En 1917, Venustiano Carranza con los constituyentes de Oaxaca se ve en plenitud; en 1919, hace honores a Ignacio Zaragoza. Desconocido por Adolfo de la Huerta, huye de la capital del país.
Un combate debilita sus huestes y lo obliga a ir a salto de mata; en Tlaxcalantongo, es asesinado a traición el 20 de mayo de 1920. Tres días es cargado el féretro hasta Necaxa, Puebla.