Ni más ni menos
Jorge Luis Hernández / [email protected]
Desafortunadamente, los pronósticos y las expectativas negativas sobre la participación de la Selección Mexicana en la Copa del Mundo de Catar 2022 se hicieron realidad. El equipo nacional quedó fuera de la competencia en la fase de grupos, sí, en esta ocasión no se pudo llegar ni al cuarto partido.
Por supuesto que tras el fracaso del Tricolor –mismo que no se vivía de tal magnitud desde Argentina 1978– provocó el enfado del periodismo deportivo del país, aficionados y el gremio futbolístico en general, con exfutbolistas como Cuauhtémoc Blanco y Carlos Hermosillo, quienes levantaron la voz por la paupérrima actuación del combinado mexicano en tierras cataríes.
Como es costumbre, de inmediato se señaló a los ‘culpables’ de tal fracaso, comentaristas deportivos y aficionados, se volcaron en los diferentes espacios y redes sociales, para “tirar con todo” a los que cada quien consideró y apuntó como los villanos favoritos, por la deshonora actuación del Tricolor, siendo Gerardo Martino y las televisoras los que más menciones tuvieron y, por supuesto, los que más mentadas se llevaron.
El estratega argentino –quien dicho sea de paso confirmó lo que sabíamos desde hace algunos meses: que no continuaría al frente de la Selección Mexicana– fue señalado por llevar a jugadores que no contaban con el ritmo futbolístico necesario para hacer frente a una competencia de tal magnitud, específicamente el caso de Raúl Jiménez y Rogelio Funes Mori, dejando fuera de la lista a Santiago Giménez, jugador que milita en el futbol neerlandés y quien cerró el año anotando para su club, el Feyenoord, en la Europa League, algo que los aficionados jamás le perdonaron a Martino, y sólo porque Guillermo Ochoa cumplió en el Mundial, de haberse equivocado, los señalamientos de haberlo llevado a él y no al guardameta del Santos, Carlos Acevedo, se hubiesen hecho presentes.
Aunado a lo antes dicho, más el pobre rendimiento del Tricolor en los último meses, las ausencias del Tata en los entrenamientos y uno que otro juego del equipo nacional, por temas de salud –según se dijo– y la falta de seguimiento a los jugadores de la Liga MX, se fueron convirtiendo en pecados que la afición y medios resaltaron en cada momento, sobre todo cuando la Selección Nacional dejó de agradar en su estilo de juego y comenzó a perder finales –la Copa Oro y la Nations League– ante el eterno rival, los Estados Unidos, por lo que la presión para el entrenador argentino comenzó a pasarle factura.
Aunado a lo señalado, los fracasos de los representativos mexicanos, tanto en las ramas varonil y femenil, al quedar fuera de los Juegos Olímpicos de París 2024, no conseguir el boleto al Mundial femenil y escándalos extracancha, terminaron costando la cabeza de Gerardo Torrado como director de las Selecciones Nacionales, técnicos también fueron destituidos, respetando solamente la permanencia de Martino al frente del Tricolor absoluto, con el argumento de la obtención del pase al Mundial de Catar, sin embargo, el clima difícil y las polémicas ya pesaban en la figura del técnico sudamericano.
MARTINO NO FUE CAPAZ Y PUNTO
Por eso no será más en entrenador de la Selección Mexicana, porque después de dos años muy buenos al frente del equipo –cuando ganó la Copa Oro– su proyecto simplemente se vino abajo y jamás encontró cómo hacer jugar y convencer a un buen grupo de jugadores.
Se empecinó –como casi todos los entrenadores– con futbolistas que nunca le respondieron en la cancha y se negó a dar oportunidad a los que mejor momento vivían… y en el pecado llevó la penitencia, pues pasó con más pena que gloria por nuestro futbol y sin ganas de verlo por acá –al menos para la afición– por mucho tiempo.
LAS TELEVISORAS Y EL NEGOCIO
Algunos comentaristas, los de Fox Sports y ESPN por ejemplo, se fueron con todo contra las televisoras que están detrás del proyecto –obviamente lo que buscan es que les conviden el pastel llamado Selección Nacional– y contra directivos que no están llevando a cabo su trabajo, todo es válido, en algunos puntos tienen razón, hay mucho por mejorar en la Liga MX.
Por ejemplo: reducir número de extranjeros, vigilar la calidad de foráneos que llegan, eliminar el sistema de los 12 clasificados y otros detalles más, pero, lamentablemente amigo lector, eso no sería suficiente para trascender, porque he leído y escuchado a muy pocos colegas y aficionados –por no decir a nadie– señalar al futbolista mexicano como el primer responsable del retroceso a nivel Selección.
¿Que en México el futbol sólo se ve como negocio? Sí, pero no sólo en nuestro país, es en el mundo. Que los directivos se han equivocado, lo han hecho y se debe corregir, sí, pero sin materia prima, es decir, futbolistas de calidad, la tarea será aún más complicada.
ME EXPLICO
En México, el futbolista acusa que hay exceso de jugadores extranjeros –cierto y se debe modificar–, pero les recuerdo que las ligas top en Europa están plagadas de foráneos. España y Alemania, por ejemplo, que han sido campeonas de mundo, cuentan con muchos jugadores extranjeros, ni decir de los comunitarios, pero los futbolistas nacidos en esos países en lugar de quejarse aprendieron a competir, a entrenar duro, para ganarle el puesto al que viene de fuera; en cambio, nuestros jugadores están infladísimos, futbolistas que hacen uno o dos torneos buenos son vendidos en cantidades estratosféricas y, normalmente, dan un bajón de nivel sorprendente, pues se distraen con otros asuntos extra cancha.
Ahí están las indisciplinas recientes de los jugadores de Chivas, de Tigres y de la gran mayoría de los clubes en México, es decir, a muchos jugadores mexicanos –nunca esa bueno generalizar– les hace falta ser más profesionales.
Los dueños del balón en México deberían de dejar de pagar cantidades abismales de dinero y pagar con base en resultados, de lo contrario el jugador mexicano no sentirá la necesidad de salir al futbol europeo, porque en nuestro país ganan y muy bien, a diferencia de Argentina, Brasil y otros países sudamericanos, donde salen por hambre de triunfar, ésa que la mayoría de nuestros futbolistas pierden.
Piense en ello, amigo lector. Le sigo con mi tesis en la próxima.
Hasta pronto.