Lo que comenzó como una obligación impuesta por su padre se convirtió en una pasión para Alma Céspedes, peleadora poblana que ha sido dos veces medallista a nivel nacional en Lucha Olímpica, además de que es una artemarcialista profesional que estudia para ser ingeniera en mecatrónica, aunque también se preocupa por las mujeres que sufren violencia.
A sus 21 años, la nacida en Tepeaca de Negrete sabe dividir su vida entre los entrenamientos y sus estudios, además, se da espacio para enseñar a mujeres jóvenes y adultas para que aprendan a defenderse.
Sus sueños radican en seguir creciendo como peleadora, graduarse de la universidad y poder integrarse a la Invicta Fighting Championships, empresa de artes marciales mixtas con sede en Estados Unidos, que es considerada como la mejor liga en el mundo dentro de la rama femenil.
“Empecé por obligación porque mi papá me obligó a entrenar, no fue por gusto mío o porque yo hubiese querido, pero con el paso del tiempo ya le fui agarrando cariño, primero empecé con artes marciales y después me conectaron con lucha olímpica, después empecé hacer jiujitsu, empecé a tener peleas más importantes, pero realmente no fue un proceso que a mí me gustara, porque incluso a mí me daba miedo practicarlo, es un deporte que no es estereotipado para las niñas, pero con el paso del tiempo me di cuenta que en el aspecto de combate somos más técnicas que los niños, que son más descuidados, porque solemos prepararnos mejor y nuestro temperamento no es como el de los hombres”, apuntó.
Para que perdiera el miedo a los golpes normales del deporte, tuvo que pasar por un proceso en el que recibió ayuda por parte de su mentor, el profesor Armando Ledo Morales, además de sus compañeros que integran la Academia de Team Ledos, con sede en Tepeaca.
“Entré a la academia a los 15 años y al principio me daba miedo recibir un golpe en la cara o el cuerpo, entonces mis compañeros y mi entrenador me ayudaron a perder el miedo dándome golpes no tan fuertes, pero en la cara y el cuerpo, pero así empecé a asimilarlos, a dejar de cerrar los ojos, porque conforme vas entrenando vas mejorando y notas cambios en tus sparrings, ahí empiezas ves que has mejorado, ya no recibes tantos golpes, ya conectas más, te ayuda a superar el miedo y como empiezas a ver esas mejoras te vas motivando para seguir aprendiendo”, dijo.
Tras dos años de aprender las Artes Marciales Mixtas, se introdujo a la Lucha Olímpica, disciplina que conoció en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, donde estudia Ingeniería de Mecatrónica. “Estuve entrenado dos años Artes Marciales y luego lucha olímpica en Puebla, en la BUAP, lo que hacía era saliendo de clases en la mañana entrenaba en la universidad y otros me regresaba a Tepeaca para entrenar Artes Marciales en las noches”, recordó.
POR ERROR, DEBUTÓ COMO PROFESIONAL
Uno de los momentos que difícilmente olvida algún deportista es su debut como profesional y para Alma no fue la excepción.
“Iba a cumplir 18 años, me aventaron a mi primera pelea en MMA (artes marciales mixtas) iba a ser amateur, pero el organizador de la liga me aventó a una profesional, fue error de él y de nosotros de no checar, la pelea fue sin espinilleras y contra una rival ya profesional”, indicó.
Lejos de su casa, enfrentando a una buena rival local, pero sufriendo las peripecias de los jueces, Céspedes quedó con la amargura de sentirse robada en su primera pelea, aunque esa misma sensación le ayudó a buscar revancha.
“La verdad es que sí me robaron esa pelea, pero yo era visitante y ella local, entonces cuando dieron el resultado como que todo el público se vino encima al juez, porque yo la había ganado y me quitaron esa pelea, Carmen Cedillo, que era de Monterrey, fue mi rival”, comentó.
DOS BRONCES EN LUCHA OLÍMPICA
Tras su aparición profesional en MMA, en 2019 pudo presentarse en Lucha Olímpica y lo hizo en dos escenarios importantes como la Olimpiada Nacional y la Universiada Nacional, representando a Puebla y a la BUAP, colgándose dos medallas de bronce.
“Para llegar a la Olimpiada Nacional tienes que pasar por varias competencias, primero está la Olimpiada Estatal de la que debes salir con oro para representar en regional, el país se divide en tres regiones, norte, sur y centro, Puebla pertenece a sur, y te eliminas contra los estados del sur y solo avanzan las tres mejores al Nacional”.
“La olimpiada se realizó en Chetumal y ahí tuve varios contrincantes, quedé en segundo lugar de un grupo, enfrenté al primer lugar del otro grupo, perdí, y por eso me quedé con la medalla de bronce. Después también obtuve bronce en la Universiada Nacional”, señaló.
BAJÓ 12 KILOS PARA UNA PELEA
El momento cumbre de su carrera hasta este día llegó en octubre de 2019, cuando recibió la oportunidad de participar en una función de la empresa Combate Américas, que tiene sede en Estados Unidos, pero que está dirigida a la audiencia hispanoamericana.
Su rival fue Criszaida Adames, quien en ese momento era desconocida para la poblana, pero que en realidad se trataba de la peleadora mejor rankeada en República Dominicana y una de los mejores dentro del circuito.
“De momento me llegó una pelea de emergencia en una liga internacional como Combate Américas, le llamaron a mi entrenador porque estaban buscando una peleadora en 57 kilos, que es mi peso, me pidieron exámenes de sangre, de la vista, de embarazo, todo superprofesional”, agregó.
Sin embargo, a unos días de que se llevara a cabo la pelea, los organizadores tuvieron problemas con el evento, lo cual terminó por afectar a la tepeaquense.
“Como tres semanas ante del evento los organizadores tuvieron problemas, la rival era de un peso menor que el mío, aún así nosotros aceptamos la pelea porque ya habíamos entrenado mucho tiempo. En total tuve que bajar 12 kilos porque yo iba a pelear en un inicio en 57, pero ella estaba en 52, entonces fue una descompensación muy grande porque me sometí a una deshidratación extrema, inclusive me faltaron unos gramos para dar el peso, pero mi sistema inmunológico ya no pudo, ya no escupía saliva, ya no escuchaba, me intoxiqué”.
“También cuando intentamos buscar información sobre la rival no encontramos nada, pero ya en la pelea nos dijeron que tenía mucha experiencia. Fue todo un relajo, porque no sabíamos que la pelea iba a ser de las estelares, pasamos en televisión nacional, pero nos enteramos minutos antes del pesaje. Al final perdí, pero le aguanté los cuatro rounds, la verdad fue una gran experiencia”, indicó.
CON LA ESPINA ENTERRADA
Esa derrota ante Adames le genera sed de revancha, pero debido a la pandemia, ha preferido guardarse y rechazar combates. “Con la derrota en Combate Américas tengo la espinita clavada, quiero buscar una pelea en MMA, quiero mejorar por eso me metí a jiujitsu, siento que mi parte de arriba está bien, pero quiero mejorar en el piso, quiero regresar a pelear, pero más renovada, totalmente diferente a como pelee la vez pasada”.
“Pero luego entró la pandemia y ya no hay eventos, no hemos querido aceptar nada por protección, hemos sentido que no hay cuidados en los eventos y si me contagio puedo contagiar a mi familia y demás, también en la academia no aceptamos peleas porque puede ser un contagiadero”, señaló.
Esto no ha impedido que se mantenga en forma y lista, como si ya fuera su siguiente pelea.
“De entrenar bien bien fue como por julio cuando regresé, en los meses atrás lo hacía en mi casa, mi hermana compró una caminadora, había una bici, compré unos discos, una liga, a veces con un galón hacía fuerza y así estuve haciéndole, después mi entrenador me habló y ahora entrenamos en la academia con el costal, manopleo, fuerza, también vamos a correr”, comentó.
ENTRAR A LA MEJOR LIGA Y SER INGENIERA, SUS ANHELOS
Con los pies en la tierra, pero sus sueños bien arriba, sigue dando pasos en pro de construir su futuro.
“Hay una liga que se llama Invicta que es de puras mujeres, está ligada con UFC y me gustaría llegar ahí, es un proceso largo porque tienes que dedicarte de tiempo completo, entrenar, comer, dormir, ahorita con la universidad es complicado por los trabajos, desvelarte para los exámenes, por eso quiero seguir entrenando, aprendiendo lo mejor y terminar mi carrera y graduarme, porque tengo 21 años, no estoy muy grande, tengo camino en las artes marciales, tengo 10 años en adelante para seguir intentando”.
El combinar sus facetas de estudiantes con la de peladora no le ha sido fácil, pero ha sabido hacer sacrificios.
“Estudiar y entrenar sí es complicado, creo que es lo más complicado que hago, porque tengo que buscarme espacios, en la pandemia es más difícil tomar las clases, pero cuando las clases eran presenciales tenía que levantarme a las cinco de la mañana, viajar, tomar mis clases y después había semestres en los que salía a las 7 de la noche, entonces era regresarme y llegar a las 9 de la noche a entrenar en Tepeaca. También a veces acomodaba mi horario para tener algunas clases en la mañana, irme a entrenar allá en la universidad y después con las botas y toda sudada entraba a clases, también comer cuando pueda.
Mis horas de estudio eran en las noches, y en la época de exámenes era aún más difícil”.
ENSEÑA A MUJERES A DEFENDERSE
Peleadora y estudiante, no se aleja de la consciencia social, sobre todo alrededor de la violencia que sufren las mujeres, en la cual ha buscado intervenir.
“Como mujeres debemos apoyarnos entre nosotras, siento que en su momento estuvo bien hacer huelgas y protestas, salir y romper cosas porque querían hacerse oír y no está mal, pero yo no soy así, por eso mi idea fue dar un taller de autodefensa para las mujeres, en donde el conocimiento que yo tengo qué mejor compartirlo porque a veces como mujeres no sabemos cómo actuar ante la violencia, puede que seamos miedosas, si un hombre me pega voy a quedar en shock, pero si tú ya tienes el conocimiento y ya sabes cómo reaccionar, puedes defenderte”, dijo.
Alma Céspedes desarrolló una rudeza que le permite hacerle frente a sus rivales en la zona de combate, pero también se ha hecho de un coraje que la impulsa a buscar sus objetivos, conservando un noble corazón para que la incita a ayudar con sus conocimientos a las que lo necesitan.
“Me contactó un profesor de la preparatoria y me dijo que les diera un taller a sus niños y sí se armó, les di un taller de defensa personal y esa vez fue para niños y niñas, en la academia si puedo doy consejitos y así, y si se me acerca una niña y me dice que le ayude a cuidarse porque está pasando por esta situación y que la ayude a defenderse pues sí lo haría con mucho gusto porque somos mujeres y nos tenemos que apoyar, la sociedad es difícil para que nosotras nos cerremos la puerta”, apuntó.