Si Malcolm Lowry escribió la gran novela mexicana, como afirmó José Revueltas, el texano John O’Leary trazó, a pura luz, la gran historia contemporánea de Cholula. Una historia monocromática habitada por mayordomos, luchadores, santos patronos y una pirámide observándolo todo desde los cielos.
John O’Leary llegó a la UDLAP en 1970 para estudiar Antropología, pero el pueblo que encontró al borde de la universidad llenó su mirada para siempre. Y no se trata de una metáfora: John lleva cincuenta años haciendo fotografía documental de Cholula y de otras regiones de Puebla, Atlixco y Tlaxcala.
Aunque realmente nunca quiso ser antropólogo, O’Leary encontró en Cholula todo lo que una persona que hace etnografía o antropología social podría desear: el arraigo, una cultura que todavía no era modificada por el Tratado del Libre Comercio, las tradiciones de un pueblo en donde el sincretismo religioso de lo prehispánico y lo católico pululaba por las calles.
“Me he vuelto un fotógrafo de pueblo. Yo quería ser Richard Avedon (uno de los fotógrafos de moda más influyentes de la historia) y terminé siendo “el fotografista”, porque es como me dicen aquí. Es realmente un paraíso para cualquier fotógrafo vivir aquí. No hay semana en que no haya una actividad interesante”, dice.
O’Leary conversó recientemente con el director del Sistema Nacional de Fototecas, Juan Carlos Valdez Marín, sobre el comienzo de su carrera y la Cholula del pasado y del presente.
Toda su formación fue autodidacta. En 1968 ingresó al Consejo Nacional de Fotografía, y sólo entonces pudo compartir experiencias y técnicas con un incipiente grupo de fotógrafos documentalistas.
Para 1970, cuando ya vivía en Puebla, trabajó codo a codo con el legendario fotógrafo de prensa Abraham Paredes, quien lo ayudó a acercarse a las personas de los pueblos de Cholula y de otras regiones del estado.
Aunque gran parte de su obra está precisamente dedicada a las fiestas patronales y a las tradiciones culturales y religiosas, John asegura que sus fotografías no son etnográficas, pues es consciente de que cada disparo implica la creación de una pieza estética. Su archivo fotográfico está poblado por piezas en blanco y negro que muestran el trajín y el silencio de los barrios. Y, más recientemente, el pueblo mágico en el que lo mismo conviven las zonas arqueológicas que los McDonald’s y las sucursales de los Oxxos.
Sobre su trabajo, la especialista en material fotográfico de la BUAP Patricia Acuña Castrellón, afirma: “Su visión no es como observador, no es extraña, no busca escudriñar con ansia de descubrir lo exótico; más bien retrata lo que toca con su propia experiencia, desarrolla un contacto, una relación que lo une como un personaje (distinto al del contexto, pero no completamente ajeno a éste)”.
Entre 1970 y 1980, creó una serie denominada “Sueños de opio”, que documentó el día a día de los peleadores de lucha libre en México. Los retrató de pie, bañados en sangre, depuestos sobre la multitud, mirando ferozmente hacia su lente. Por esa serie, dijo, entabló una amistad con muchos luchadores que hasta hoy permanece.
A lo largo de su carrera, quizá su principal obstáculo fue la transición de la fotografía analógica a la digital, que le tomó por lo menos 15 años. Se sentía “fuera del mercado” y obsoleto frente al resto de sus colegas hasta 2008, cuando adquirió su primera cámara digital. Pero usarla significó reaprender todo el proceso fotográfico que ya tenía dominado.
“Me duele decirlo, porque trabajé 40 años analógicamente, pero lo digital es lo que está triunfando”.
Aun ahora, en su retiro, John O’Leary es prácticamente el fotógrafo de cabecera de las procesiones, ferias y fiestas patronales que se realizan en Cholula.
Aunque su trabajo también abordó la arquitectura del pueblo, asegura que nunca pudo convencer a los directores de las zonas arqueológicas, ni a los directores de los museos, para crear un archivo similar.
“He aprendido que es demasiada burocracia y no lo entiendo. Soy muy flojo, en general, y prefiero ir a una pachanga donde no me dicen nada, e incluso me dan un trago, que ir y preparar una carta”, dice.
TRECHO RECORRIDO
Fue premiado en dos ocasiones por el Instituto Nacional de Bellas Artes en las Bienales de Fotografía de 1984 y 1986. Ha sido becario en tres ocasiones por la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. En 2017 diseñó la página web “Catálogo del Fondo Histórico de Fotografías de la Región Cholulteca Poblana”, proyecto apoyado por el FONCA. En 2019 fue inaugurada su exposición “Cholula a 500 Años de la Conquista” en el Museo Regional de Cholula.