IMPACTAR LAS VIDAS DE OTROS
Entrenar las mentes de niños, sembrar los primeros conocimientos le resulta un desafío –acrecentado por la pandemia–, a Samara Vázquez López. Lleva siete años educando a niños de preescolar y piensa que la emergencia sanitaria la ayuda a crecer en la esfera profesional y a ser mejor.
De 28 años, Samara se considera exitosa porque disfruta lo que hace dada día. “Éxito es ir dejando poco a poco una huella en el camino, en las personas que te rodean, en las vidas que tocas” y hacer con pasión y dedicación lo suyo dejará un legado.
Creció viendo a su mamá realizar con éxito su trabajo; cuando tuvo que decidir a qué dedicarse, aunque hubo otras opciones, eligió ser educadora. Ahora, las satisfacciones, el reconocimiento y el cariño de los niños hacen que todos los días reafirme que no se equivocó.
Asegura que formar niños y verlos crecer le llena, se asume como generadora de contribuciones al desarrollo pleno de sus alumnos y asegura que en su salón puede hacer una diferencia en ellos.
ENTRENAMIENTO Y HABILIDAD
La ruta de vida para Ana Karina Sandoval González, de 29 años, ha estado dirigida por su sueño: ser intérprete.
En su formación como pianista aspiró a tener la orientación de personas clave y lo logró con maestros de nivel internacional como Ludovica Mosca, Raphäel Sudán, Mei Li y Luca Chiantore.
Ganó el Concurso Interno de Piano de la Facultad de Música de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas en 2019.
Para ella, el éxito le ha costado trabajo constante, tener metas claras y precisas, realistas; gestionar recursos y labrarse el camino día a día.
“Una mujer éxito sabe lo que quiere y, con sus recursos, se acerca y logra a las metas que se propone”.
La música ha sido siempre un catalizador en su vida. Al momento de escoger una carrera, no lo dudó. Ocho años después, egresó. Pero pocos meses después llegó la pandemia.
En medio del confinamiento, Ana Karina decidió dar conciertos en línea. Logró impactar a un auditorio que se interesó en su música y alcanzó rincones del mundo que no se imaginó. Comenzó a tener reconocimiento.
La pianista considera que la constancia es amiga del éxito, que debe entregar todo cada día, cada ensayo y concierto para crecer y aportar al mundo su música.
HACER UN LUGAR MEJOR
Construir una familia resulta un reto alto que requiere habilidades múltiples. En la formación de la suya, Carolina Hernández Morales encuentra su éxito.
De 52 años, ella es madre de dos mujeres. Por ellas hizo esfuerzos amplios, desvelos, tareas que creyó imposibles.
Y lo hizo sin “un manual” que la guiara.
La felicidad de esta mujer se potenció con el crecimiento de sus hijas plenas, con logros y satisfacciones.
Para ella, el éxito consiste en “dar lo mejor de ti para hacer un lugar mejor”.
Y cree gozarlo, porque cumple la promesa que se hizo: dedicarse a su familia para ver a sus hijas triunfadoras.