Perder la vida de un ser querido o el patrimonio por el que se trabajó durante años es una posibilidad que poco se piensa al comprar terrenos cerca de ductos de combustible, como ocurrió el domingo pasado, 31 de octubre, en San Pablo Xochimehuacan.
Lorena Cabrera Montiel, coordinadora de la especialidad en Gestión Integral del Riesgo de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que no se puede determinar a un solo culpable por la tragedia ocurrida, pues se trata de una cadena de factores que involucra a muchos organismos.
Como se sabe, dos personas fallecieron, una el domingo, la otra la noche del jueves; hay aún siete heridos con quemaduras graves y 255 casas fueron afectadas: 115 tienen daños menores como vidrios rotos, 76 daños moderados en cancelería y pretiles, y 64 viviendas resultaron con daño total y comienzan a ser demolidas.
Cabrera Montiel indicó que los asentamientos irregulares como el de esta junta auxliar de Puebla capital existen en zonas de alto riesgo, primero, por desconocimiento del peligro real que hay al habitar en las zonas donde, precisamente por ello, está prohibida la edificación.
En seguida está la corrupción: alguien comercializó los predios de manera irregular. Luego, por el precio, los terrenos resultaron accesibles para compradores, agregó.
Resaltó que otro problema de los asentamientos irregulares es que se encuentran fuera de la planeación de vivienda y urbanización. Y, luego, el delito de robo de combustible, que multiplica el riesgo en que se encuentran las personas asentadas en zonas prohibidas.
En todo el estado se vive otro problema: la ausencia de atlas de riesgo que especifique las condiciones en las que se encuentran lugares como éste, en las cercanías del paso de tubería con material inflamable, señala la académica. Cuando mucho, hay previsión de factores meteorológicos, que también deben ser considerados al planear la ubicación de viviendas.
De acuerdo con el programa institucional de la Agencia de Energía del Estado de Puebla, en Puebla hay gasodutos que atraviesan un total de 26 municipios en el estado de Puebla y se extienden por 245.68 kilómetros. No todas las zonas por las que pasan los ductos están habitadas.