EN LÍNEA DEPORTIVA
Pepe Hanan
Nada podrá arreglar ni hacer olvidar el oscurantismo que ha vivido el equipo de La Franja en los últimos años. Pobre de la afición poblana, que sólo ha disfrutado de chispazos que, desde mi punto de vista, se resumen en tres momentos relevantes: el inesperado campeonato de la temporada 82-83.
El obtenido a base de billetazos, deudas y talento por parte de quien, guste o no, ha sido el mejor directivo de futbol que ha tenido este estado, Emilio Maurer, en 89-90.
Y, por ahí, el ascenso que ilusionó a los poblanos en 2007 bajo la tutela de Chelis, la famosa “Chiquillada” y el mismo Maurer, quienes, apoyados por el gobierno del estado en aquel momento, en la figura del exgobernador Mario Marín, lograron devolverle a Puebla su equipo de primera división.
Tres buenos momentos en 80 años. Honestamente, es muy poco. Alguien podrá decir que también existieron otros momentos de felicidad y, quizás, sí; como el campeonato de copa con los López Chargoy en 2015, aunque ninguno tan trascendental como los antes mencionados.
Antes, al menos, los dueños eran poblanos conocidos; buenos, malos o regulares, pero poblanos que, al menos, querían y se preocupaban por la escuadra.
Desgraciadamente, las condiciones actuales del futbol han vuelto a la primera división una cuestión inalcanzable para cualquier buen empresario poblano.
Llámese como se llame, lo que colocó a La Franja en manos de gente que simplemente lo ve como un negocio que les permite obtener otros beneficios alrededor de intereses ajenos, como los de la televisora dueña de la escuadra.
El tema de los empleados es otro, donde, como diría el dicho, “en arca abierta, el justo peca”, y eso es precisamente lo que ha venido sucediendo con la gente que maneja el equipo internamente.
Con un presupuesto bajo que no permite armar una escuadra competitiva, pero sí beneficia a los empleados para llevar una vida de excelencia a costa de la institución, mediante manejos turbios y oscuros, además de cuentas hechizas, que han sido la constante durante la gestión de Ro(b)a
y los 40 ladrones, quienes se han llenado las bolsas durante los últimos seis años.
Esa es la realidad administrativa al interior de La Franja. Desgraciadamente, para la afición poblana, el tal Ro(b)a cuenta con un buen padrino que ha preferido la destrucción del Puebla a cambio de sacar a su “sobrino” de la institución, a sabiendas de que es el cáncer que ha podrido todo al interior del club.
Tan mal asesorados están que, hasta para buscar un prestanombres, fallaron: escogieron a uno que ni tiene el dinero para tener un equipo de futbol, que todo Puebla sabe que su negocio había estado amenazado por la quiebra y tuvo que ser vendido, que ni parece dueño y, menos aún, cubre el perfil de la gente que hoy representa a los equipos de futbol de Primera División en la FMF.
Aun así, fue impuesto, y ahí están las consecuencias: arrastran una mentira que ya hasta en las juntas de dueños es motivo de burlas y chistes.
Según me platican, cada vez que lo ven venir, los dueños de los demás equipos de la Liga MX se susurran al oído: “Ahí viene el Chompiras”.
Mala noticia
Por si faltaba algo más que comentar, trascendió en los últimos días que, aunque el colombiano Luis Quiñones tenía contrato por seis meses más, resulta que la directiva camotera tendría que pagar una cantidad de dinero para continuar con él en la institución.
Al parecer, La Franja no hará válida esta opción, por lo que Quiñones regresará a reportar con Tigres el próximo 19 de diciembre.
Sin duda, es una baja sensible para la escuadra de Guede, pues perderemos al mejor referente que tuvo el equipo en el último torneo.
Los jugadores iniciaron la pretemporada física el pasado fin de semana, y seguimos a la espera de saber si se contará con algún refuerzo de calidad, pues al momento solo se contabilizan cuatro bajas: Ormeño, Álvarez, Vázquez y, al parecer, Quiñones.
Continuamos en la incertidumbre. Esa es la realidad. Veremos qué viene para La Franja. Nosotros, como siempre, seguiremos en línea.
Hasta la próxima.
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