Por: Daniel Aguilar Twitter: @Danny_aguilarm
2, 2 y 2
Cuando era niño, para mí la pelota mexicana sólo se dividía en los pingos y los felinos, ellos repartían el pastel que alguna rara ocasión compartían con sus amigos los fantasmas… y ya. El secuestro del beisbol era evidente.
Después vi cómo avanzaba esto, un poco de lo mismo. Hasta que un buen día aparecieron los que le hicieron frente a los equipos de antaño, con una fórmula sencilla y efectiva: dinero + talento = resultados.
Dice mi filme favorito de toda la vida, MoneyBall, que cuando alguien se atreve a ir en contra de un sistema establecido empiezan a enloquecer, porque amenaza sus intereses. El primero en atravesar la pared será quien termine sangrando y así lo hizo el Patrón.
No tengo nada en contra de Gerardo Benavides y no tendría por qué. Hago la aclaración porque he visto que hay quienes lo hacen personal, cuando su actuar sólo ha sido para satisfacción propia y, sobretodo, para ganar; sus formas no han sido las correctas, pero el resultado ahí está.
En estos últimos días El Licenciado volvió a ilusionar a su afición y, en especial, llenó de enojo a sus detractores. La oficina operativa que encabeza José Meléndez dio el golpe de autoridad y dejó el mensaje muy claro, el equipo quiere pelear por la Copa Zaachila.
Son ya dos títulos de Serie del Rey los que se encuentran en las vitrinas del personaje más odiado por la afición poblana. Pero, en términos fríos, ese par de trofeos sólo son el reflejo de lo que siempre quiso hacer y por lo que entró al negocio de LMB.
El trabajo hecho por estas nuevas directivas incomodó a más de uno, mismos que se quisieron “salir”, por no respetar el objetivo de la Liga Mexicana. ¿Existió en la época de los 90? La familia Uribe, los Arellano y Benavides Pape entraron para ganar y eso no está a discusión.
Espero, Benavides y Meléndez hayan aprendido de los errores que se cometieron en la campaña anterior. Porque el equipo que están armando ilusiona, sin embargo, los resultados se logran cuando los jugadores entran al campo y hacen lo suyo.
Para nadie es un secreto, El Licenciado entró para ganar y va con la chequera por delante. A quien le incomode puede hacerse a un lado, porque al final seguirá habiendo dueños con los mismos ideales para lograr una LMB, que por años se vio borrada del mapa.