Diana López Silva
Fabricantes y vendedores de piñatas luchan por mantener una tradición, su negocio y las fuentes de empleos, antes una incierta “temporada alta”, que será afectada por la pandemia de coronavirus.
A unos días de que inicien las posadas –16 de diciembre–, los artesanos y vendedores de piñatas a gran escala se preguntan si librarán la temporada decembrina, una de las más esperadas por las ventas que en años anteriores generaban los convivios en las escuelas, las cuales hoy siguen cerradas, pues alumnos siguen tomando clases on line.
César Raúl Domínguez Bonilla, dueño de “La Piñata, La Piñata”, taller de elaboración artesanal de este artículo, ubicado junto a la parroquia de la junta auxiliar La Libertad, asegura que la tradición no se perderá a pesar de la crisis sanitaria, pero duda que las ventas sean como las de años anteriores.
El taller es un negocio familiar, fundado hace más de 20 años, y los 365 días se puede ver decenas de piñatas secándose al sol en cada etapa de la elaboración de las piezas.
“Más o menos elaboro de 400 a 600 piñatas de estrella. Todo el año me dedico a hacer piñata de todo tipo de muñecos”, comentó don César Raúl, mientras trabaja en una pieza de cartón a la que le pega papeles de colores con silicón.
Comentó que en diciembre, por motivo de la Navidad, las piñatas más buscadas son las tradicionales de estrellas.
“Las más buscadas son la de cinco picos y la de siete picos, que es la tradicional, la de cinco es estrella y la de siete es por los pecados capitales. Hay de nueve y de 10”, comentó.
Domínguez Bonilla aseguró que este año mantienen los precios del año pasado, para que la gente pueda adquirir desde una minipiñata decorativa de 15 pesos a las grandes para reuniones familiares, que pueden costar desde 300 pesos.
Sin embargo, el panorama no es prometedor con las restricciones que hay por la pandemia de COVID-19, para la realización de convivios o brindis.
“Los colegas me han comentado que sí nos ha afectado y considero que nos va a afectar más. En las ventas, por lo regular muchos empezaban a vender desde noviembre y este año bajó mucho la venta”, relató.
EQUILIBRIO ENTRE FESTEJAR Y CUIDAR LA SALUD
Alfredo Vallejo Gutiérrez, dueño del local de piñatas “Fiestas Infantiles El Carmen”, ubicado en el mercado Melchor Ocampo, en la colonia El Carmen, aseguró que la pandemia ha golpeado económicamente al sector de eventos y a todos los proveedores de artículos para fiestas.
“Lo que es marzo, cuando empezó la pandemia, abril y mayo fueron meses muy difíciles, las ventas cayeron a la cuarta parte. Muchos cerraron, pero gracias a Dios nosotros nos pudimos mantener, pero era estar sacando los gastos con dinero de nuestras bolsas”, recordó.
Señaló que la reactivación de la actividad comercial en agosto en Puebla, la gente comenzó a retomar la vida cotidiana.
“Tenemos un mes de estar un poco mejor, pero por lo mismo de que no están las escuelas no será lo mismo. Si una persona hacía su fiesta con 15, 20 ó 30 invitados, ahora serán reuniones familiares. Recomiendo que lo pagan con la familia para que no se corra el riesgo”, resaltró.
Aun así, está consciente de que lo más conveniente para todos es respetar las medidas de prevención, hasta que haya una vacuna y todos tengan acceso a ella, ya que sólo así se podrá superar este problema sanitario.
Vallejo Gutiérrez aseguró que esta temporada la ven incierta.
“Vemos que la gente quiere seguir su tradición, pero les recomendamos que lo haga con mucha responsabilidad, con las medidas sanitarias”, señaló.
Aseguró que si la gente hace caso a las recomendaciones logrará un equilibrio de cuidado personal y para todos.
“Lograremos que la tradición se mantenga y no se afecte nuestra economía, así como tratar de hacer nuestra vida mejor”, dijo.
ESCUELAS, EL MOTOR
La incertidumbre en el sector aumentó el pasado viernes con el anuncio del gobierno federal del regreso de la entidad al color naranja en el semáforo epidemiológico, por el aumento en el número contagios.
El gobernador Miguel Barbosa descartó el regreso de las clases presenciales hasta que haya una vacuna contra el virus.
“Nuestro motor eran las escuelas y no sabemos qué va a pasar porque ¡no hay escuelas!
Las fiestas las tienen que hacer en sus casas, son solamente clases en línea, entonces eso es lo que tenemos miedo, no sabemos cómo va a estar, porque la economía de nosotros y de muchas empresas era precisamente esta temporada, ojalá no se pierda la costumbre, con las debidas precauciones”, dijo Alfredo Vallejo.
Recordó que en años anteriores, vendían cientos de piñatas en las fiestas decembrinas, de 15 a 20 piñatas por cliente, debido a las fiestas que se llevarían a cabo en escuelas, empresas y en salones de fiesta.
“Estamos conscientes de que no será lo mismo, mientras los núcleos familiares mantengan la tradición, pero es impredecible”, externó.
SALVAR EMPLEOS
Vallejo Gutiérrez comentó que en su negocio se vio obligado a recortar los horarios laborales de su personal para evitar despidos.
“Traté de no afectarles su economía a mi plantilla de trabajadores, de ser consciente con ellos y que saliera para todos, que de alguna manera nos pongamos la camiseta y tengamos un beneficio todos”, señaló.