Por: Mariana Flores
La piratería convencional física, como la conocemos, vive su periodo de extinción ante la aparición de las nuevas plataformas digitales, donde la accesibilidad a casi cualquier material audiovisual inclina a los consumidores a olvidar las compras de discos, DVD y Bluray clonados. Por lo menos en los mercados de La Acocota, Zapata e Independencia, la existencia de estos puestos agoniza
En un recorrido realizado por Crónica Puebla, observamos que en el caso de la Acocota, solo hay dos puestos de este negocio, donde ofrecen discos de música y películas. Sin embargo, en uno de los negocios, el encargado ofrece también cuentas “baratas” de Netflix y Disney Plus.
“Esto ya no se vende. Hace un año que muchos se encerraron, pues nos quedamos con los clientes más fieles. Los que más vienen son los ancianitos que no tienen televisión, pero si a caso vendo una película al día, cuando antes no nos dábamos abasto”, comentó uno de los comerciantes.
En el caso del Mercado Zapata, solo hay uno de estos puestos, donde el negocio mayor es la venta de cubrebocas. Mientras que en el Mercado Independencia, el único puesto que había se mantiene cerrado, según los comerciantes, desde hace tres semanas.
Con el cambio de formatos (de VHS a DVD y de DVD a streaming) la piratería se vio en la necesidad de adaptar sus plagios. En la actualidad, existe un sin número de páginas en internet que ofrecen la posibilidad de ver películas de estreno o de alta demanda, sin ningún costo monetario.
Fernando Thompson, director general de Tecnologías de la Información de la UDLAP, advirtió que pese a la facilidad de acceder a material exclusivo o de recién lanzamiento, los administradores de las páginas obtienen acceso al sistema de las computadoras, desde donde operan para generar otro tipo de negocios.
“Lo que mucha gente no sabe es que esas canciones piratas, esas películas piratas, vienen con malware. En internet, sí hay sitios piratas donde puedes ver películas recientes que no han salido, pero cuando está cargando está bajando el virus y dejando el rastreo en la computadora”, dijo en entrevista con Crónica Puebla.
El especialista en tecnologías de la información, comentó que la piratería desde siempre ha representado un importante negocio para la delincuencia en México: son 43 mil millones de pesos anuales, según datos de la America Chamber of Commerce. La piratería de películas y de tecnología tiene muy claro dónde se desarrolla. Ciudad de México y Jalisco, son los principales distribuidores, aunque Puebla no se queda afuera.
Para Thompson, el vacío del ejercicio de la ley ante la infracción del derecho de propiedad, fue el factor que dio pie a la reproducción de sitios piratas.
“Particularmente en México, la piratería de software ha visto en los últimos años que hay un esfuerzo nulo por parte del gobierno por eliminar la piratería. Entonces compañías como Microsoft y Adobe, decidieron no estarse peleando y crear su servicio de suscripción en la nube. Esto es que el buscador autentifica las suscripciones de la computadora y permite la firma”.
Partiendo de la definición de piratería como un delito (producción, reproducción, distribución y venta de manera ilícita, de artículos como música, películas y libros sin la autorización del autor), de acuerdo con el Código Penal Mexicano, en su Artículo 424, especifica que quien infrinja con la violación de derechos de autor, podría recibir hasta 10 años de prisión.
“Se impondrá prision al editor, productor o grabador que a sabiendas produzca más números de ejemplares de una obra protegida por la Ley Federal del Derecho de Autor, que los autorizados por el titular de los derechos; a quien use en forma dolosa, con fin de lucro y sin la autorización correspondiente”, se lee en el Título Vigesimosexto.
En este sentido, en Puebla sí se nota una disminución del delito de piratería, según cifras expuestas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que indican que durante el primer semestre del año, no se han abierto carpetas de investigación por infringir derechos de autor.