Soliloquio
Felipe Flores Núñez
Lo daban por muerto, pero todavía patalea.
Casi en agonía, en un desesperado intento por figurar en el escenario político nacional, el PRI organizó esta semana el foro Diálogos por México.
Militantes distinguidos usaron el espacio para expresar su aspiración a la Presidencia de la República.
Otros más llamaron a la unidad para frenar a Morena y evitar en 2024 una “elección de Estado”.
Como el miedo no anda en burro, todos coincidieron en la necesidad de conformar una coalición en la que, suspiran, también participe Movimiento Ciudadano.
Podría decirse que fue un ejercicio democrático al interior del partido.
No lo fue, por desgracia, cuando por detrás estuvo la mano de su devaluado dirigente nacional.
Alito Moreno no tiene autoridad moral para convocar a las huestes tricolores. No lo representa. Ni tampoco un Judas podrá ser un válido interlocutor ante otros partidos.
Respecto a su llamado foro, nada que ver con lo que ocurrió en 1987, en la antesala de la elección que finalmente ganaría –de modo por demás confuso y controversial– Carlos Salinas de Gortari.
Eran los tiempos en los que el PRI empezaba a padecer de divisiones y fracturas. En la ruta para designar al candidato ideal, se decidió convocar a cinco connotadas figuras para que expusieran, ante el pleno partidista, su propuesta de nación.
Comparecieron entonces, por orden alfabético: Ramón Aguirre Velázquez, Manuel Bartlett Díaz, Sergio García Ramírez, Miguel González Avelar y Carlos Salinas de Gortari.
Aquella pudo haber sido una maniobra de simulación, pero al menos la pasarela sirvió para contener a los distintos grupos y concitar a la tan preciada unidad partidista.
Justo es decir que desde entonces deambulaba el fantasma de Andrés Manuel López Obrador, pero con todo y su desgaste, el PRI pudo mantenerse en el poder.
A Salinas le siguió el gobierno de transición de Ernesto Zedillo y de ahí la debacle tricolor, con la irrupción del panismo con el histórico triunfo de Vicente Fox, que acabó decepcionando, y después la irrelevante gestión de Felipe Calderón.
En ese trance, el mito de AMLO engrandecía.
Tras 12 años de frustraciones, revive el PRI en 2012 con Enrique Peña Nieto, cuyos excesos y corruptelas le abrieron las puertas de par en par a la incontenible ola de Morena y su 4T, que ahora se aferra al poder.
Así, hasta nuestros días, de una muy anticipada contienda electorera rumbo a otra sucesión presidencial, en la que de modo cínico el dirigente nacional priísta Alejandro Moreno Cárdenas asegura que México “está por conocer al mejor PRI de la historia; estamos listos para regresar a gobernar al país en coalición”.
Alito hizo también un nuevo llamado al fortalecimiento de la coalición Va por México, pero que incluya a Movimiento Ciudadano, “pues todos cabemos en este proyecto encabezado por el tricolor”.
Ajá.
El caso es que el desangelado PRI muere hoy por ser protagonista y utiliza a lo poco que le queda en la cartera con su referido foro Diálogos por México, en donde hubo, pese a todo, voces dignas de escuchar.
Se dirá que son patadas de ahogado, pero lo cierto es que provienen de figuras que merecen todavía respeto y consideración, como es el caso, entre los más notables, de Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid.
La exgobernadora de Tlaxcala advirtió que, en el gobierno federal, “existe una intención de perpetuar al partido en el poder”.
“Sabemos que el partido en el poder estará cobijado por una elección de Estado. No permitiremos una elección de Estado, no permitiremos la intromisión de los llamados servidores del bienestar, no queremos que el Estado meta las manos para ganar una elección ficticia”, enfatizó.
La actual legisladora reiteró que aspira a contender por la silla presidencial, por lo que pidió piso parejo y propuso que la selección del candidato sea a través de un método democrático, “ya sea elecciones primarias o consultas a la base”.
Paredes Rangel llamó al PRI, PAN, PRD y otros partidos de oposición a crear un gobierno de coalición, “que garantice que nuestra alianza no sólo sea electoral o legislativa, sino que también sea gubernamental”.
Por su parte, Enrique de la Madrid urgió al PRI a formar alianzas, pues sostuvo que sólo juntos podrán dar la batalla en las elecciones presidenciales de 2024.
“Juntos sí podemos, necesitamos formar un gobierno de Coalición en el que cabemos todos, es así como podemos salvar a México, lo que está en juego es el país”, señaló.
El exsecretario de Turismo sostuvo que hay dos tipos de hombres: los que serán recordados por ser malos políticos y los que serán recordados por su buen trabajo y, en esa reflexión, se declaró listo para ser parte del segundo grupo, como candidato a la Presidencia de la República: “Yo sé de qué lado quiero estar y estoy listo para eso”.
Reconoció que el PRI del pasado “no fue capaz de reducir la brecha de la pobreza”, “no fue capaz de enfrentar exitosamente a la delincuencia”, incluso “fue omiso al tolerar actos de corrupción de sus integrantes”.
“Debemos comprometernos a que no volverá a pasar”, mencionó al asegurar que el rumbo actual del país “es absolutamente inviable”, pues estamos sumidos una crisis de inseguridad, de salud y económica; también llamó a defender la gobernabilidad y la democracia, defendiendo con ello la autonomía del INE.
“No queremos volver al pasado, pero el presente, insisto, es inviable y les aseguro que hay un futuro mejor”, concluyó.
Lástima que las actuales circunstancias hagan que esos mensajes de hondo contenido se vayan al vacío.
Indiscutiblemente que el tiempo del PRI ya pasó, aunque a decir verdad, con su flacidez extrema, todavía se mueve.