Durante los 42.195 kilómetros de un maratón, el corredor debe apelar a dos cualidades fundamentales para poder trascender: la paciencia y la resistencia; mismas que ahora aprovechan para enfrentar la cuarentena que, al igual que las pistas, los pone a prueba. Es el caso de Hesiquio Flores, quien suspendió sus competencias en Nueva York y Tokio, además de que perdió una fuente de ingresos.
El oriundo de La Magdalena Tetela, en el municipio de Acajete, lleva nueve años practicando el atletismo y desde entonces sólo conoce los retos y las pruebas, ya que su andar deportivo siempre ha estado emparejado con su desarrollo académico.
Mientras se inmiscuía en el mundo del running, estudiaba la Ingeniería en Logística en el Instituto Tecnológico de Puebla, escuela donde integró su primer equipo de corredores, los Leones ITP.
“Me dedico al atletismo porque me llena, es mi pasión y como todo atleta tengo el sueño de asistir a unos Juegos Olímpicos y representar a mi país con mucho orgullo, sé que no es un objetivo fácil de alcanzar, pero estoy dispuesto a trabajar fuerte para lograrlo”, dijo.
Sus ganas de mejorar su marca como fondista se juntaban con las de prepararse y titularse, por lo que logró conjugar ambas actividades con todas las dificultades que eso conlleva, entrenando cerca de su casa en La Magdalena y trasladándose hasta la capital poblana para estudiar.
“Fue una época difícil y complicada pero que realmente disfruté mucho, por la mañana muy temprano entrenaba y después de eso me bañaba, desayunaba y me iba a la escuela, creo que el traslado era la parte más complicada ya que vivo a dos horas de la ciudad de Puebla”.
“La clave para poder realizar esto fue planificar bien mis actividades, acomodar mis horarios de clases después de as 10 de la mañana, para poder hacer mis entrenamientos y dedicar el resto del día a mis estudios universitarios. Mi prioridad en ese tiempo era la universidad, complementándolo con el deporte”.
“Era raro asistir a fiestas y reuniones con amigos, fueron épocas de sacrificio, pero que valieron la pena porque alcance grandes logros en mi época universitaria representando al Tecnológico”, indicó.
En 2017 se tituló como ingeniero e inmediatamente inició la maestría en Logística Internacional, misma que concluyó en 2019. El grado de maestro lo presume al igual que sus múltiples medallas en eventos a nivel nacional, mismas que lo ponen como una de las promesas del fondismo en México.
El 2020 pintaba como el año del parteaguas en su carrera con un boleto al maratón de Tokio y una competencia en Nueva York, en las que buscaría llegar a los tiempos que le permitirían aspirar a Juegos Olímpicos, pero el coronavirus le arruinó todo.
“Me ha afectado en lo deportivo porque se cancelaron los eventos que tenía programados participar como por ejemplo el maratón de Tokio que tenía planeado en marzo y donde mi objetivo era correr debajo de 2:14:00 y así poder acercarme lo más posible a la marca mínima para estar en los Juegos Olímpicos”.
“También tenía una carrera de 10 kilómetros en New York el 28 de marzo y otros eventos más de pista y ruta, y todos estos fueron cancelados debido a la pandemia del COVID-19. También la programación y proceso de entrenamientos se tuvieron que modificar y esto afecta mi rendimiento deportivo”, apuntó.
Pero Hesiquio se mantiene estoico a pesar de las dificultades, entrena desde su casa en La Magdalena para mantenerse fuerte y seguir alimentando sus sueños.
“Mi principal anhelo es representar a México en eventos deportivos internacionales desde Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Mundiales y por supuesto Juegos Olímpicos. Ser un gran atleta reconocido y que pase a la historia como un gran fondista que México haya tenido.
Ser un ejemplo e inspiración para las demás personas a que practiquen atletismo y cuiden de su salud”, señaló.