Por: Mario Galeana
Un equipo de investigadores de la BUAP ha obtenido desde 2017 el financiamiento de la Comunidad Europea para desarrollar de forma consecutiva tres programas de colaboración entre universidades y organizaciones no gubernamentales de América Latina y Europa.
Bajo un modelo de cooperación que achica la distancia transatlántica, estos proyectos han estado enfocados en el uso de herramientas digitales entre jóvenes en zonas de subdesarrollo y programas de economía social y solidaria.
Así, el trabajo interdisciplinario de investigadores, académicos, activistas, sociólogos y economistas ha permitido buscar soluciones juntas para realidades de Latinoamérica y Europa.
El equipo de investigadores de la BUAP está integrado por el director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH), Giuseppe Lo Brutto, y los investigadores Ada Celsa Cabrera García, Hugo César Moreno Hernández y Eduardo Crivelli Minutti, quien participó en el último proyecto.
Los proyectos presentados por este equipo en conjunto con otras universidades y organizaciones han destacado con los puntajes más altos dentro de las miles de postulaciones que recibe anualmente el Proyecto Eramus Plus, un programa financiado por la Comisión Europea con el que han obtenido recursos por alrededor de 10 millones de pesos desde 2017.
El tercero y más reciente ha sido un trabajo de investigación sobre el grado de integración y satisfacción de migrantes en centros de acogida del sur de Italia, que permitió el intercambio de voluntarios de países como Honduras, Ecuador, Colombia, Turquía, Italia y Portugal.
El proyecto comenzó a principios de 2020 y se extendió durante 30 meses. “La idea es conjugar la educación formal de las universidades con la educación no formal de las organizaciones civiles, atendiendo problemáticas específicas; en este caso fue la migración. Las universidades creamos un marco metodológico teórico a partir de documentos que usa el Banco Mundial y la Comunidad Europea para medir la integración de migrantes, y entrevistamos a más de 100 familias con ayuda de varios intérpretes”, explica en entrevista Giuseppe Lo Brutto.
Este marco teórico metodológico, que incluye una serie de preguntas para evaluar qué tan satisfechas se encuentran las personas inmigrantes en sus ciudades de residencia y cómo han sido recibidas por las personas locales también fue adaptado por el resto de las organizaciones sociales para aplicarlo en sus respectivas ciudades.
—¿Hay alguna clase de coincidencia o paralelismo entre los fenómenos migratorios de América Latina y Europa? —se pregunta a Lo Brutto.
—Desafortunadamente, no pudimos realizar esa comparación a causa de la pandemia—explica—, pero como sociólogo puedo decir que el fenómeno migratorio es expresión misma de la desigualdad del capitalismo en el que vivimos. Hay elementos en común, como la explotación, la desigualdad, las condiciones de vida. El crimen organizado se aprovecha de estas condiciones. Son elementos comunes, pero asumen rasgos específicos en cada zona.
En este proyecto, denominado ON-Migration, Inclusion, Integration, la BUAP colaboró con investigadores de la Universidad de Cantabria, en España; el Ministerio de Familia y Política Social de Turquía, y seis organizaciones no gubernamentales, como Strauss APS, en Italia.
PRESENTAN RESULTADOS
Los resultados finales del trabajo de investigación y algunas de las reflexiones sobre el proceso fueron presentadas el pasado miércoles 25 de mayo en el Salón Barroco del Edificio Carolino.
Mario Messina, presidente de Strauss APS, una asociación civil en Italia, consideró a la BUAP y a este bloque como pioneros en el trabajo de colaboración de programas de impacto social en Europa y América Latina.
“Muchos partidos políticos en Italia y Europa están usando la migración para dividir a la gente, para poner a las personas en contra de otras. Por eso estamos contentos con este proyecto, porque trabajamos juntos con organizaciones de distintos lugares. La única forma de enfrentar estos retos es hacerlo juntos; si estamos divididos, fracasaremos”, pronunció.
También dijo que el intercambio de voluntarios de organizaciones de ambos continentes empodera el trabajo de las organizaciones civiles en temas de migración y refugio, al crear herramientas que permitan la integración y la inclusión social.
Por su parte, el investigador Adolfo C. Fernández, de la Universidad de Cantabria, en España, presentó los resultados del marco metodológico aplicado en los centros de acogida de Italia, y explicó que la principal preocupación para las familias inmigrantes es el desempleo.
Los investigadores y los representantes de las organizaciones consideraron que por eso es necesario el trabajo de los centros de acogida para relacionarse con su comunidad, para hacer visibles las historias de las personas que, a pie o en barco, llegaron a sus países en búsqueda de una vida mejor.
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Giuseppe Lo Brutto es director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanida¬des; Ada Celsa Cabrera García, profesora investigadora de la Facultad de Eco¬nomía; Eduardo Crivelli Minutti, doctor en Sociología, y Hugo César Moreno Her¬nández, profesor investigador del posgrado en Sociología en el ICSyH
EQUIPO TRANSATLÁNTICO
Los vínculos entre el equipo de investigadores de la BUAP y el resto de las organizaciones y universidades comenzó hace cinco años, a través de las redes de trabajo del ICSyH.
El primer proyecto fue nombrado Enter Digital Era, e indagó en la relación entre los jóvenes y las herramientas digitales en contextos de subdesarrollo en tres barrios de Latinoamérica y Europa: Santa Fe en Bogotá, Colombia; Puerto Carrasco en Montevideo, Uruguay; Flores en Buenos Aires, Argentina; Mussomeli en Sicilia, Italia; Roubaix en Lille, Francia, y Bystrzyca Klodzka en Polonia.
“El objetivo fue medir la capacidad digital de los jóvenes con respecto a su situación de desigualdad social; es decir, cómo hacen para comunicarse, encontrar trabajo, buscar información, cuestiones de salud”, abunda el director del ICSyH.
Los resultados del proyecto, de acuerdo con un artículo publicado en 2019 por Lo Brutto, Cabrera García y Moreno Hernández, arrojan que “no es sólo el uso de tecnología lo que permite a los jóvenes tener mejores condiciones socioeconómicas, sino que estamos frente a una generación inserta totalmente en el mundo digital, independientemente del contexto socioeconómico en que se encuentran”.
El segundo proyecto dirigido por este equipo de investigadores inició en 2019 y llevó por título Social Processes Empowering Entrepreneurshio Development (SPEED). Consistió en ofrecer herramientas teóricas y prácticas a integrantes de organizaciones no gubernamentales que ayudan a jóvenes en condiciones desiguales para alcanzar su inclusión en el mercado laboral.
La economía social agrupa a cooperativas y organizaciones sin fines de lucro que se caracterizan por la autonomía de gestión entre trabajadores, un proceso de decisión y distribución democrático entre ellos.
Lo Brutto explica que, al compartir las experiencias en grupos focales, descubrieron que había una diferencia enorme entre Latinoamérica y Europa al hablar de este tipo de proyectos de emprendimiento.
“El emprendimiento social fue entendido como una respuesta, desde distintos sectores, ante las dificultades de acceso a los medios materiales de vida inmediatos y en el que la precariedad sigue siendo un elemento vigente. Éste se considera como una posibilidad real de subsistencia en el que la colectividad se considera fundamental para suplir las carencias originadas por las condiciones laborales precarias neoliberales”, concluye el artículo en el que Lo Brutto, Cabrera García y Moreno Hernández plasmaron sus experiencias.
Estos proyectos son inusuales, pues reunieron gran cantidad de recursos y un amplio trabajo de intercambio de experiencias entre dos continentes, a decir de Lo Brutto.
“En realidad, es la primera vez que se hace. Es muy difícil que América Latina reciba un financiamiento tan grande para permitir estudios tan grandes. Los financiamientos suelen ser acotados, pero aquí estamos hablando de millones de pesos que sirvieron para intercambios entre voluntarios y distintas investigaciones. Es inédito”.