AL MAESTRO…
Así como se ha elogiado a todo el personal médico que hace esfuerzos extremos para brindar de la mejor manera posible a los pacientes del COVID-19 en todo el país, debiera también exaltarse la labor que hacen miles de maestros en su empeño por mantener el nivel de enseñanza de sus alumnos, no siempre con las herramientas ni el adiestramiento requerido.
Y es que, como bien lo asienta la académica Niza Gutiérrez Ruiz, coordinadora de la licenciatura en Procesos Educativos de la Ibero Puebla, el concepto de aldea global resuena en estos tiempos de confinamiento, y en esa dinámica inusitada activos y migrantes digitales conviven y aprenden sobre el “ser digital”, por lo que ha sido un reto entender al internet como un espacio de información que requiere de autonomía y paciencia, así como el desarrollo de habilidades y enfrentamiento con miedos.
En ese sentido, dice, el panorama pandémico ha obligado a una carrera tecnológica que cada región ha sobrellevado en la medida de lo posible, “pues existen problemas de alcance y cobertura que perjudican a amplios sectores sociales, además que la capacitación de profesoras y profesores ha mostrado carencias en materia de competencias de enseñanza, lo cual se ve reflejado en la impartición de clases”. Aun así, el esfuerzo se hace, sin duda alguna, y eso es motivo de elogio.
NO HAY DE OTRA
Tal y como lo adelantamos en este espacio hace una semana, la Secretaría del Trabajo confirmó que un grupo numeroso de poblanos, muchos de ellos oriundos de la zona mixteca, viajó a Canadá bajo el auspicio del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales.
Se trata de 346 hombres y 4 mujeres que por un salario de mil 500 dólares trabajarán durante ocho meses en campos agrícolas de Quebec, Ontario, Alberta, Islas Eduardo y Saskatchewan, provincia ésta última, por cierto, que a la fecha registra 366 casos de contagio y cinco muertes de coronavirus, mientras que otros ocho están hospitalizados.
Ojalá sea cierto lo que ofrecieron las autoridades laborales mexicanas, respecto a que antes de trasladarse a las empresas para procesar alimentos, los trabajadores contratados serán sometidos a rigurosos exámenes e incluso, a una cuarentena, porque sería muy lamentable que contrajeran allá el COVID-19.