Por: Javier Cordero y Dulce Liz Moreno
Imagínate a George Clooney.
O puede ser Brad Pitt.
“De avioncito”. Así, con los brazos abiertos, bien estirados.
Ahora, calcúlale que pese unos 75 kilitos o de plano 80. Y volando. Así, con la misma altura y peso era “Atrapar un quetzal”, cerámica de tamaño natural que José Bayro creó en 2015 y presentó en diferentes salas.
Colgado de lado a lado, pasaba por en medio de los espectadores. De ensueño, el muchacho de zapatos rojos atravesaba, colgado de una argolla, delante de la gente entusiasmada en museos y espacios de exhibición.
El enorme chamaco surcaba los cielos. Veloz, atrás del quetzal, el ave de los mayas que, cuyas plumas, de tan apreciadas en el trueque, dieron nombre al dinero en Guatemal.
Así, en clavado horizontal, para atraparlo en pleno vuelo, hasta que… ¡¡Se estrelló!! —¿Es en serio?, ¿se rompió?, ¿nada más? —Pues sí, son los riesgos del vuelo —responde el papá del muchacho que se partió la cabeza y el torso y quedó hecho pedacitos, cuenta el autor en su acento boliviano, porque lleva marcado a fuego el nacimiento en Cochabamba.
“Tepalcates” decimos en Puebla, su segunda casa, porque lleva 20 años de carrera aquí y en su taller de Prados Agua Azul ha ideado y dado vida a los bronces gigantescos que le han pulido fama: El hombre azul (jardín del Centro de Convenciones), La pareja del trompo (corredor cultural del CCU en la zona de la Atlixcáyotl) y La mesa del artesano (9 Sur y Circuito Juan Pablo II).
Su afición a las esculturas monumentales sólo es superada por una excentricidad: la exigencia por materiales de primera calidad.
“Normal, ¿no? Yo soy un cocinero y no haría chiles en nogada con leche Clavel, ¿verdad? Así que pinto óleo sobre lino, 95 por ciento lino belga; y el óleo, muy fino, algunos hechos a mano, con pinceles muy especiales”, cuenta.
El nivel de pureza es tema fuerte. Bronce, grabado, porcelana… el barro tiene que estar bien cernida la arena y hasta los moldes tienen su punto.
“Una obra brillante debe tener un soporte magnífico”, sella. Y, a ver, alégale.