Por: Daniel Aguilar Twitter: @Danny_aguilarm
2, 2 y 2
Terminó el ayuno de pelota caliente. Esta semana regresarán las Grandes Ligas. Los campeones defensores, Nacionales de Washington, se medirán al equipo con mayor tradición en el beisbol, la poderosa artillería de los Yankees de Nueva York. Llegó ese momento para ver… 60 juegos de cada equipo.
Hay quien diría que peor es nada, algo queda claro, las estadísticas y todo registro de la campaña 2020 tendrán un asterisco, pues 60 juegos parecen ser muy poco para competir… ¿de verdad lo creen? Si bien, ningún equipo llega a postemporada en abril y mayo, sí pueden perder esa oportunidad en los dos primeros meses de juego.
En una campaña reducida, el margen de error es todavía más delgado; perder dos series consecutivas por barrida o sólo ganar un partido en una semana, es algo muy común, sin embargo, este 2020 esa mala racha significará despedirse de la fiesta de octubre.
No dudo que será atractivo, pero que a nadie se le ocurra pensar que este formato se puede quedar. Lo dije la semana pasada, habrá fanáticos que demeriten a quien conquiste la Serie Mundial 2020, pero 60 juegos son suficientes para meterle sabor al juego de pelota.
Por ejemplo, Joe DiMaggio necesitó 56 juegos para establecer el que, para mí, es el récord imposible en el béisbol. Probablemente tengamos campeón de bateo con arriba de .400, un líder de cuadrangulares con menos de la mitad del récord de Barry Bonds, y un premio Cy Young de nueve juegos ganados; o incluso un relevista podría obtener con el trofeo (Eric Gagné ya lo hizo).
Sin embargo, en playoffs eso ya no importa, porque ganar más de 20 juegos en temporada regular no le ha servido de mucho a Clayton Kershaw cuando se trata de octubre. KERSHAW EN 2020,
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Antes de decepcionarse totalmente de Alexander Emmanuel Rodríguez Navarro, lo admiré, lo vi llegar a la organización de los Yankees como la combinación perfecta: el mejor jugador, con la mejor afición y el mejor equipo, me emocioné como un niño con sus cuadrangulares, pero llegaba octubre y nada, esa es la palabra correcta, nada.
No sucedía absolutamente nada con el MVP de la temporada regular. Así que entiendo perfectamente a los fanáticos de los Dodgers, Clayton Kershaw se ha convertido el Arod de los lanzadores.
Ya que no importa lo que suceda en temporada, debes ganar el juego clave, el que da el título. Después te aplaudirán por tu Cy Young o incluso tu MVP, pero si viste festejar a tu rival cómo avanzaba en postemporada, tus trofeos personales sólo serán un bonito adorno en el librero.
Este 2020 es el año obligado para Kershaw, no sé si en anteriores ediciones era el cansancio (ahora la temporada será más corta) o la presión (total, el pretexto ya está escrito para algunos, es una temporada atípica).
Como lo dice mi gran amigo Raymundo Calderón, puedes ganar el juego uno, el 17, el 50 y así hasta tener 20 triunfos, pero en playoffs hay que tener el valor de pedir la bola y obtener la victoria.
Me ha tocado ver algunas máquinas de octubre, Jon Lester, John Lackey, Josh Beckett, Chris Carpenter y, por supuesto, quien para mí escribió el Manual de Cómo Lanzar en Octubre: Andy Pettitte.
En años más recientes, el hombre que mejoró la obra de Pettitte, el zurdo de la bahía, Madison Bumgarner. Este 2020 Clayton debe coronar su carrera agregando el ansiado anillo de Serie Mundial. Y si no puede, que abra paso al Imperio del Mal.
QUÉDATE EN CASA Y VE FILMES…
Este será el último fin de semana sin pelota y, luego de tocar el tema de Alex Rodríguez, me vino a la mente uno de mis filmes favoritos para disfrutarlo en casa. 61*, basada en la temporada de los Yankees de 1961, esta película es totalmente beisbolera, porque incluso 42 tiene adaptaciones propias del séptimo arte y la taquilla. 61*, nos refleja la increíble batalla que libran Mickey Mantle y Roger Maris al buscar el récord de 60 cuadrangulares en una temporada, establecido en 1927 por el legendario y Dios del béisbol, Babe Ruth.
En esta entrega podemos ver a un Mickey desatado por los exceso pero acogido por la prensa y la afición, él es el verdadero ídolo de niños, mujeres y ancianos que tuvieron la oportunidad de ver al Sultán del Bate, por lo que aseguran Mantle está a la altura y merece el récord.
Por otro lado, Maris es el intruso, un tipo gris, que sólo fue reconocido al llegar a los Yankees un año antes, solía ser frío con la prensa y no entendía del todo la exigencia dentro y fuera del diamante del equipo élite.
Ambos jardineros de los Bombarderos del Bronx se tienen que enfrentar a un fantasma, al dueño del récord e incluso al comisionado de las Grandes Ligas, que fuera el mejor amigo de Ruth. La película tiene una gran frase “¿Por qué los fanáticos sólo tienen lugar para un héroe?” Eso me hizo recordar a Arod, cuando llegó y no pudo mover del campo corto ni del corazón de los fanáticos al verdadero Yankee: Derek Jeter.