¿Cómo le hacen mil 800 millones de personas musulmanas en el mundo para celebrar su fiesta, si la pandemia de coronavirus prohíbe el hombro-con-hombro habitual del Ramadán?
Ayer ocurrió tal como se ve en las fotos: en Pakistán, India, los países de la Unión Europea, dejan distancia entre quienes rezan en el mismo sitio, cubrebocas bien puesto. ¡Pero ahí te encargo Afganistán!
DÁTIL, GARBANZO Y ESPECIAS
En los últimos minutos de oscuridad de la madrugada ocurre el “desayuno”: dátiles con agua o con leche. Y todo el día, nada. Porque es el ayuno el sello del Ramadán.
Ni comida ni agua, todo el día. Hagas lo que hagas: atleta, estudiante o te dediques a la ciencia. Hasta que el sol sea vencido por la nueva penumbra.
Entonces, se llenarán la mesa los bols de humus, lenteja, pollo, pescado, cordero, las verduras de todos los colores y los sabores picantes, que atenazan la lengua, que perfuman los vapores que salen de las vasijas.
Este año, sólo quienes padecen COVID-19 tienen permiso de comer cuando hay luz de sol.