Fotos y textos: Mario Galeana
La casa tiene un patio que parece estar salpicado por una sustancia negra que se extiende sobre el suelo y repta por los muros. Sólo algunos enseres, un par de sillas, un lavabo y un pequeño altar a la virgen, logran desprenderse de esa capa oscura que se extiende por doquier.
La casa está en Analco, una de las zonas fundacionales de la capital y, al mismo tiempo, uno de los barrios más despoblados a causa de la emigración. Visto a distancia, el patio parece haber sido consumido por el vacío o la ausencia.
Esa negra sustancia es, en realidad, plástico. Y si este espacio se encuentra recubierto de principio a fin es porque, con otras ocho instalaciones, integra “Patio efímero”, un proyecto que conjuga el arte contemporáneo, la arquitectura y el patrimonio del Centro Histórico de Puebla para dialogar, en esta edición, sobre el fenómeno migratorio.
“Se trata de nueve patios con valor histórico, nueve instalaciones efímeras de arte contemporáneo ideadas por seis equipos elegidos por el Sistema Nacional de Creadores de Arte y tres despachos arquitectónicos invitados por nosotros, debido a sus reconocimientos en construcción, arte y diseño”, detalla Yassin Radilla, director de comunicación del proyecto.
Luna Silva, directora general de “Patio efímero”, explica que la edición de este año está enfocada en reflexionar sobre cómo impacta la migración en la diversidad y la riqueza de las ciudades.
La primera instalación, la de Analco, lleva por nombre “El vacío que dejaste” e intenta visibilizar la ausencia de quienes buscaron mejor porvenir.
Por eso el discurso de plástico negro evoca la succión que ha hecho la ausencia, a decir de sus creadores, del despacho The Ark PROJECT.
Las otras ubicaciones trabajan con otras metáforas.
En el patio de la Casa de Alfeñique, decenas de cruces rojizorrosadas están tiradas sobre el piso atadas a globos metálicos a medio inflar. La pieza lleva por nombre “La-SOS” y es una metáfora descarnada sobre el sueño americano y la fragilidad de la vida: las cruces son los hombres y mujeres y los globos son sus propios sueños, según el despacho Abracadabra, autor de la misma.
Quizá sea la tercera instalación, ubicada en la Casa de la Bóveda, una de las más articuladas en el recorrido.
El patio está dividido a lo largo y a lo ancho por velos negros que coartan la visión y, en el centro, un montón de tabiques obstaculizan la llegada a la fuente principal. La pieza se llama “Limbo(s)” y, para sus creadores, del despacho MX Tad, es la representación material de los las barreras humanas que frenan o criminalizan el camino del migrante.
En el Dormitorio Antorcha, la instalación “Rastros y memorias” convierte el patio en un desierto, uno de los lugares arquetípicos en la migración. Como un augurio oscuro, sobre el techo penden cintas con las edades y los nombres, si los hay, de personas encontradas en el desierto.
“Creamos un escenario que nos deja ver los sueños y los objetos y las vidas perdidas de los migrantes; en el exterior, la pieza parece cerrada, que es la manifestación de nosotros mismos cuando solo somos espectadores; pero al adentrarte, al investigar, al entrar a la pieza, lo comprendes”, explica Juan Manuel Tejeda de + Colectivo, que agrua a los autores de esta intervención.
¿Quieres recorrer “Patio efímero”. Puedes ir hoy o mañana. Para el lunes, ya no estarán.
Cafeterías y restaurantes como Calixto, Profética, Barrio, Casa Bacuza, Caléndula, Cerdo Picante y Clemente Hackl, Mucho Bueno y San Jorgito están otorgando promociones a las personas que visiten los patios intervenidos.