Hoy, hace 376 años, el entonces obispo de Puebla, Juan de Palafox y Mendoza, donó su biblioteca personal para que fuese consultada no sólo por los seminaristas del Colegio de San Juan –donde se erigió este recinto en 773–, sino por toda persona que quisiera aprender. Por eso se le considera el primer acervo de consulta pública en América, pues desde la Edad Media y hasta entonces el conocimiento en la cultura occidental estaba en manos de clero.
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