Mario Galeana
La noche del 15 de junio de 1960, durante el baile anual del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), una banda se presentó para amenizar la fiesta. Se hacían llamar “Los demonios del rock” y su fundador era Juan Guerra, un guitarrista nacido en la casa de los Hermanos Serdán, que antes de ser convertida en un museo era un conjunto de vecindades.
Guerra en la guitarra y en la voz, Guillermo Pérez Mayesfer en la segunda guitarra, Jesús Díaz Pérez en la batería, Francisco Alba Odilón en el bajo y Othón García en el piano, los cinco chicos coverearon seis éxitos de Elvis Presley, al que admiraban con furia.
Aquellos chamacos de 17,19 años no sabían que, aquella noche, era una efeméride para la Historia. Porque esa noche había nacido el rock en Puebla.
El escritor y músico José David Pedraza documentó la existencia de las cinco bandas fundacionales del rock en la capital del estado. Además de “Los demonios del rock”, estaban “Los teenagers”, “Los frailes”, “Los Teddy gangs” y “Los blue jeans”, que eran adolescentes de clase media que podían costear la compra de vinilos importados desde Estados Unidos, donde el rock agitaba multitudes de jóvenes.
La investigación de David Pedraza, quien es fundador del grupo de blues “La serpiente elástica”, fue reunida en el libro La semilla del rock en Puebla, que incluye testimonios, fotografías y carteles de los conciertos de aquellas cinco bandas fundacionales.
Dos de ellas alcanzaron a grabar sus propios discos, lo que para Pedraza representa un hito: “Los blue jeans”, quienes ganaron un concurso de rocanrol, y “Los demonios del rock”, que a partir de su amistad con Johnny Laboriel fueron invitados a una sesión de estudio con el sello discográfico Orfeo.
“Había varias razones por las que el rock era difícil. Primero, porque los grupos famosos estaban en la Ciudad de México, mientras que en Puebla era mal visto o era desconocido. Había familias a las que no les gustaba porque creían que estaba descomponiendo a la juventud”, explicó el autor este martes 28 de marzo, durante su presentación en la Feria Nacional del Libro (Fenali) de la BUAP.
La investigación de Pedraza aborda desde 1960 hasta 1977. Durante el primer periodo, que va de 1960 a 1966, el autor documentó la existencia de estas cinco bandas que se presentaban, sobre todo, en salones sociales y fiestas privadas.
“Este género contestatario entra por los salones sociales, los salones de baile. A la sociedad poblana le gustaba mucho bailar y existen carteles en donde poco a poco se percibe cómo va aumentando la participación de estos grupos de rocanrol en los programas”, explica.
Los integrantes de estas cinco bandas fundacionales solían lidiar con el estigma de la época y la presión familiar de sus padres. Pedraza asegura que, para un padre, era mucho más factible comprarle a su hijo un carro que una guitarra.
“Los teenagers, por ejemplo, provenían de familias de médicos exitosos y, quizá por eso, se les permitía estar al aire en programas de radio. Aunque eran buenos, terminaron su trayectoria en el rock para continuar con el legado médico de la familia”, contó.
El autor recordó que, incluso el mismo Juan Guerra, quien falleció a los 80 años a mediados de 2021, le contó que sus padres les regañaban sólo por el hecho de decirles chavos a sus amigos.
En el segundo periodo, de 1967 a 1977, las bandas de rock se multiplicaron hasta llegar a ser por lo menos 20 agrupaciones. Su sonido dejó de parecerse al de las bandas de la primera época, para adoptar tonos más apegados al movimiento hippie.
Si la investigación de Pedraza ceja a partir de ese año es porque la represión del gobierno federal en contra del rock provocó un cambio entre las agrupaciones. Las bandas fueron silenciadas en la radio, los cafés fueron clausurados. Y para la década de 1980, cuando la música surgió de nuevo, ya era otra. Así llegaron, por ejemplo, los primeros grupos de rock en tu idioma.
“El rock de los 80 ya no suena al hippie y el gobierno deja de pisar el cuello a las bandas. Surge otro tipo de rock,, pero entre 1970 y 1980 hubo un estancamiento entre la juventud y su música”, sintetizó.
David Pedraza se dio a la tarea de reunir los discos de cuatro de las cinco bandas fundacionales de rock en Puebla y las publicó en un canal de Youtube. El libro puede adquirirse en las librerías de la BUAP.