En menos de tres años, la tehuacanense Mariette Canaán pasó de no conocer el deporte a convertirse en subcampeona nacional de enduro, una modalidad de ciclismo en el que se debe hacer descensos al aire libre, casi siempre en cerros, en el menor tiempo posible, para lo cual se necesita una gran habilidad de manejo y una importante condición física.
Madre de dos pequeñas, comenzó a practicar el ciclismo como una forma de ejercitarse junto a su esposo, pero la adrenalina de este deporte la llevó a convertirse en rider y comenzar a competir este año en el Serial Mobil, considerado como el de mayor nivel en el país.
Su estilo de vida y el de su familia dio un giro total cuando se decidió a practicar el enduro, pues pasaron del gusto por las fiestas y desveladas, a la disciplina y el ejercicio en algo que también les ha permitido tener una mayor interacción.
SUBCAMPEONA NACIONAL
Desde su natal Tehuacán, Mariette Canaán platicó con La Crónica Puebla sobre sus inicios en la bicicleta, a la cual se subió buscando una forma de tener actividades recreativas junto a su esposo.
“Yo empecé este deporte con mi esposo, empezamos juntos hace tres años en el ciclismo de montaña de forma recreativa, era una forma de hacer ejercicio juntos, hasta que en 2019 conocimos a un grupo de ciclistas que hacían el enduro, ellos nos empezaron a jalar a esta modalidad y así inicié, desde cero porque lo más cercano que yo había hecho fue motocrós cuando era joven, entonces yo no sabía ni cómo subirme a la bici, ni todos los términos del deporte”, indicó.
La bicicleta y el cerro de la cantera, ubicado en la Meseta del Riego, se habían vuelto un hábito para rodar junto a su esposo, pero su evolución comenzó a ser tan notoria que decidió prepararse para competir.
“El enduro se divide en cuatro o cinco etapas para descender pedaleando, dependiendo la competencia y lo tienes que hacer en el menor tiempo, cada carrera dura entre cuatro o cinco horas. Este deporte implica mucho desgaste físico, porque además de estar pedaleando tienes que estar moviéndote de cerro para la siguiente etapa, subirlo para después descender en la bicicleta. Al final te suman los tiempos que hagas en cada descenso y eso define tu posición”.
“Como lo empecé a hacer con mi esposo se me facilitó, comencé a notar que tenía talento, vi que descendía al mismo nivel que los hombres, mis entrenamientos siempre fueron con hombres hasta que un día le dije a mi esposo que quería competir para conocer el ambiente y, sobre todo, porque son pocas las mujeres reconocidas en este deporte, me dio curiosidad de medir de qué estaba hecha”, dijo.
Y así, en marzo pasado se enroló en el Serial Mobil, un campeonato nacional de gran nivel que lleva pruebas a diversas partes del país, en el que tuvo que aprender sobre la marcha lo que significa ser rider profesional.
Pero desarrolló tanta habilidad que rápidamente se supo adaptar y pudo obtener buenos
resultados en las cinco sedes del torneo, subiéndose a dos podios y obteniendo una puntuación que le permitió ser subcampeona nacional, apenas 16 unidades abajo del primer lugar.
“En marzo de este año fue mi primera carrera en una competencia formal, debuté en Oaxaca, de ahí estuve en Morelia, luego en León, después en Guadalajara y cerré en Guanajuato. La verdad me ha ido bien porque en mi primera carrera quedé en cuarto lugar, en Morelia quedé tercera, en Guadalajara no me fue nada bien porque terminé en quinto, pero en Guanajuato, que era el circuito más difícil del serial porque fue urbano y terminamos en la Alhóndiga de Granaditas, subí al podio y los puntos de todas mis carreras me permitieron terminar en segundo lugar nacional, me quedé a unos 16 puntos del primer lugar, casi chillo”, declaró.
EL ENDURO, SU DESESTRÉS
La adrenalina que genera el ciclismo es lo que la ha enganchado y la tiene practicándolo casi todos los días, con lo que añadió un nuevo rol a su vida, el cual ha tenido que conjuntar con el de ser esposa y madre, y que a su vez se ha convertido en un complemento perfecto para liberar el estrés y la presión que enfrenta con su día a día.
“Lo que me enganchó a este deporte fue la adrenalina, cuando vas en el descenso no te da tiempo de pensar en otra cosa. Soy mamá de dos niñas, estoy casada y el enduro me sirve para desahogarme, de desconectarme del estrés del día. Mi esposo me apoya mucho, sobre todo ahora con las competencias porque no todo es maravilla, es planear quién cuida a las niñas, viajes, hospedaje, tiempos de entrenamiento y carreras”, señaló.
Por ende, sus días se han vuelto más ajetreados, ahora se debe despertar muy temprano para poder entrenar prácticamente durante toda la semana y después atender a sus pequeñas, además de apoyarlas en sus estudios.
“Mi día empieza muy temprano, 5:30 de la mañana me despierto para ir a entrenar, ya sea en el cerro a donde voy tres o cuatro días a la semana y los demás trabajo aquí, tengo mi equipo para entrenar aquí. También estoy con mis hijas, veo que se conecten a sus clases o las ayudo en sus tareas”, nos explicó la ciclista.
MI VIDA CAMBIO POR EL CICLISMO
Todo esto le dio un giro total no solo a su vida si a la de su familia, pues antes de que conociera el enduro, sus horarios eran totalmente diferentes, ya que gustaban de ir a fiestas con amigos; sin embargo, ahora eso quedó en el pasado.
“Mi estilo de vida y el de mi familia dio un giro total, porque antes era que las fiestecitas, las reunioncitas con los amigos, los fines de semana eran desveladas seguras y ahora es planear viajes para la bici, visitar a amigos riders, mis hijas ya están adaptadísimas, las llevo al cerro, nos cambió todo, desde el hecho que preferimos dormir temprano para despertar temprano, ya nuestro estilo de vida es darles un buen ejemplo a mis hijas, comer bien, dormir bien”, apuntó.
Este modo de vivir más cercano al deporte y a la disciplina ha tenido también sus beneficios ya que ha fortalecido sus lazos con sus hijas, con las que si bien trata de involucrarse a través del ciclismo, también a encontrado otras actividades para hacer juntas.
“También me ha ayudado a interactuar con mis hijas más, porque nos vamos al cerro a caminar con los perros, a la chiquita le gusta la bici, pero a la grande no, aunque también hacemos otras actividades, no todo es bici”, comentó.
CAMPEONA NACIONAL, LA META PARA 2022
Esta cohesión que ha logrado con su familia le permite soñar y ponerse como meta para el 2022 mejorar lo hecho este año, por lo que pensando en el Campeonato Nacional del Serial Mobil, ya tiene un entrenador personalizado que le ayudará a mejorar en su técnica, condición física e incluso su alimentación.
“Para el próximo año ya tengo un entrenador específico para mejorar mis debilidades, voy a prepararme mejor mentalmente porque a veces me gana el nervio y sobre todo al principio cuando todo era nuevo, porque ahorita ya conozco más a las otras riders, entonces lo que resta de este año voy a entrenar pensando también estar mejor físicamente y hasta nutricionalmente. Mi meta a corto plazo es estar en el podio durante todo el serial del próximo año, mejorar mi ranking y aspirar a un primer lugar nacional”, precisó.
QUE VENZAN EL MIEDO
Mariette Canaán es una mujer que se transformó a través del deporte, pero su evolución no solo fue en su forma física y habilidades con la bicicleta, sino también en su autoconfianza y perspectiva de que con esfuerzo y dedicación puede lograr lo que se proponga.
“Somos tan poquitas mujeres haciendo este deporte que muy rápido en las competencias te das a notar, a lo mucho en cada carrera somos doce mujeres, aunque este año abrieron la categoría amateur en femenil y eso ha jalado mucho para que más mujeres se inscriban. Te llena que en cada carrera te echen porras, que a mí ya me identifican, que además de mi familia otras personas te griten, te motiven es algo muy padre”, dijo.
Por eso, hace una invitación a aquellas mujeres que todavía no se animan a practicar algún deporte o tienen dudas, para que venzan el miedo y rompan sus barreras, porque después del miedo está la felicidad.
“Las invito a que prueben, que empiecen a romper límites, barreras y miedos. Todos podemos, todos estamos hechos de lo mismo, porque a mi me pasaba al principio que me asombraba por lo que hacían otras riders y ahora me tuteo con ellas y ni yo me la creo y eso lo puede experimentar cualquiera porque nadie nace corriendo ni andando en bicicleta, el chiste es atreverse, darse un momento para uno, no olvidarse de lo individual, porque en mi caso sé que soy mamá, que soy esposa, pero también sé que sigo siendo yo, Mariette, mi esencia ahí sigue”, finalizó.