Empezó a correr por salud con la intención de bajar de peso y se convirtió en tricampeona nacional. Ahora, Ana Karen Mejía es una de las mejores mediofondistas de Puebla que tiene en mente el representar al estado y a México en competencias internacionales, sobre todo pensando en unos Juegos Olímpicos.
Después de que conoció el running a los 17 años de edad no solo tuvo cambios en su cuerpo, sino también en su mentalidad pues ha adquirido una fortaleza resultado de las pruebas dentro y fuera de las pistas que ha tenido que superar.
A sus 26 años de edad, se siente orgullosa de cada vez erigirse como una figura femenina dentro del deporte en Puebla, aunque lamenta la violencia de género que se vive no solo en el estado sino en el país, algo que incluso la limita al momento de sus entrenamientos ya que prefiere nunca hacerlo sola.
NUEVE AÑOS CORRIENDO
Ana Karen estaba estudiando el tercer grado de preparatoria cuando tomó una decisión que sin saberlo, le cambió la vida.
“Llevo nueve años en el atletismo casi, inicié cuando iba en tercero de preparatoria, estaba buscando una actividad para bajar de peso y como era inquieta también para tener alguna distracción. En ese tiempo pesaba 20 kilos más que ahora, pesaba 67, así que por un motivo de salud inicié a correr también siguiendo a mi mamá porque ella ya lo hacía”, comentó.
Un lugar que no recibe el reconocimiento que merece, pero que es punto de reunión de varios atletas destacados en la capital poblana es el Parque Ecológico, y fue justamente ahí donde empezó su camino y conoció al que a la larga se convirtió en su guía.
“Un día fuimos al Parque Ecológico a trotar después de clases y tuve la fortuna de encontrarme con mi actual entrenador, Raúl Ramírez, me acerqué y me dio la oportunidad de integrarme a su equipo y pues inicio mi formación desde que prácticamente no corría nada, ahí fue donde comencé toda esta historia”, dijo.
BRILLÓ EN LOS TRES MIL METROS CON VALLAS
Los primeros meses ya bajo las órdenes del profesor Ramírez fueron para definirla como atleta, si sería velocista o fondista y probó diferentes pruebas hasta que conoció en los tres mil metros con vallas en los que explotó todas sus habilidades.
“En mi primera competencia corrí 800 metros e hice una marca alta. A los dos meses hubo otra en Tlaxcala, fue de cinco kilómetros y también marqué un tiempo alto. A partir de que vimos que no soy rápida, mis condiciones no dan para eso y como el profe es especialista en fondo comencé con eso, pero poco a poco. Al siguiente año estuve en el regional rumbo a la Olimpiada Nacional, no clasifiqué a ninguna prueba, pero me enteré que había un lugar para los tres mil con vallas, le pregunté al profe y me inscribí sin saber brincar los obstáculos y clasifiqué a la Olimpiada”, indicó.
Ana Karen sabe dominar sus miedos porque si se hubiera detenido a analizar lo que estaba haciendo, nunca habría conocido la prueba en la que a la postre fue multicampeona nacional e incluso estuvo preseleccionada para ir a los Juegos Panamericanos de Lima en 2019.
“Esa vez me metí a lo desconocido, después salió el ránking y califiqué en el último y no me la creía, fui y mejoré mi marca, no sabía saltar las vallas, pero, aunque el tiempo de entrenamiento fue corto aprendí a dominar el obstáculo”, señaló
Después comenzó su etapa de deportista universitaria en la Universidad Madero y ahí explotó como corredora con vallas.
“Ingresé a la Universidad Madero donde estudié Lenguas Extranjeras, y en el primer año ya me defendí y gané bronce en Conadeip. Al año siguiente me tocó subir de categoría y quedé en cuarto lugar, pero con el ánimo de seguir mejorando y para finales del 2015 mi preparación fue más fuerte y en 2016 gané mi primer oro, ya como nacional en Conadeip”, apuntó.
Su crecimiento fue tan explosivo que en 2017 ya era una de las mejores saltadoras de vallas del país, en 2018 se convirtió en tricampeona nacional y en 2019 llegó a Selección Nacional y compitió por un lugar en los Panamericanos a pesar de su corta edad y con su calidad de deportista colegial.
“En 2017 fui campeona otra vez en Xalapa, en 2018 otra vez en Querétaro y ese mismo año también gané oro en la prueba de cinco mil kilómetros. Ese mismo año participé en Estados Unidos en los relevos de Mount Sac y después los tres mil en Long Beach. Para el 2019 estuve preseleccionada para los Panamericanos en la prueba de tres mil metros con obstáculos”, recordó.
VIVE UNA TRANSFORMACIÓN COMO ATLETA
El 2020 iba a ser un año fundamental para ella pues al egresar de la universidad y tras conseguirlo todo prácticamente en su prueba de los tres mil con vallas, buscó nuevos retos y pensando en convertirse en mediofondista planeó una estrategia de cambios, pero llegó la pandemia y frenó todo.
“Ya pasando los Panamericanos y saliendo de la Universidad queríamos trabajar más para correr fondo, luego vino la pandemia y todo se paró. Hace un año por la urgencia de si iba haber campeonato nacional o no, todo salió de repente, nos fuimos a la segura con el de tres mil metros para calificar al nacional, pero la intención era el medio fondo”, explicó.
Por ende, tras platicarlo con su familia y su entrenador, Ana Karen dejó el confort de una prueba que dominó a placer para inmiscuirse en un reto que le exige empezar de nuevo, pero que la tiene motivada para volver a triunfar.
“Llegó la edad para correr más fuerte, sentimos que ya era momento para trabajar en pruebas más largas. Me da confianza saber que hemos logrado los objetivos, fue una decisión que platicamos mucho mi entrenador y familia, el hecho de dar el siguiente paso porque somos
conscientes de que el nivel está creciendo en México y eso te hace esforzarte, sabemos que necesitamos trabajar, pero no es algo que nos detenga, sé que tenía un lugar, si no asegurado, pero tal vez más controlado el estar en los tres mil”, destacó.
GANAR EL MARATÓN DE PUEBLA Y LOS OLÍMPICOS
Esta evolución ahora la tiene con metas más altas y definidas, pues uno de sus sueños es formarse como una gran fondista para ganar el Maratón de Puebla y darle el primer triunfo poblano de la rama femenil al estado.
“Ahora tenemos unos objetivos más altos, en su momento yo me adapté para los tres y cinco mil kilómetros, así que mi cuerpo requiere una adaptación, mi cuerpo lo resiente, pero mi profe sabe, así que confió mucho en él, vamos trabajando inteligentemente, no tenemos prisa. Mi sueño más grande el correr un maratón, me gustaría un día darle a Puebla el triunfo del Maratón de Puebla con una poblana, porque creo que lo ha dominado Kenia y hace falta que una poblana llegue y reclame lo que es nuestro”, declaró.
Por ende, ya ha comenzado a correr pruebas de diez e incluso 21 kilómetros, como justamente en el Maratón de Puebla de noviembre pasado, donde terminó como la poblana mejor colocada, algo que además la motiva para en un futuro competir en el extranjero y la meta de unos Juegos Olímpicos.
“El Medio Maratón de Puebla fue el primer objetivo de esta temporada, me fue bien y seguimos con el objetivo de ir en febrero a Monterrey para hacer mi debut oficial de los 10 kilómetros en pista. Seguimos trabajando para en un futuro ir a unos Juegos Centroamericanos, Panamericanos y obviamente los Juegos Olímpicos, aunque no me presiono ni me pongo fechas, soy joven y no quiero apresurarme, sé que en algún momento se va a dar”, comentó.
NO PUEDE ENTRENAR SOLA POR LA INSEGURIDAD
Sin embargo, hay un obstáculo que sigue sin poder saltar, uno que la acosa y la obliga a estar acompañada en sus entrenamientos y es la inseguridad, aunque no se deja intimidar y sabedora de su fortaleza física, recomienda el deporte como una forma de defenderse.
“No es fácil ser mujer deportista porque nos la vemos complicadas para entrenar, vivimos en un país donde la violencia existe para la mujer y a veces el tener que limitar los lugares y horas te detiene, aunque creo que una mujer fuerte es capaz de defenderse y escapar de ese tipo de cosas, el deporte te dota de mucha seguridad, condición y fortaleza, así que todas las mujeres deberían implementarlo en cualquier medida, ayuda para el crecimiento y de conocer de lo que eres capaz”, reconcoció.
Pero a la vez, su imagen como mujer atleta la llena de felicidad porque con sus logros se ha convertido en una referente del deporte en Puebla, lo que ha provocado que muchas niñas la sigan y busquen ser como ella.
“Es padre ser mujer atleta, a veces es difícil encontrar compañeras de entrenamiento, así que a veces hay que ayudarse con los hombres, entonces yo invitaría a niñas y chicas que se animen porque si hay más, jalamos todas. Es más común ver hombres dedicados al deporte que mujeres y creo que es algo padre volverse un referente para las mujeres, para motivarlas y hacerles dar cuenta que somos fuertes, es padre que las niñas me buscan y quieren entrenar, es una responsabilidad y se siente bonito”, aseveró.
QUIERE TENER UNA ACADEMIA DE ATLETISMO
Ana Karen Mejía es una de las mejores deportistas de Puebla y sueña en grande, aunque es consciente que es una carrera corta, por lo que también piensa en lo que empeñará su tiempo y esfuerzo una vez el alto rendimiento se termine para ella.
“Estudié Lenguas Extranjeras, estoy titulada y todo. Cuando terminé la licenciatura tuve ofertas por maestrías, pero pues mi pasión esta por el deporte, yo le decía a mi papá que quería algo relacionado al deporte, me apoyó, y llevo años en el Club Alpha, me ofrecieron la beca en el programa de estudio que tienen y estoy feliz porque estoy a ocho meses de acabar la Maestría en Administración Deportiva”, explicó.
Su bagaje dentro de las pistas con el que ha obtenido en las aulas la tiene también ansiosa de, en su momento, emprender un proyecto junto a su inseparable entrenador Raúl Ramírez.
“Sé que no se es eterno como atleta, así que va tocar retirarme y me gustaría estar del otro lado, con el perfil de entrenadora, en algún momento cuando tenga el conocimiento suficiente me tocará la formación y desarrollo, así que ahora soy su auxiliar con los niños, voy aprendiendo muchas cosas, la parte teórica es importante, pero tener un mentor ayuda mucho, es algo que se debe valorar. Tengo mucho que agradecerle y me gustaría en conjunto con él desarrollar un proyecto con alguna Escuela de Atletismo y entre los dos podamos hacer algo grande en atletismo”, concluyó.