Dr. Anselmo Salvador Chávez Capó
Profesor Investigador de la UPAEP
Uno de los factores que tiene mayor incidencia en el incremento de la inflación es el precio de los energéticos, el cual se ha mantenido con un ritmo ascendente desde finales del año anterior, lo cual ha evitado tener un respiro en este importante indicador económico generando una tendencia inflacionaria no sólo a nivel nacional, sino internacional, mientras que en febrero de 2022 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 0.83% respecto al mes anterior. Con este resultado, la inflación general anual durante el mes de febrero de este año se ubicó en 7.28%, la cual comparada con los 7.07% del mes de enero confirma lo antes señalado.
Asimismo, el impacto en los precios al productor, que es otro indicador que mide lo que las unidades económicas tienen que pagar por generar procesos productivos, presentó los siguientes resultados para el mismo periodo de 2022: el Índice Nacional de Precios Productor (INPP) Total, incluyendo petróleo, registró un incremento mensual de 1.42% y anual de 9.83%. En el mismo mes de 2021 aumentó 1.30% a tasa mensual y 6.74% a tasa anual, por lo cual la inflación se está quedando en la estructura de los gastos de las familias, así como de los negocios mexicanos.
Este fenómeno no es exclusivo de la realidad del país; nuestro vecino y socio comercial más importante llegó al 7.9%, lo que representa el registro más alto desde finales de enero de 1982, resultando que en los alimentos creció 1%; la comida en restaurantes, 1.4%; y la energía (gasolina, crudo, electricidad y gas natural) subió 3.5%. Si se compara con la del mes de enero, que fue de 7.5%, se muestra que el impacto económico no es privativo de México.
Una de las promesas de campaña del gobierno actual fue que las gasolinas bajarían, pero ya como gobierno señalaron que había una mala interpretación, pues lo que habían querido decir es que no subirían más allá del incremento de la inflación, olvidando que su precio no se establece por voluntad gubernamental, sino por la mecánica del mercado, con lo cual ante esta situación de volatilidad en el precio del petróleo que recién se cotizó arriba de los 105 dólares por barril, las gasolinas y el diésel han presentado incrementos fuera de los parámetros que se habían presentado antes de la pandemia.
Esto ha impactado a las finanzas públicas, ya que sus ingresos a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de gasolinas y diésel se ubicaron en 208 mil 322 millones de pesos entre enero y noviembre de 2021, su menor nivel para un periodo similar desde 2018, adicionalmente tomando en cuenta que se habían logrado recaudar 272 mil 534 millones de pesos en 2020, 271 mil 97 millones de pesos en 2019, mientras que para 2018 ingresaron 165 mil 683 millones de pesos, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Se debe señalar que con la finalidad de mantener el precio en niveles aceptables, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha decidido absorber a partir de este 12 de marzo los 5.49 pesos por litro de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se debería pagar por la gasolina magna, los 4.63 pesos de cuota por gasolina premium, así como 6.03 pesos por litro que corresponden al diésel, ya que en ausencia de los estímulos, el promedio de gasolina verde a nivel nacional sería de 27.55 pesos, la roja de 27.65 y en diésel de 29.27 pesos, con lo cual los ingresos establecidos por la Ley de Ingresos para 2022 presentarán una fuerte disminución de los recursos estimados a recaudar.
Considerando lo señalado anteriormente, los energéticos son un factor central para el comportamiento de la inflación, tomando en cuenta que son necesarios para los procesos productivos, así como la logística, de ahí se desprende el impacto para la economía popular.
Adicionalmente habría que señalar que no otorgar estímulos fiscales a las gasolinas implicaría un importante costo político y económico, debido al incremento que se presentaría en estos energéticos y se debe considerar que si se quisiera disminuir el precio de las gasolinas.
Habría que asegurar que el costo por logística y distribución sea más bajo, lo cual incluye entornos de seguridad en su distribución y estimular la inversión en todos los segmentos de la cadena de valor, lo que incluye el almacenamiento.
De ser así no se tendrían que implementar estímulos al IEPS, desgraciadamente esto no está en órbita del gobierno.