Jesús Peña
Tuvo que ser una genialidad, algo inesperado, lo que definiera el partido. Sólo así son los clásicos nacionales en Liguilla. Cristian Calderón sacó un potente zurdazo y Guillermo Ochoa voló, pero no llegó. Chivas se llevó el juego de ida, en su casa y ante su afición, con lo mínimo, pero suficiente para que América deba ahora proponer en la vuelta, el próximo sábado en el Azteca.
Fueron poco más de cinco mil personas las que tuvieron acceso al estadio Akron, respetando medidas de seguridad por la pandemia de coronavirus. Es el primer juego que tiene público en el Guard1anes 2020.
El partido comenzó con un América frenando los embates de Chivas, a tal grado que desperdició dos oportunidades claras de gol a través de Henry Martín, que habrían significado otra historia. Pero como versa el dicho, “el que perdona, pierde”.
Durante el primer tiempo las Águilas tuvieron el control, Guadalajara poco se acercó, aunque en uno de esos intentos se generó una jugada en la que el balón golpeó la mano de Sebastián Cáceres dentro del área, pero el árbitro Jorge Isaac Rojas no marcó penal en favor de los de casa.
La segunda parte hubo movimientos. El rebaño sagrado mandó a Oribe Peralta y Cristian Calderón a la cancha, mientras que los azulcremas hicieron lo propio con Benedetti y Viñas.
Así, Cristian Calderón –uno de los fiesteros e indisciplinados de Chivas– fue quien puso número al marcador al minuto 80, cuando aprovechó un más rechace de Cáseres que venció la estirada de Ochoa, gracias a la potencia del disparo desde fuera del área.
En los 10 minutos restantes, más cuatro de tiempo agregado, América se volcó al frente para tratar de obtener la igualada, pero no fue suficiente.
Chivas, que llegó a la Liguilla tras ganar el repechaje frente a Necaxa, tiene un pie en semifinales; las Águilas, el segundo mejor equipo del torneo, debe ahora ganar en el Azteca y que Chivas no le anote.
Todo se define el sábado. Restan 90 minutos de un clásico que, en la vuelta, se jugará a puerta cerrada, como lo anunció la directiva americanista.