Tras nueve meses de restauración, dos obras al óleo recuperan su esplendor inicial y pueden ser visitadas en su sitio de origen
Mario Galeana
Transformado en un poderoso atlas, San Francisco yace de rodillas sosteniendo sobre la espalda tres esferas que representan las tres órdenes franciscanas.
La escena es atestiguada por reyes y papas de la casa de los Habsburgo, que cabalgan sobre carruajes adornados con el águila, el símbolo de esta casa imperial, y el león, el emblema de la corona de Castilla.
La obra lleva por título “Atlas Seraphicus”, se realizó durante el siglo XVII y es, por razones históricas, políticas y de credo, una de las joyas del templo de San Francisco Acatepec, a decir de Lidia Gómez García, profesora-investigadora del Colegio de Historia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
“El lienzo está inspirado en una obra de Rubems que coloca a Acatepec al nivel de cualquier lugar del mundo en la época. La colocación de esta imagen en el templo refleja el compromiso o el vínculo que hay entre la monarquía hispánica con los pueblos que entonces eran considerados indios”, describe la investigadora.
El “Atlas Seraphicus” fue restaurado recientemente como parte de un proceso de intervención entre la comunidad de Acatepec, representantes de la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Junto a este lienzo de 2.10 metros de alto por 1.70 de ancho, las autoridades reestablecieron en el templo la pintura de la “Virgen Inmaculada”, que retrata una figura que se encuentra en la Catedral de Puebla.
Según el cronista de San Francisco Acatepec, Anastasio Juárez Herrera, esta figura es la Virgen de la Defensa, que se resguarda en el Altar de los Reyes de la Catedral.
“Lo sabemos específicamente por la corona. Además de que es un referente de la devoción que se tiene a las imágenes, es una ventana mística hacia esa imagen: a través de los cortinajes y las flores de la pintura, podemos evocar su altar en Puebla. Es como si la pieza estuviera en Acatepec, pero su mente viajara hacia la Catedral”, explica.
El trabajo de restauración fue realizado en nueve meses por integrantes de la Dirección de Patrimonio de la dependencia, en coordinación con Elisa Ávila Rivera, restauradora del Centro INAH Puebla.
El proceso de intervención en el templo de San Francisco Acatepec contempla 11 óleos, de los cuales cinco –incluyendo los dos descritos– ya han sido entregados. La restauración se realiza con materiales compatibles a los originales y requiere de una inversión de 500 mil pesos de fondos estatales.
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