Mario Galeana
Tras la restauración de la Casa de la Palestina, en el municipio de Huaquechula, el primer programa de voluntariado internacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se muda a San Andrés Calpan, donde se rehabilitará el exconvento de San Francisco de Asís, construido en el siglo XVI.
El Proyecto Voluntarios del Patrimonio Mundial, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ha desplegado 75 campamentos en distintas partes del mundo.
En Puebla, el primer contingente de voluntarios colaboró en Huaquechula en abril pasado, a través de un acuerdo de colaboración entre las embajadas de México y Francia.
Ahora, los trabajos de restauración se realizan en San Andrés Calpan, donde los voluntarios trabajan desde el pasado sábado 15 y terminarán el lunes.
Rehabilitan y consolidan la joya arquitectónica del virreinato que se encuentra en el centro de la cabecera municipal.
El sitio es Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1994.
Su principal distintivo es la fachada del templo, de estilo plateresco, una decoración caracterizada por incluir elementos vegetales y criaturas fantásticas. También destacan cuatro capillas posas con relieves tallados en piedra de escenas teológicas.
Los voluntarios participan en procesos que implican el uso de materiales tradicionales, como el apagado de cal, la fabricación del mucílago con baba de nopal –que mejora las propiedades del concreto– y el registro de imágenes para el levantamiento arquitectónico de las plantas bajas y alta del claustro, según informó el INAH en un comunicado.
También realizan trabajos de reposición de aplanados antiguos, liberación de flora parásita en muros y pisos, reconstrucción de nichos atriales.
También hacen el relleno estructural de bardas del atrio.
Además de los expertos del INAH, en estos trabajos de restauración participan jóvenes originarios de San Andrés Calpan.
El programa pretende que los vecinos del inmueble “reconozcan la importancia de conservar su legado histórico y se conviertan en guardianes de los lugares emblemáticos de su propia comunidad”.
Todos son capacitados por la Asociación Mexicana de Voluntariado Internacional (Amviac), que está enlazada con la Unesco para atender el exconvento bajo la asesoría del INAH.
Cuando la restauración del inmueble haya concluido, se realizará un diálogo entre los voluntarios y la población del municipio para exponer la importancia cultural del monasterio.
En estas conversaciones participarán integrantes de la Cooperativa Guardianes de Saberes y Sabores, autoridades municipales y eclesiásticas.