El karate es de las mejores cosas que le han pasado en la vida a Jair Capistrán y él, como agradecimiento, ha tratado de destacar dentro del tatami, siendo de los mejores formistas de Puebla y representando al país en competencias internacionales e incluso ganando medallas.
Fueron sus padres los que lo incentivaron a practicar esta disciplina a muy corta edad, impulsados por su preocupación que debido a la poca corpulencia de Jair, recibiera acoso, y fue la mejor decisión que tomaron.
A sus 21 años de edad, ya ha ganado un tercer lugar a nivel centroamericano, además de un primer lugar nacional, algo que lo colocan como gran promesa del karate en el país, pero él aspira a más.
TENÍA RIVALES TRES VECES MÁS GRANDES QUE ÉL
Tenía ocho años cuando por primera vez tuvo contacto con esta disciplina japonesa y lo hizo como una forma de protección, para evitar ser molestado debido a su estatura, y sin darse cuenta, lo que inició como una manera de defenderse, se convirtió en un estilo de vida.
“Comencé en el karate a los ochos años, desde niño siempre he sido de complexión baja, por eso mis papás tenían la inseguridad de que alguien se quisiera anteponer a mi y pensaron que con el karate iba a tener una forma de defenderme. Yo antes jugaba futbol, pero era muy propenso a enfermarme y por eso también vio como una buena opción el karate porque se practica en lugares cerrados, además de que mi vida era muy sedentaria. Desde mi primera clase me enamoré del deporte”, comentó.
El futbol no pudo ser para él porque se enfermaba cada vez que jugaba, aunque desde que se puso su primer gi (uniforme para practicar karate) supo que era la actividad que lo iba a convertir no solo en un atleta, sino en una mejor persona.
“Mi primero dojo fue en una pequeña estancia, no teníamos tatami, entrenábamos en el pasto o con tenis y eso me ayudó para forjarme en esta disciplina. Entrenaba con niños mucho más grandes, de preparatoria, cuando yo iba en la primaria, Me acuerdo que en mis primeros combates me sacaban el aire, pero yo me paraba para seguir peleando, no sé de dónde sacaba la fuerza, aunque el rival me triplicaba mi tamaño, esto me ayudó a forjar mi carácter”, indicó.
Jair es un valiente, nunca se va intimidado por personas más corpulentas, y como metáfora de vida, cada vez que lo tiraban, él se levantaba de inmediato, porque no importa cuántas veces te golpeen, sino cuántos golpes eres capaz de recibir.
“Mi primer torneo fue dos meses después de haber empezado a entrenar, mi familia me acompañó. Lo curioso fue que me descalificaron, porque nadie me había dicho que al terminar la kata, me salí del tatami, pero me debía esperar a que me dieran los jueces mi calificación”, dijo.
ESPECIALISTA EN KATA PARA EVITAR LOS GOLPES
Después de ese inolvidable debut en las competencias fuera de Puebla, el siguiente pasó fue obtener triunfos, medallas, y así consiguió su primer podio con apenas diez años de edad, además de que pudo integrar por primera vez la selección Poblana de karate, además de que decidió convertirse en un especialista de la kata.
“La primera vez que gané medalla fue a los 10 años de edad. Siempre me gustó más en kata porque no me gustaba que me golpearan. Fue en 2018 que me llamaron por primera vez a la Selección Poblana de Karate, gané oro en kata en un torneo nacional y desde ahí me especialicé en las formas. De la kata siempre me gustó la forma en la que puedes expresarte a través de los movimientos que deben ser perfectos, como puedes transmitir tu pasión a las demás personas, fue lo que me enamoró”, recordó.
2021, PARTEAGUAS EN SU CARRERA
Después de vivir complicaciones dentro y fuera del tatami en la pandemia, le llegó el momento deseado, pues en 2021 compitió en el Nacional organizado en Acapulco en el que ganó bronce y plata, algo que lo catapultó para ser considerado a la Selección Mexicana siendo un parteaguas en su carrera deportiva.
“Después de la pandemia, en 2021 volví a competir, pero ya en la categoría u21 y también en senior. Gané medalla de bronce en u21 y para sorpresa de todos, menos para mi, gané plata en el senior, pero fue muestra de todo mi trabajo. Con eso empecé a llamar la atención y así se dio el llamado a la Selección Nacional, todo ese esfuerzo tuvo frutos, quedé bien catalogado en los rankings nacionales y me fui a competir en el Centroamericano en El Salvador, participé en Kata por equipo y en individual”, recordó.
Con ese impulso, viajó a El Salvador para competir ante los mejores karatecas de esta parte del continente, y lejos de intimidarse, como ya es una costumbre para él, se mostró estoico y consiguió su mejor resultado a nivel internacional.
“En individual no pude obtener un buen resultado, fue algo nuevo para mí y no pude sobresalir. Pero en por equipos en categoría senior ganamos la medalla de bronce. Ese es el mejor resultado internacional que tengo, peor a nivel individual creo que tengo mejores resultados como medallas de oro a nivel nacional como una que obtuve en Acapulco en donde me gané mi boleto al Centroamericano de este año en Colombia”, señaló.
Fue en este 2022 que se bañó en oro, pues por fin se colgó la medalla de primer lugar en el Nacional de Acapulco, algo que le abrió la puerta para repetir en el Campeonato Centroamericano, pero que ahora se desarrolló en Colombia.
“En ese torneo en Colombia iba con los ojos más abiertos, iba con más experiencia, tuve menos de un año para prepararme, ya ubicaba a los competidores, estaba motivado, me enfoqué en las competencias. En mi pool me tocaron los karatecas más fuertes, me presioné, pero estaba dispuesto para demostrar todo mi esfuerzo. Llegué hasta las rondas finales, pero mi puntaje no me alcanzó y terminé en sexto lugar, mientras que los competidores que habían iniciado en mi pool fueron lo que se subieron al podio. Quedé satisfecho, sé que me enfrenté a los tres mejores del campeonato, eso me motiva para seguir adelante, porque ya me estoy codeando con los mejores”, apuntó.
“EL KARATE ME HA AYUDADO EN MI VIDA”
Estudiante de la licenciatura en Fisioterapia por la Universidad Interamericana, Jair Pedro Capistrán aspira a lo más alto dentro del karate, pues si bien dejó de ser un deporte olímpico, sueña con poder enrolarse en torneos de prestigio como el de la Federación Mundial de Karate (WKF).
“Mis planes son seguir participando en diferentes competencias, representar con mayor experiencia a Puebla y México. Es una lástima que el Comité Olímpico haya retirado al karate de los Juegos Olímpicos, como todo competidor el máximo anhelo es llegar a la máxima instancias, ser reconocido como atleta olímpico, me genera tristeza, pero confío en que las cosas pueden cambiar. Aunque si no se puede sobresalir en los Olímpicos hay otros torneos como el de la WKF”, precisó.
Jair Capistrán nunca sabrá cómo sería su vida actualmente sin el karate, pero lo que sí sabe es que todo lo que ha logrado hasta el momento es gracias al carácter y mentalidad que le ha forjado este deporte.
“El karate me ha ayudado a tener confianza en mí mismo, a darme cuenta que no importa la complexión, sino el tipo de personas que son, me ha ayudado a ser quien soy, me ha dado fortaleza para aceptarme, me ha llenado de sabiduría”, finalizó.