Daniel Aguilar / Twitter: @Danny_aguilarm
Esta semana inició con mucha expectativa para todos los amantes de la pelota. El lunes se cumplía la fecha límite de cambios en MLB y con menos de un mes por jugar buscando octubre, llegaban los cambios que terminarían en primera plana.
Si bien los Padres se llevaron todos los reflectores, hubo un momento en el día que todos esperábamos: la bomba de los Yankees.
Hace tiempoque los Bombarderos del Bronx no se llevan las palmas en la fecha límite de cambios. Todo parece indicar que en los próximos años la estrategia del equipo a rayas ya no será aquella que los llevó a ganarse el mote de “El Imperio del Mal”.
Probablemente, la pandemia también cobró factura y tocó las arcas del equipo más importante del beisbol.
Estamos viendo una nueva era en la organización de los Yankees donde las granjas ya no serán para producir piezas de cambio y sí el talento que hace falta en el diamante.
A mi parecer, Ichiro Suzuki fue el último gran cambio en la fecha límite que hicieron los del Bronx, pero –al igual que cuando llegó Iván Rodríguez– la noticia resultaba una bomba digna del equipo a rayas, sin embargo, no pasó mucho.
El gerente de los Yankees, Brian Cashman, dijo que no hubo mucho ruido principalmente porque los equipos tratan de negociar diferente con ellos. En pocas palabras: les venden caro. Y como lo dice mi amigo Manuel de la Torres: “¿Qué esperaba? Es el equipo más importante del mejor beisbol del mundo”. Aunque sé que hay que darle el beneficio a Cashman, porque no sólo es comprar por comprar, el hospital que tiene en el roster nos llevaba a intuir que al menos un brazo o un madero se vestiría con el smoking del beisbol.
Sé que el gerente también debe ver la parte del negocio a la par de lo deportivo. Pero cuidar las granjas tampoco ha redituado en el éxito de octubre. Quitando a Gary Sánchez, Aaron Judge y, tal vez, Clint Frazier, no hay mucho material con el cual se pueda pelear al nivel que se le exige a los Yankees.
Hace algunos ayeres, todo parecía indicar que el lanzador sensación de la pelota, Johan Santana, llegaría al mítico Yankee Stadium, y no llegó porque se buscó proteger a Joba Chamberlain, Ian Kennedy y Phil Hughes. Y bueno, el hubiera no se conjuga y de estos tres nombres poco se puede decir. El venezolano llegaría después a la Gran Manzana, pero con Mets y sin pena ni gloria. Se podría decir, que la jugada benefició a Cashman.
Debo aclarar que tampoco había muchas cartas por jugar en el mercado de este año. Pero cuando llegó la hora límite, los fanáticos suspiraron y añoraron la época del jefe Steinbrenner.
OCTUBRE PODRÍA SER INJUSTO
Desde que inició septiembre, o como los fanáticos de la pelota lo conocen: “La caza de octubre”, reviso los standings con la proyección de la postemporada, es decir, bajo el esquema de si la temporada terminara hoy.
En la Liga Americana, quitando a las Rayas y su gran paso que los ha hecho poner una cómoda distancia en la cima, los otros siete equipos pelean la ventaja de localía y el acomodo de la primera ronda de playoffs cambia constantemente.
Como se manejó en un inicio, es probable que en esta postemporada haya invitados con récord perdedor. Y aunque en otros años ya los hubo, era más por el nivel completo de una división que por el sistema de competencia. Hoy todos juegan conscientes de que ser invitado a los playoffs es más una circunstancia de un formato atípico y basado en el negocio,no por méritos ganados dentro del terreno de juego. Al final, el argumento es simple: en postemporada todo puede pasar.
Y sí, todo puede pasar en octubre, la “Diosa fortuna” le puede sonreír a una novena y convertirlo en la “Cenicienta” que llegue al Clásico de Octubre. Será justo para los 16 equipos, pero tal vez, injusto para los Dodgers.
Mientras escribo esta colaboración, la novena angelina sólo ha perdido 10 partidos en la campaña y el sueño de sus fanáticos porque este año sea el bueno es latente. Mookie Betts está convertido en el jugador importante a la hora cero, el relevo se ha ido perfeccionando y Dave Roberts… sigue siendo Dave Roberts.
Los fanáticos del equipo y también los que no lo son ven a unos Dodgers como una máquina a la que no le falla nada, que cuando arranque la postemporada lucirán favoritos, ya que les tocará enfrentar al segundo comodín, mismo que en este momento juega debajo de .500 y aquí vendría la catástrofe.
Justo será para ellos, que aunque tengan récord negativo, se habrán ganado ese octavo boleto a la fiesta de octubre por conseguir sus 25 o 28 triunfos. Irán a Dodger Stadium, verán a Clayton en el primer duelo y…
Sin que mis amigos fieles al equipo de “El Toro” Valenzuela se enojen, la pelota es para ambos lados, y si una típica mala salida de Kershaw en playoffs se combina al otro día con un lanzador que se cae de la cama, podría llegar la catástrofe.
¿Injusto? Sí, pero es muy pronto para saberlo. A mis ojos, lo justo habría sido un formato de playoffs como el de la NFL, donde los dos mejores récords se despreocupan por esa primera ronda.
¡HASTA SIEMPRE!, ANDRÉS ZOROLA
Los campos de la Liga Zaragoza se visten de luto este fin de semana. El pequeño Andrés Zorola fue llamado por el gran umpire. La noticia sacudió a todos los que integran la liga, dejando un vacío en el terreno de juego y en nuestros corazones.
El talento innato en el beisbol se puede ejemplificar de manera fácil en la familia Zorola, ninguno de los tres hermanos podía pasar desapercibido debido al nivel que mostraban en el diamante. Pero el pequeño Andrés robaba el corazón y las miradas de todos, la alegría lo acompañaba en todo momento.
Campeón de bateo en la categoría 5-6 años, donde sólo falló en un turno al bate durante la temporada, ese turno le quitó la temporada perfecta, acarició la cifra de 1.000 en porcentaje de bateo.
Andrés amaba el beisbol y no era gran ciencia saber eso, bastaba con verlo, con platicar con él. En un par de ocasiones se acercó a mí para que le explicara cómo llevar el box score, era un deleite charlar y compartir momentos con él.
Aunque la liga perdió todo ese gran talento con un futuro prometedor. Me quedo con la sonrisa del pequeño Andrés corriendo en los campos de El Hoyo. Hasta el cielo Zorolita, descansa en paz.