Por: Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Es relativo
Un hombre sin ética
es una bestia salvaje
soltada en el mundo
Albert Camus
Tal vez sería muy cómodo tomar palabras del diccionario para tratar de explicar un tema. Sin embargo hay palabras cuyo contenido va más allá de lo gramatical. Cuando nos preguntamos qué significa la palabra ética, se nos dice que: es la forma de vivir de una persona para alcanzar la felicidad.
Puede que sea un concepto limitado en cuanto a su contenido, y lo que se busca es una explicación profunda sin alejarse de la sencillez, a fin de ser comprendido y sea de aceptación general. Esto, a fin de que el concepto quede grabado con claridad en el conocimiento humano. Por ejemplo, una pregunta que nos hacemos es: ¿qué se entiende genéricamente por “bueno y malo”?.
Nos pasamos mucho tiempo discutiendo el tema para ponernos de acuerdo. Sólo nos queda recurrir a los filósofos griegos que nos dicen, “lo bueno es lo que está de acuerdo con la naturaleza del ser humano; lo malo es lo que va en contra de dicha naturaleza”. Por ejemplo, el cigarro produce cáncer en el hombre o mujer que fuma, actúa contra su naturaleza; entonces, fumar cigarro es malo.
Esto lo señalamos porque hay temas en la vida diaria que se nos hacen difíciles de comprender porque no los practicamos, o no los hablamos, siendo fáciles de entender, o fáciles de aplicar. Esto viene a colación, guardada la proporción, porque el día uno de noviembre en el periódico nacional La Jornada se publicó un artículo interesante en sí mismo suscrito por el maestro José Agustín Ortiz Pinchetti, titulado: Despertar en la IV República. “Nueva ética para México”.
En dicho artículo nos habla de los niveles de pobreza y marginación que existen en nuestro país, en donde se hace necesario –a fin de que no crezcan esos problemas y resolverlos, y en su caso que no fructifiquen en la delincuencia– crear lo que acertadamente se denomina “nueva ética”.
El concepto de ética viene desde los filósofos griego; en síntesis atrevida de mi parte, implica que el ser humano a través del conocimiento de su conciencia realice todos sus actos en la vida pública y privada pensando en la conquista de la felicidad de la colectividad y de él mismo.
Esto puede confundirse con la moral, tanto ésta como la ética tienen su normatividad y casi es imposible separarlas; es una línea imperceptible la que los separa a estos dos conceptos y actitudes.
A la moral, normalmente se le da un sentido religioso y a la ética un sentido de vinculación social. Podría decir, que debemos aceptar en los tiempos de hoy que moral y ética son lo mismo; la violación de una norma moral y una norma ética la sanciona sólo la conciencia del que la transgrede.
La norma jurídica violada sí tiene sanción a través del Estado y de una ley. La ética y la moral establecen las sanciones en la conciencia del ser humano que viola la norma no escrita. La conciencia es el conocimiento de ese ser humano, de su propia existencia, del contenido y efectos de su acto, del conocerse a sí mismo, de lo que representa todo lo que le rodea.
La conciencia, cuando no se exterioriza, se considera un pensamiento subjetivo, y lo subjetivo no se sanciona; dice la frase: “de lo interno ni la iglesia juzga”, “mi conciencia tiene para mí más importancia que la opinión pública”, “la conciencia es la brújula del ser humano”.
La ética, pues, es un arte que expresa el conocimiento de la experiencia humana; son normas a veces intangibles, que no se escriben, pero siguen la conducta del ser humano para orientarla hacia la construcción del bien, de la felicidad de la sociedad y de él mismo. Sócrates está considerado como el fundador de la filosofía moral o ética, su filosofía fue tendiente a mostrar cómo debe actuar el ser humano para lograr el bienestar y la felicidad.
Immanuel Kant nos dijo que “la moral es la ciencia que nos enseña, no cómo hemos de ser felices, sino cómo hemos de llegar a ser dignos de la felicidad”. La ética es un conjunto de actitudes, de creencias existentes y aceptadas por los integrantes de la sociedad que sirven de modelo de conducta y valoración para establecer qué está bien y qué está mal.
Hay algo dentro de nosotros, dice el maestro Ortiz Pinchetti, que podemos llamar conciencia. La realidad espiritual es percibida íntimamente y es sentida con mucha intensidad hasta experimentarla como una verdad.
Con todo respeto al pensamiento del autor, expresado en el artículo periodístico que se comenta, constituye un mensaje para los mexicanos y una invitación para que entendamos que es necesario ajustar nuestra conducta a los principios de la ética para lograr la felicidad de los mexicanos; y así construir en obligación conjunta el desarrollo que requiere nuestro país.
Rectitud, honorabilidad en pensamiento y en acción, bondad, prudencia, alejarnos de la mentira y acercarnos a la verdad como actitud de vida son temas que como integrantes de la ética y la moral deben conducir los nuevos tiempos de los que nos habla atinadamente el maestro José Agustín Ortiz Pinchetti.
Tenemos que caminar con lealtad a nuestras convicciones personales y sociales, con rectitud en nuestra vida pública, y así mantenernos vinculados con todos los seres humanos, mujeres y hombres que integran la comunidad y construir una sociedad justa, libre e independiente.