Con policía. Y con órdenes de aislamiento total.
Ayer fue el tercer día y los habitantes de nueve edificios multifamiliares prefieren cumplir el encierro a arriesgarse a lo que se prevén como un contagio masivo en Melbourne, Australia. Fuerte controversia y elementos para la reflexión: 108 diagnósticos de COVID-19 entre vecinos de estos edificios de 20 pisos sin balcones, con elevadores descompuestos en algunos.
“Departamentos apretados”. Las autoridades de salud han puesto la alarma para contener el contagio. En otro tema, el mundo entero puede ver la luna llena cerca, cerquísima.
Y los amaneceres en Rusia con el cielo azul intenso y los atardeceres de Río de Janeiro con sus grises permiten un baile de color, un respiro para los ojos, en medio de la angustia del avance de la pandemia.