad en la temporada de fin de año por los riesgos de contagios masivos.
Según él, la sugerencia es sólo para los países europeos, mientras que aquí ya se reportan casos de esa variante que, se ha confirmado, se transmite de manera exponencial. Otra vez mismos errores, ya vendrá el juicio final.
Algo similar ocurre en torno a la economía, que parece reaccionar con la reactivación para permitir que se recuperen empleos aunque de modo lento, mientras que en carril paralelo la inflación avanza galopante en perjuicio de los que menos tienen. Eso no se dice en el discurso.
Hay rubros en los que la situación podría empeorar.
Es el caso de la seguridad pública donde no se aprecia la fuerza del Estado, los índices de homicidios son espeluznantes y las organizaciones delictivas siguen actuando con pasmosa impunidad para extender su dominio cada vez a mayores territorios. Los casos de Michoacán y Zacatecas son patéticos, pero los herederos de “El Chapo” Guzmán y sus compinches duermen tranquilos. Abrazos, no balazos.
En otros ámbitos de la vida nacional tampoco se avizoran mejorías, al contrario.
Se sigue alentando la polarización social desde la cúspide del gobierno y eso no contribuye a una deseada concordia nacional. Cada vez se abren más frentes de batalla, como en el CIDE entre los más recientes.
Y en la agenda política se anuncian nuevos episodios de disputa.
El asunto de la revocación del mandato presidencial dará todavía mucho de qué hablar. En mucho nos evoca el “Oye Bartola” del ilustre Chava Flores.
Luego habrá que afrontar la rispidez en el tratamiento legislativo de las reformas de la 4T en materia eléctrica, electoral –con el vapuleado INE de por medio– y la que pretende incorporar a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Todos temas punzantes impulsados por una 4T impositiva que trata de moldear a su interés medidas de amplia resistencia social.
Como cereza del pastel, habrá elecciones para gobernador en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Nueva confrontación entre Morena, que seguirá sumando triunfos, y la todavía débil alianza PAN-PRI-PRD.
Todo este devenir en aguas turbias no es motivo de preocupación del capitán del barco, cuyos bonos seguirán al alza pese a sus desvaríos, aunque a estas alturas el tiempo empezará a correr en su contra.
Las etapas que siguen serán las más complejas.
A falta de resultados, habrá prisas y con ellas el riesgo de más errores.
Además, el discurso denota agotamiento.
A todo ello, es predecible que se incurra en distracciones.
La tentadora ambición del 2024.
No podría ser de otra manera ya en la víspera de la sucesión, empujada con antelación por la propia 4T.
Digamos entonces que con sus añadidos, nos espera en el 2022 una réplica de los temas que más sobresalieron y preocuparon en el recuento del año que se desliza: COVID-19, economía (empleo) y seguridad (justicia).
Hay fundado pesimismo tras un año que nos dejó además el recuerdo de personajes que fueron epicentro.
Historias diferentes que ya hicieron historia.
Por su protagonismo y lo que implica su propia subsistencia, son ya auténticos antihéroes.
Ellos podrían inspirar los mejores guiones para series de época.
El orden no altera las tragicomedias.
Anote: Hugo López-Gatell, Félix Salgado Macedonio y Emilio Lozoya.
Los tres son ícono de una realidad que no todos advierten, pero que bien dibuja nuestros días.
¿Cuántos casos más para el año que ya se avecina?
Soliloquio hará una pausa, obligada y necesaria.
Estaremos de regreso en el 2022.
¡Felices fiestas!