Mario Galeana
Al centro del patio del Museo San Pedro de Arte, las voces de tres mujeres y dos hombres se enzarzan en dos coros religiosos que solían interpretarse cada Jueves Santo y Domingo de Ramos en la Catedral de Puebla, pero hace casi 400 años atrás.
Ocultos por la sombra del tiempo, estos cantos polifónicos fueron escritos por Juan Gutiérrez de Padilla, un nombre que hoy nos dice lo mismo que Pedro Pérez o Juan López, aunque a principios del siglo XVII, correspondía a uno de los compositores más prolíficos de la Puebla de los Ángeles.
Todo en los cantos es solemne: la cadencia del latín, la gesticulación de los cantantes, el sonido del Barroco. Las voces cruzan el amplio patio del museo de piedra gris, aunque cuando terminan puede escucharse a lo lejos, y durante solo un instante, el ritmo de un reguetón. Como si el presente intentara desvanecer el hechizo del pasado.
Parece que Jean-Cristophe Candau, tenor y director del ensamble Vox Cantoris, lo escucha también. Y aprovecha para hacer una pausa en donde cuenta que el concierto que ofrecen es resultado de una investigación por Ciudad de México, Puebla y Oaxaca, donde recuperaron motetes, lamentaciones y antífonas, todas ellas composiciones litúrgicas escritas por Gutiérrez de Padilla, Juan Navarro Hispalensis y Manuel de Sumaya.
“¡Música súper conocida!”, bromea y el público ríe.
Jean-Cristophe Candau fundó el ensamble Vox Cantoris (la voz del cantor, en latín) en Francia en el 2000, pero la investigación de la que surgió este repertorio inició en 2014.
Ese año, Ileana Ortiz, soprano del ensamble, viajó a Chicago para consultar en la Biblioteca Newberry los seis libros de polifonía pertenecientes al Convento de las Monjas de la Encarnación, en Ciudad de México, como parte de su investigación de maestría en La Sorbona de París.
Ileana había estudiado Literatura en el Claustro de Sor Juana, pero al entrar al coro de la universidad conoció a Rita Guerrero, la mítica vocalista del grupo Santa Sabina. Se hicieron tan buenas amigas que Rita decía, medio en broma y medio en serio, que dejara la literatura para irse a estudiar música a España.
Cuando Rita Guerrero falleció, en el 2011, Ileana tomó parte de ese consejo. Y en lugar de España decidió mudarse a Francia, donde estudió en el Conservatorio de Burdeos y más tarde en La Sorbona.
Al viajar a Chicago, Ileana copió página por página los libros del Convento de la Encarnación y después se los mostró a Jean-Cristophe Candau, a quien había conocido tiempo atrás en un festival de música en Saltillo.
Así comenzó el programa que habrían de interpretar ocho años después en el Museo San Pedro de Arte, así como un minucioso trabajo de antropología musical que se formalizó en 2017, con la creación de la Asociación Patrimonio Musical de la Nueva España.
“En febrero de este año tuvimos también la oportunidad de revisar el acervo de la catedral de México. ¡Son libros que pesan entre 40 y 50 kilos!”, completa Jean-Cristophe Candau.
EL PATRIMONIO MUSICALNOVOHISPANO
Vox Cantoris ofreció en Puebla tres recitales bajo el título Esplendores polifónicos de México (siglos XVI-XVIII). El primero se realizó el 12 de octubre en el Templo de Santo Domingo y el último el pasado 16 de octubre, en el Museo San Pedro de Arte.
El viernes 14, Vox Cantoris realizó un concierto junto con el ensamble barroco de la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, integrado por Javier Escalera (violín I), Argelia Barajas (violín II), Adriana Castro (cello) y Abraham Morales (órgano y clavecín).
La participación de esta fracción de la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla (OSEP), que es dirigida por David Hernández Bretón, se realizó en el marco del festejo por el 20 aniversario de la fundación del ensamble.
Por Vox Cantoris estuvieron, además de Ortiz y Canday, Helena Bregar (soprano), Clara Pertuy (contralto) y Marduk Salam (bajo), este último originario también de Ciudad de México.
Salam estudió Canto especializado en música barroca en Francia, y se unió al ensamble coral en 2016, durante una gira por el país que también pasó por Puebla, con el concierto Trésors des Cathédrales, celebrado en el marco del 485 aniversario de la ciudad. Desde entonces, Marduk participa en el coro de manera intermitente.
“El bajo en este coro es el cimiento de todo lo que se construye encima. Pero para saber cómo debemos interpretar estos cantos hemos tomado algunos tratados y ciertas convenciones respecto al idioma; nosotros hemos decidido pronunciar el latín a la manera hispana, que es como se cree que se pronunciaba entonces”, detalla.
Las composiciones de Juan Gutiérrez de Padilla a las que Vox Cantoris tuvo acceso eran transcripciones hechas a mano. Pero Ileana Ortiz explica que encontraron algunos errores, por lo que intentarán revisar con algunos musicólogos en Puebla para revisar directamente las composiciones que obran en el acervo musical de la Catedral de Puebla.
“Estas composiciones eran interpretadas por los capellanes, que eran los músicos de la catedral de Puebla. Esta música litúrgica se cantaba dentro de la iglesia, y eran compuestas bajo ciertas estructuras o tradiciones polifónicas de España y Europa”, abunda.
Toda esta labor de Vox Cantoris es con el fin preservar el patrimonio musical mediante su estudio y difusión, y sobre todo sembrar en los músicos jóvenes el deseo de investigar la música novohispana de su país.
“Nosotros escuchamos mucha música antigua, medieval, renacentista, o del Barroco hispanoamericano. Pero a veces también hemos hecho proyectos en los que hacemos dialogar a la música popular –vamos a llamarla así nada más– con nuestra música. Y son diálogos interesantes que consiguen que la gente se acerque a dos repertorios distintos”, recalca.
—Y al margen de todo este trabajo, ¿a ustedes qué les gusta escuchar y cantar?
—Me gusta mucho la música afroamericana, afrocolombiana, afrocaribeña; me gusta mucho el blues y el bolero y la salsa. Creo que tengo dos caminos paralelos entre la música antigua y la música más actual y latinoamericana —dice Marduk Salam.
—A mí me gusta Olivier Messiaen, que es un compositor cercano a nuestra época… y The Cranberries. Y, obviamente, Santa Sabina —completa Ileana Ortiz y sonríe.
SETLIST NOVOHISPANO
El concierto de Vox Cantoris y la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla incluyó los seis libros de polifonía del Convento de las monjas de la Encarnación, así como la obra de Hernando Franco Hernando Franco (1532-1585), de origen español, que está enterrado en el coro de la catedral, y Manuel de Sumaya (1678-1755), nacido en la ciudad de México. Ambos fueron maestros de capilla de la Catedral.
También interpretaron el Tantum ergo y el Ave rex noster de Juan Gutiérrez de Padilla, que se interpretaba cada Jueves Santo y Domingo de Ramos en la Catedral de Puebla, respectivamente.
Finalmente, el concierto terminó con algunos coros del compositor sevillano Juan Navarro Hispalensis (1530-1580), interpretados en la Catedral de Oaxaca.
VOX CANTORIS
Ileana Ortiz, Helena Bregar: sopranos
Clara Pertuy: contralto
Jean-Christophe Candau: tenor y dirección
Marduk Serrano: bajo
ORQUESTA SINFÓNICA DEL ESTADO DE PUEBLA
Está integrada por 82 músicos y es dirigida por el maestro David Hernández Bretón, quien inició su carrera como director asistente de la Orquesta de la Ópera Massy.
La orquesta ha interpretado obras célebres para ballet, zarzuela y ópera, y fue fundada el 5 de mayo de 2022. Desde entonces ha compartido escenario con Plácido Domingo, Sara Chang, Fernando de la Mora, Eugenia León, Otto Sauter, Horacio Franco, el Mariachi Vargas de Tecalitlán, Alan Parsons, entre otros.
Javier Escalera, Argelia Barajas, Adriana Castro y Abraham Morales celebran los 20 años de su ensamble base sinfónico.