En estos tiempos donde ver a futbolistas poblanos trascender a nivel profesional es casi imposible, el recuerdo de Guillermo Maties, quien defendió el arco del Puebla durante toda su carrera, se vuelve algo nostálgico y necesario.
Guillermo Ignacio Maties Riestra se puede jactar de algo: ha sido el más reciente jugador originario de la capital angelopolitana que portó La Franja durante su trayectoria.
Desarrollado en un ambiente futbolero durante su vida estudiantil en el Colegio Benavente, el rumbo de Maties dio un giro inesperado cuando el Estadio Cuauhtémoc fue una de las sedes del Mundial de 1986, lo que lo convenció de querer ser futbolista profesional.
“Después de ver el Mundial aquí en Puebla me nació el ser futbolista, me probé y quedé en las Fuerzas Básicas; pasé por todas las categorías hasta el primer equipo”, comentó.
SER CANTERANO TE OBLIGA A DEJARLO TODO
Durante los últimos años, la cantera del Puebla ha sido olvidada, pues se ha ponderado la contratación de extranjeros sobre los debuts de juveniles, creando un equipo sin arraigo ni ídolos.
“Ser canterano del Puebla te obliga a dejarlo todo por el equipo, lamentablemente en el futbol el dinero te llega muy rápido y eso provoca tomar decisiones inmaduras”, recordó.
El debut para cualquier jugador profesional es uno de los momento más especiales, pero cuando lo hacen en el equipo del que son seguidores lo vuelve inolvidable.
“Me avisaron que Rubén Ruíz Díaz se había enfermado y que iba de titular. Tuve buena actuación y le ganamos a Celaya con un estadio casi lleno en el Torneo Invierno de 1996”, señaló.
DESCENDIÓ
El lapso en el que estuvo con los camoteros fue una época complicada por los cambios de dueño y técnicos, lo que desembocó en el descenso del equipo en 1999.
“Me tocó ser titular en el partido que descendimos en Monterrey, me dolió mucho por el equipo, pero en lo personal tuve buena actuación”, comentó.
BAKERO LE BAJÓ EL PULGAR
El paso del español José Mari Bakero por el banquillo del Puebla en 1999 fue sumamente criticado; sin embargo, dejó una manera diferente del ver el juego de las patadas.
“Al técnico que más le aprendí fue a Bakero, porque él traía la manera de ver el futbol de España, que es muy diferente al de aquí, es más rápido, por eso le costó desenvolverse”, dijo.
Finalmente, cuando el equipo de Curtidores se convierte en Puebla y se mantiene en primera división en el año 2000, Maties ya no entró en planes del equipo, quien hizo pretemporada con Pumas, pero el equipo estaba completo por lo que decidió «colgar los guantes”.