La peor parte de la explotación de este aceite mineral en México la llevaban los trabajadores: operaban sin equipo de protección, sin derechos ni beneficios, sin cobertura de gastos por accidentes o enfermedades ni jornadas fijas y el pago, escueto, era impuntual. Lázaro Cárdenas nacionalizó esta industria un día como hoy, en 1938.
Foto: Mediateca INAH