Dos investigadores proponen una interpretación a la edificación de esta vivienda, hecha en el siglo XVI, de las primeras en la época virreinal
Texto y fotos: Mario Galeana
La Casa del Deán fue una de las primeras edificaciones de tres cuerpos en todo México, aunque del elemento superior de la fachada, en donde debió estar un escudo de tres metros de altura y 40 centímetros de grosor, sólo quede una piedra cercenada.
Durante varios años, un grupo de investigadores ha especulado sobre cómo pudo haberse visto la fachada original de esta casa, que terminó de construirse en 1580 por órdenes de Tomás de la Plaza Goes, deán o decano de la Catedral de Puebla, la segunda posición más importante después del obispo.
Junto a especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los investigadores Antonio Molero Sañudo y Gustavo Mauleón Rodríguez presentaron una propuesta histórica sobre esta portada, tras haber realizado una revisión exhaustiva sobre la tradición arquitectónica en España durante la época.
Aunque no hay archivos que lo comprueben, los investigadores concluyeron que la obra fue trazada por Francisco Becerra, el arquitecto que también diseñó la Catedral.
La Casa del Deán fue, a la luz de las pesquisas historiográficas, un trabajo experimental que se replicó después en la misma basílica, a 50 metros de distancia.
La conclusión sobre la mano de Becerra en ambas edificaciones se debe a que algunos elementos se repiten en obras que se encuentran acreditadas plenamente al arquitecto. Pero, sobre todo, porque tanto Tomás de la Plaza como Becerra eran oriundos de Extremadura, una región en el centro-oeste de la península ibérica.
“Muchos elementos de la arquitectura clásica de la casa terminaron en la catedral. De hecho, la fachada se termina en 1580 y ya desde 1575 Becerra estaba trazando la Catedral de Puebla. Son sólo cinco años en los que, al mismo tiempo, se cimentaban los primeros muros de la Catedral y se trabajaba con la portada de la casa”, explicó Mauleón Rodríguez.
El primer propietario de la casa fue Martín de Calahorra, uno de los soldados que acompañó a Cortés durante la conquista. En 1540, el inmueble estaba compuesto sólo por una planta, hasta que Tomás de la Plaza lo adquirió en 1564, tras su llegada a Puebla.
El deán había vivido durante 24 años en Oaxaca, donde fundó ocho parroquias por todo el estado. El obispo de Oaxaca, Fray Bernardo de Albuquerque, también oriundo de Extremadura, había intentado por todas las formas convertirlo en tesorero de la Catedral de México.
Sin éxito, terminó por conseguirle la segunda mejor posición en la arquidiócesis de Puebla-Tlaxcala, la más grande de todo el país: ser el decano de la Catedral.
A su llegada a Puebla, Tomás de la Plaza reedificó completamente la casa: construyó dos plantas, contrató a Becerra y es probable que juntos hayan diseñado también la fachada.
La investigación apunta que la fachada tenía un escudo que pretendía imitar al túmulo imperial de Carlos V, una estructura funeraria que quedó retratada en el Códice de Tlatelolco, un documento de nueve láminas en las que se consignan principalmente hechos históricos que abarcan de 1542 a 1560.
El escudo de la casa pudo haber tenido dos leones, pero también dos pequeños osos del lado derecho y una torre del lado izquierdo. Se trataba de un escudo inventado por el mismo Tomás de la Plaza: los osos lo vinculaban a una casa real de origen portugués, de la que se encontraba emparentado por su familia materna, mientras que la torre no era más que el escudo de Tlaxcala.
Como no existen referentes de fachadas de tres cuerpos construidas en México durante la misma época, eso sugiere a los investigadores que la Casa del Deán fue una de las primeras en su tipo.
Sólo hasta el siglo XVII, esta estructura fue replicándose en otras construcciones, como la antigua Casa de la Moneda o la Casa del Canónigo Vera.
“Me atrevería a decir que en toda Europa no existían fachadas renacentistas que tengan tres cuerpos. Pero es probable que en la Nueva España quisieran superar a la ‘vieja España’ y hayan decidido incorporarlas. La Casa del Dean fue una influencia, un laboratorio de prueba”, dedujo Molero Sañudo.
El investigador dijo que, a la luz de la importancia arquitectónica de la fachada, el inmueble tuvo que “haber sido conservado con algodones”, en lugar de casi haber sido derrumbado en la década de 1950, una vez que la propiedad fue adquirida para construir un cine.
Hasta hoy, dijo, la azotea del inmueble sigue siendo propiedad de los cines y eso, en buena medida, hizo más complejo el trabajo de investigación para reconstruir, al menos históricamente, la fachada de la Casa del Deán.
“La gente que pasa por la puerta no sabe ni siquiera que es museo, cree que es iglesia y se persigna. Tenemos una portada absolutamente en el orden de la Corona española del siglo XIV, a una cuadra de una de las catedrales más visitadas del mundo, ¡y nadie voltea a verla!”, insistió.
FACHADAS SIMILARES
Estos son ejemplos de la composición de tres cuerpos, reservada para casas de aristócratas o sedes relevantes.
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ANEXO DEL SIGLO XX
La construcción que se asoma detrás de la fachada de una de las casonas más antiguas de Puebla fue hecha en los años 50 del siglo pasado para funcionar como bodega del cine adjunto.
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