Con la duración de la pandemia, sin final a la vista, el llamamiento a buscar alternativas ecológicas al cubrebocas de papel que termine contaminando nuestros mares y playas no ha hecho más que crecer.
La mejor alternativa son los cubrebocas de tela, pero aunque se pueden hacer incluso de manera casera, es importante asegurarnos de que son efectivas. Es decir, de que sirven para frenar la expansión del virus desde nuestro cuerpo en caso de estar contagiados. Sobre todo, si somos casos asintomáticos.
Y Simon Kolstoe, profesor de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), propone una técnica sencilla y muy útil para comprobar la efectividad de nuestro cubrebocas de tela, ya sea casero o comercial.
Simplemente, consiste en intentar apagar una vela soplando con la mascarilla puesta. Si nos cuesta apagar la vela, significa que apenas hay aire traspasando la tela, y por tanto, es efectiva.
También se podría hacer un experimento de manera más visual. Consistiría en grabarse con la mascarilla colocada, y expulsando el vapor de un vapeador, en caso de disponer de uno. Luego, habría que comparar la grabación con la de alguien expulsando aire del vapeador sin mascarilla.
Si la onda que genera la primera es mucho menor, el cubrebocas sería efectivo. (La Crónica de Hoy)